sábado, 16 de mayo de 2020

MENTIRA


MENTIRA
No solo fue mala, sino mentirosa, me usó para reír de mí, pero sus risas bendicen mi andar, ¿en quién he de confiar?... el palomo secó sus alas al sol y la gata esperaba que estuviera tibio, así es todo en la vida, nubarrones grises que vienen y se estacionan en tu camino, pero llega la noche, se alejaron, jamás existieron en mi vida...

Gata y palomo se han juntado y esperan la bendición de un día más, si acaso bajan el rostro y se ven a los ojos, contando una verdad que nadie sabe, espero no se devoren como me ha devorado a mí la congoja... o cuando la gata se haya persignado, el palomo será uno dentro de su carne.

Llega la noche y veré cuántas estrellas aparecen, cerraré los ojos para pensar en ti un día más, aunque sé que duermes ahora, me sentirás flotar, y luego, me juntaré contigo bajo sábanas de pensamientos con el aroma bendito del amor acariciándonos.

Nada hay oculto bajo la luz del sol, disfrazamos verdades, nos volvemos payasos para reír de nosotros mismos, pero que sea bendecido el amor cuando llegue, que se unan las estrellas con el sol para que Él descubra del interior, lo gris que hay en cada uno de nosotros y que a pesar de todo, alguien sea feliz.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 12/15




MI CANARIO


MI CANARIO

Es y seguirá siendo un ángel
La casualidad lo hizo prisionero
Por robar un poco de su esencia.

Acompañó soledades y alegrías
Trinó más de lo que debía
A pesar de su cárcel impuesta.

Hoy ha dejado su espacio vacío,
Dije que nunca más un ave prisionera
Y en medio de mi congoja,
Fabriqué un nido de tierra
Con flores amarillas y rojas.

Serán mi despedida
A tan inmenso amor,
Quien repartió alegrías
Al despertar el sol
Y al ocaso entregar su adiós
De ojos negros
Viendo hacia la nada
Con alas de libertad
En negra cuna.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 14/15


OTOÑOS/A Rubén Darío


OTOÑOS/A Rubén Darío

¿Quién hace preguntas a los otoños?
¿De Rubén Darío, El viejo Dandy, la cucha de las empanadas,
la viejita vendedora de matas en tarros de Klim sembradas?

¿Quién le pregunta al otoño por éstos poetas?
Pasaron como las hojas secas,
se juntaron en la base de un álamo
y la corriente áspera de sus vidas
se las llevó, ¡con tantas penas!
que no hubo espacio para las alegrías.

Quisiera preguntar a mi otoño:
¿Qué prisa llevas?, ¿por qué ahora?
¡Me gustaban tanto las primaveras!
Apetecía de caricias como los pájaros,
amaba mucho más que más, que casi me dolía,
pero ahora, otoño es una cabellera blanca,
no tengo tiempo para el amor
porque me enamoré de un fresco lirio
que habita lejos de mi valle.

Pero se va, se aleja a un paso de su huella,
bailadoras mariposas besan lo reseco de mi boca
y la miel escasa, como los días que me esperan,
me alejan, poco a poco,
entre veranos intensos
y muertas flores sin perfume,
que se juntan también con ellas
en el rincón más dulce de un lago,
besadas por caracolas y payasitos sin risa
que navegan mares y ríos profundos
sin saber, que en un rato,
¡no existirán siquiera!...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 16/15






PIEDRAS DE MI AZUL/A Rubén Darío


¿Por qué este título Azul...? No conocía aún la frase huguesca "L'Art c'estl'azur"... ”más el azul era para mí el color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y firmamental... ... Concentré en ese color célico la floración espiritual de mi primavera artística...
(Rubén Darío, La Nación, Buenos Aires, 1913).



PIEDRAS DE MI AZUL/A Rubén Darío


Mi primavera es una hija con su rostro feliz,
todo es azul cuando Dios está conmigo,
y es siempre...



Arranqué a un lirio ese azul profundo, el que lo cultivó en una herida de mi madre, con un loco que pisoteaba cada roca junto a sus aves grises, en medio de un cantar de tórtolas, porque de azul se vistió el infinito como el mar y los sueños de un poeta.

