LUNA ROJA [2]
Cabeza en alto
oliendo el fresco de la montaña,
los caballos cocean y saltan
sin brida ni estribo,
desnudos, como los amantes.
Han bebido el vino de sus hembras
lamen en medio de las piernas
y el sabor a vida les invita
a una fiesta brava en la montaña.
¡Miren como patean!
Hasta el humo de la tierra enamora
y ellos enarbolan su falo generoso
plácidos y contentos,
con relinchidos al viento
y espumadas en la boca.
¿La luna roja conocieron?
¡No lo sé!, los miro y me complazco.
Siento ganas de amar y que me quieran
¡Cual potros cuando se les abre el falso!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
septiembre 28/15