miércoles, 28 de diciembre de 2011

FLORES (3)

FLORES (3)

AÚN CALLADAS ENTREGAN
EN SILENCIO SUSPIRAN.

¡SIÉNTELAS!
SUS PÉTALOS,SUS ESTAMBRES 
SON LIRIOS DEL VALLE,
AZUCENAS DEL CAMINO...

¡DETÁLLALAS!... 
AZAHARES LIMPIOS
CON ESE OLOR DULZÓN QUE TE INSPIRA
Y ESA CALLADA VOZ DE LOS AMANTES.

¡OPRÍMELAS!... 
ALLÍ EN TU CORAZÓN
QUE PARA TI LAS ENVÍO
SOBRE UNA PÁLIDA HOJA
QUE SE LLENÓ DE ESPINOS.

¡TÓMALAS!... 
ELLAS TE COMPRENDERÁN
Y SUSPIRARÁN CON LA BRISA DE LA MAÑANA
ENCENDERÁN TUS OJOS DE ALEGRÍA
SI VES A UN COLIBRÍ RETOZAR
FELIZ ENTRE LAS RAMAS.

Raquel Rueda Bohórquez
Diciembre 28/11



GOTAS DE ROCÍO (4)


.GOTAS DE ROCÍO (4)


Mientras la lluvia cae
los rayos iluminan un camino incierto...

Así las gotas de rocío
bañan pieles muertas
que mañana se levantarán al ver el sol.

Aquí estaré cariño mío,
en un jardín sembrado de rosas
con las violetas que a escribir me inspiran.

Un brote nuevo cada mañana
son besos diamantinos en sus pétalos
que mueren el mismo día
como fenezco de tristeza sin tu amor.

Una vida que se desangra,
el río ha frenado y la sal no adoba.
No pretendas comprender lo que siento
en tanto ella, lívida se deshoja
y el púrpura muere 
con el llanto sembrado en sus ojos.

Déjame en mi jardín,
ellas su aroma regalan sin pedido
aunque un tronco tallado con espinos
sea quien sostenga su efímera existencia.

Me vestiré de blanco otra mañana
y la lluvia de otros cielos tocará mis pétalos
que serán para ese tiempo, luces que titilan
en el mar de tus ausencias.

Esperaré, ten la seguridad,
anhelante de tus besos 
cual tierra seca en verano
ansiando los sonidos de lo alto
que pintarán de color todo sueño,
entre las perlas que se juntan 
y la evocación que persiste.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 28/11

LA PALMERA (5)

.LA PALMERA (5)

Dulce y fuerte mecida por los huracanes
resistes tempestades, aunque parecieras caer
y recostada ante ti te contara
sobre la frágil arena que te ama
 resguardando tu vida para mis quejas..

Ahí estás con tus alas al viento...
La brisa te besa y te sacude,
te hace el amor sin que rezongues,
y las gaviotas viajeras ni te reparan
mientras vuelan, se besan o se esconden.

Tu fuerza es tu liviandad...
Tu tesoro son tus brazos al viento,
tu amor es tu entrega al sol radiante
coqueteando entre hojas verdes que conmueven.

Te veo grande e inclinada,
tus ramas altivas mirando a tu lucero,
al mismo nevado con su aura clara,
a las mismas blancas olas que te besan
tallando de ojos azules un estero.

La gran isla a la distancia
ahí se resguarda mi amor de ceniza y fuego
y mis labios en un ardor sin mentira,
con una llama encendida 
sobre la misma palmera del ayer.

El rojo sol... el atardecer que te fascina,
tus huellas y las mías...,
la noche oscura que nos baña de azul,
la luna mujer esperando al mismo sol del ayer
y el mismo Dios hablándome al oído. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 28/11