jueves, 14 de marzo de 2013

BUSCANDO EL SOL [66]

BUSCANDO EL SOL [66]

No pienses que tu día está con curvas
mira hacia el sol y verás que todos sus rayos son luminosos,
prodigan luz para que las flores perfumen y abran sus pétalos,
dejando la tibieza de su amor, sin renegar.

A veces me enredo pensando en quien no debo
y otras me encierro en un mutismo extraño.
Es aquí que desvío mis ojos hacia tu alar,
es aquí cuando deseo comulgar de esa hostia tuya
que pareciera navegar sobre el mar. 

Siempre hay un motivo bajo la luz del sol
una huella de tu inmenso amor.

Siempre, en el espejo radiante de tu mirada
la estampa de lo que dejaste...

Siempre madre,
dulce almíbar oculto entre las rosas
para donar al mejor amante.

Ahí lo tienes,
sembrado en tu corazón
con el suspiro que huele a morichales
y a pequeñas flores del campo.

Mamita, por siempre amigas.

Raquel Rueda Bohórquez


Barranquilla, marzo/13

EL AMOR [67]

EL AMOR [67]

¿En dónde está el amor?
¿Qué es el amor?

Tal vez ese rayo luminoso,
un estero que baña el mar,
tan sereno a ratos, tan apacible,
que me cuenta historias de navegantes
en barquitas de papel.

¿Será la nostalgia que me hace extrañarte?
¿O pude ser también mi alegría al verte sonreír,
sin importar si ves mis ojos?

Un amor que no pide nada, sólo entrega,
así la luna su silencio nocturnal
y el alma el anhelo de saber que estás.

¿En dónde estás amor?
Deja de navegar en esa barca lejana
y tráeme pronto un ramo de lirios encendidos
para dejar en tu piel la mía, 
y sobre tus labios un madrigal. 

Raquel Rueda Bohórquez


Barranquilla, marzo/13

BUSCANDO TU LUZ [68]

BUSCANDO TU LUZ [68]

Ni una sola flor abre sus pétalos
si no es voluntad divina, eso está claro.

El día tan triste de la muerte de mi Monacho,
no podía llorar,
quedé muda por varios días
hasta que pedí al Dios invisible una luz y abrí la Biblia.

No recuerdo, pues no me gusta aprender versículos
ni cosas de esas de memoria,
sólo que su mensaje decía más o menos así:

“Ve Daniel, Rafael, Juan... /Con alguien habló mi jefe.

Entre todos tus terneros,
ovejas, palomas, cóndores
hay uno que necesito...

Es el más joven y hermoso de todos,
el más brillante y lúcido,
aquél que tiene más brillo en su mirada
y que cada día bendice mi obra.
A ese lo quiero,
no sé cómo me lo vas a traer,
la manera no importa;
pero lo quiero aquí conmigo;  
lo necesito para mi obra,
pues no quiero que el mundo me lo corrompa
ni se pervierta entre tanta inmundicia,
vanidad y mentira”.

Lo cierto, es que al terminar de leer pude llorar.


Mi muchachito era así como lo decían las escrituras,
y ahora está en ese sitio de honor
un paso adelante de nosotros.

Por ésta razón, no he de llorar más.


Te quiero Monachito.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, marzo/13

MARGARITAS [69]

MARGARITAS [69]

Sí, no, sí,  no, sí...
Lo he comprobado, "sí, me ama",

soy un pedazo de Él, como lo eres tú,
como lo son las aves del cielo,
las brisas del mar,
los capullos de las flores,
los caminantes descalzos y tristes,
los ricos y pobres...

Su corazón es dorado como el sol
y el brillo de tus ojos en los míos...

Como éste amor del que pretendo comulgar
con un abrazo de hermano,
dejando que la vida sea ese motivo maravilloso
que nos permite deshojar nuestro interior,
para ver a Dios en el brillo de los demás.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo/13