No fue rojo un rubí, debió pasar por aguas temblorosas en cada hoja y rama de un camino llovido entonces desde venas curtidas, de ojos negros que corrían como desbandadas de pájaros, y fue ahí donde nació una joya, ladera abajo, entre mis piernas, blanqueando mi boca junto a mi azul lengua, que irrumpió en la tuya, como una turba loca de elegías y poemas.

Vi el mar, no había aguamarinas aguas, se tornó el mundo de un color, porque Dios tenía ese traje, era su vestido favorito donde no había confusión al verle, pues se retrataba en el lago cristalino de mis ojos.

Pasaron todos los poetas de mi tiempo, la vieja Idiosincrasia, el huevón de los zapatos viejos, el Kico de una moto Auteco que jamás prendió, pasó mi padre cojeando penas, y aliviando tormentas con sus carcajadas, el viejo Isaías, un loco pervertido que le robó a la vida cada verso y cada esperanza de un camino desértico y se fue tan solitario en una bolsa negra, donde cabían todos sus escritos y sus lágrimas.

¿Qué hay de nuestra vida?, ¡poetas famosos!, todos duermen como el viejito de los zapatos rotos que compuso un verso, pero otro se lo llevó, y se ganó la gloria con sus letras.

¿Qué importancia tiene un verso más que otro?, la viejita de las matas caminaba con sus poemas y sus dedos llagados, adornados con oxidadas latas, y en su cabellera, enredada una clavellina recién cortada, pero su nombre nadie escuchó, ni siquiera cuando todas sus plantas fueron primavera,  y regresaban esquina por esquina, con los pies llagados y la barriga vacía,  ladera por ladera con las mismas plantas sembradas en bacinillas viejas, con olor a las miserias que todos sembraron, al no apoyar su labor de hambres viejas y curtidas.

¡Pobres viejecitas!, decía mi madre, ¡suben y bajan!, cada día de fiesta con la cara triste y las esperanzas rotas, regresan al rincón de los orines y al palacio de las penas.

Mis letras son pequeñas, ¿qué tan grande puede ser la voz de un gorrión?, pero es inmensa la copa del árbol que resguarda entre sus hojas ocres, unas que se le parecen y que fabrican en su corazón, picos abiertos y colores llenos de esperanzas, que tiemblan de amor, cuando ven a una madre con el regalo de vida entre su pico lleno y su llamado dulce, como miel derritiéndose en la boca, entonces todo florece en el árbol, todo es canto de ruiseñor, y el mirlo enamorado abre sus alas, si llueven rocas pálidas desde el cielo para iniciar a temblar sobre cada flor.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 19/15





SEÑORA YO


SEÑORA YO

Con ésta pose de señora
Iniciaré por conversar conmigo:

¡Hola señora tonta!, ¿cómo te ha ido?
¡Bien gracias!, pasando el día
Y esperando que a la noche
Aparezca mi amor,
Entre pálidos encajes
Para que mi sueño sea tibio y reposado
Sin ese agotarse la vida
Que nos pide a ratos
Un mutis, una coma.

¡Por favor Dios!
¡No quiero despertar!...

Pero entonces señora mía,
¿No dices que te gusta el mar?
Digo sí, me gusta tanto como un río,
Me encanta caminar y saltar rocas,
Pero el tiempo me dejó todas las heridas,
Mis pies no caminan con la fuerza del ayer
Y tengo una tristeza que poco a poco
Me roba la vida.

Pero señora, señora yo, ¡por favor!
¿Será que, si amanecemos, si hay un mañana,
¿Me podrías mirar a los ojos?
¡Quita ya esa falsa sonrisa!...
A veces, y aquí entre nos,
Hasta tus poses enojan,
Entonces señora mía,
Dame tu mano ahora
Y partamos un segundo al cielo,
Vayámonos descalzas,
Así como alguna vez llegamos
Y dejemos a todos unos trozos de letras
Para que recuerden señora mía,
Que las dos fuimos compañía
Y juntas nos matamos a versos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 9/15




GRANDEZA


GRANDEZA

La majestad del águila
Sólo se compara con el vuelo de una madre,
Mi águila hermosa quien planeó todo con sencillez
Y tuvo aciertos tan pequeños,
Siendo una semilla que germinó con gran fuerza y altura.

“El mínimo de todos,
Será el más grande ante los ojos de Dios”,
Y cada segundo lo comprobamos.

Planté muchas semillas,
Vi que las más grandes morían pronto
No todas eran aptas para el bosque,
Y que las que no podíamos ver,
Eran arrastradas por el viento
Siempre flores blancas,
Empujadas por la providencia.

Luego, advertí una pradera
Pocos árboles,
Todos eran muy gigantes,
Pero hasta los grandes
Tenían flores que volaban
Y con leve brisa podían caer.

No hay descuido para mi amor
Su cuidado es por igual,
Pero no podemos menospreciar
A esas plantas que se crecen
En las heridas de las rocas,
Pues ellas no sólo sanarán tu cuerpo
Sino tu espíritu y serán más fuertes
Que los árboles más inmensos.

Busca sabiduría entre un lecho de hojas secas
Verás cómo hay vida dentro de él,
Alza el rostro para que veas lo de arriba,
Sólo eres una semilla por crecer.

Las flores más hermosas
Nacen dentro de estiércol de reses
¿Qué hay de sucio en esto?
Suciedad es lo que tenemos guardado,
Aquello que nos dice
Que seguimos siendo humanos,
Semillas demasiado grandes
Con una corteza como roca
Y el corazón desértico.

Debemos hacernos pequeños
Para crecernos y volar como águilas
Por el inmenso mundo del pensamiento.

La grandeza le pertenece a Dios
Como el verdor a mi madre tierra
Y el paisaje a tu mirada.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,julio 19/15



TUS OJOS B


TUS OJOS B

Se ha perdido esa luz
que navegaba en los míos
siendo centellas de fuego
que encendían mi carne.

Tus negros ojos
¿a quién miran ahora?
Tan efímero fue tu atender
cual rayo en un estero,

brizna entre ramas secas
danzando entre mujeres
donde mi ausencia brillaba.

¿Qué ha sido de tus ojos?
¿Qué guitarra tocan ahora?
¿En qué paisaje se entretienen?

Tan solo de pensar
que en ellos brillaba mi estrella,
perlas de mar saltan
y mis penas con ellas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 16/15







RECUENTOS


RECUENTOS

Buscando una entrada más para solventar los tantos gastos que tenemos los padres, llegó una ayuda cierta vez en forma de “suerte”, y es que tuve la suerte de hallar unos calzones escondidos y unos condones agazapados en el rincón del olvido de un campero que había comprado para llevar y traer a los sutes del colegio a la casa y resulta que decidí vender el carro con la fortuna de que al otro día hallé comprador y el tipo que andaba de aquí para allá picándoselas de bollo, pues tuvo que ajustar los centavos para irse unas veces en bus y otras a pie, porque así ha de ser cuando nos enojamos tanto que no se nos ve.

Pues bien, en esto el dinero en el banco y unos sorteos, pues siempre dije: estos pesitos van para esa cuenta porque están sorteando un dinero y me pienso ganar uno de ellos, y al mes me llaman de Bogotá de una emisora reconocida, para informarme que era una de las ganadoras, al principio no lo creía y pensaba que era mi hermano Pablo haciéndome alguna broma y todo resultó real, ante las carcajadas del tipo y mucha gente conocida me escuchó diciendo: ¡¡Ya Pablo deje de joder!!, ni crea que me convence con sus bromas y no recuerdo qué mas cosas dije. Pero fue mi hermano Pablo quien más contento estuvo y quien me acompañó al banco, el dinero se hizo rendir porque lo invertí en ampliar la casa y adaptar el segundo piso para dos apartamentos para alquilar, pero ese “alquilar” se ha convertido en una pequeña pesadilla, pues hemos tenido que pasar muchos sustos con la gente que ha llegado y empiezo:

La primera fue una amiga de Santander, lo mejor de lo mejor y se convirtió en mi socia en algo que no funcionó, pero decidí dar su parte y ella aceptó muy gentil, ella fue la inauguración más perfecta, empresaria y jefe, mi paisana luego compró su propia vivienda y se mudó para gran tristeza, como ella, todavía ninguna persona ha llegado.

La segunda persona fue otra conocida quien fue feliz hasta que se casó con un guache completo y terminó mudándose, ahora mudó de todo y se fue para otra ciudad sin el petuste que le ajustó dos muchachitas y una sonrisa amarga en el rostro, para qué fregar, si ella fue a todo dar, ¡lástima que se casó y la sonrisa se le perdió!

Viene entonces el desorden y es que me dejé convencer de mi hija de que no discriminara a nadie y un gay muy elegante y bonito la convenció y ella a mí, aquí pasó de todo, hasta los hombres muy hombres de por aquí, casi pierden la virginidad, era veloz, sagaz y tramposo, se aprovechó y me robó muchos meses de arriendo, un día Anderson mi sobrino que está en el cielo quiso ayudarme: ¡Madrina, le voy a poner un candado a ese hijueputa para que no pueda entrar más!, pero no se lo permití, le dije que no, porque me daba pesar echarlo a la calle, el tipo no me pagó, pero estaba ahorrando dinero para arreglar sus piernas y senos y en este cuento estuvo en coma y casi que se va para el papayo, por ahí anda todavía y no ha dejado la maña, falta ver qué otras prácticas hacía, porque recuerdo que tenía muchos santos y no eran tan venerables, me quedó un reloj de pared de recuerdo, espero valga aunque sea un peso, y eso porque levanté la vista y me gustó esa talla, me lo entregó desbaratado y alguien lo arregló, algo me darán por él.

Viene luego otra pareja de varones muy hermosos, pero eran pareja, los desórdenes empezaron y casi hay difunto, vidrios rotos, caras azules, gritos y escándalos, solo diré que me pagaron, pero no los sustos que pasamos.

Siempre hay que devolver como se entregó pero aquí nadie correspondió y los gastos venían luego, y así alquilé a unos hombres que trabajaban en una empresa, nosotras solas, sin auxilio de nadie y las peleas iniciaron, creí que sería bueno, pero revólver, cuchillo, patadas insultos y más, ¡menos mal la policía llegó temprano!, otro cuento sería, un poco de machos calientes y solos y el desorden de mujeres para arriba y para abajo y en esto no quise alquilar más y lo dejé a mis hijas, pero... pero... pero... ¡para abajo y a coger oficio!, no funcionó el cuento porque era doble el trabajo para mí. Ahora está Caro viviendo en uno y el de los problemas está desocupado.

Mucha gente viene, estoy prevenida, el susto de los varones viviendo ahí, los inquilinos de hace poco que estuvieron entre los buenos y las ganas de que alguien que valga la pena lo habite me tienen aquí en mi cárcel escribiendo mis penas y mis alegrías.

¡¡Ey mire a ver, solucione!!, me gritaba el macho de la casa y ésta hembra se escondía: ¡¿Quién acaso tiene los huevos aquí?! ¡Enfrente!, y entre cada grito quedaron muchas carcajadas.

Recordé ahora la pesadilla que vivimos en Bucaramanga, lo había escrito y desapareció, ¿esa vaina?, en el apartamento de mi padre hubo un muerto, esa pesadilla no se la deseo a nadie, ¡pobre de mi viejo!, ¡a él sí que le jodieron la vida!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, Febrero 9/17


EN LA CUMBRE


EN LA CUMBRE

Nada más dulce que saber de ti
de la cumbre que guardó la semilla
y del viento que te empujó a mí.

Nada más grande que los sueños
ni más efímero que la existencia
pero aquí estás, en el espejo del lago
que se guardó en mi pupila para ti.

Ha llegado el día y la tarde asusta
me enredo en otro pensamiento
sacudo las sandalias y aguardo,
pero no llegaste después de tanto tiempo
debo volar hacia otro destino
bajo la sombra de otra acacia más dulce
llena de frutos y cariño.

Nada más delicado que el amor…
¿Por qué no lo cuidaste?
Ahora me voy con lo rubio de ésta mañana
y lo oscuro de las nubes
que anuncian lluvia
para la primavera.

Raquel Rueda Bohórquez
23 10 16