miércoles, 25 de febrero de 2015

INTRODUCCIÓN A LA SHEILA (POEMAS ENERO 2015)

INTRODUCCIÓN A LA SHEILA (poemas enero 2015)

Mis poemas de Enero de 2015 han tocado el misticismo que le faltaba a mi existencia, he podido perdonar, muchas heridas cerraron, y me perdoné también, muchos errores en el camino, aprendí que el odio enferma y que el perdón sana y olvida.

Mi poesía me lleva a pensar que no hay  odios contenidos, que pude apreciar un poco más la vida, y vi algo más entre el viento:  la grandeza de estar en éste momento único e irrepetible, en un estado de situaciones que se viven en el mundo, de guerras, desigualdad, y hambre, con un grito que no cesa de injusticia con la naturaleza y los seres más indefensos que la habitamos, como son los niños de todas las especies y los árboles de todas las montañas, que he tratado de olvidar  tanto dolor para dirigir un poco la mirada a ese profundo yo, que busca el desapego de las cosas mundanas.

Un recorrido sencillo por mis letras los llevará al amigo, al abrazo que faltaba, al perfume que se regala y al beso esperado que al fin llega.

Finalizar con mi viejo reloj, una sorpresa grande de sonidos especiales en mi hogar, y el abrazo de un hermano, perdonándonos, ansiando el nacimiento de un cachorro, buscando entre las hojas secas el amor, y ser bendecidos por la nieve, no tiene precio.

Una página en blanco se abre cada segundo, como un caballero de nieve que espera caricias en poemas, y doy gracias a Dios por ello, pues mi vida se llena con pequeños sonidos de hojas que caen a mi puerta, a pesar de que el amor que siempre anhelamos nunca llega, pero está el más importante, que es el iniciar por nosotros mismos, valorando la belleza circundante y agradeciendo de rodillas por un día más para Esperanza, quien  se abandona lentamente a la voluntad divina y por el nacimiento de Iván, como un dulce regalo que se abriga de pechos de madre, y le sonríe a la vida con renovadas fuerzas.


Raquel

DERECHO DE AUTOR COLOMBIA, POEMAS Y OTROS ESCRITOS ENERO 2015


POEMAS MES ENERO 2015
REGISTRO DERECHO AUTOR:  10-491-97

RADICACIÓNFECHA SOLICITUDREGISTROTÍTULO OBRATIPO OBRAESTADOOTROS
1-2015-789808/02/2015POEMAS Y OTROS ESCRITOS (POEMAS DE SHEILA)REGISTRO OBRA LITERARIA INEDITAREGISTRADO

VIEJO RELOJ [127]

VIEJO RELOJ [127]

El viejo estaba guardado
Era la sorpresa esperada
Como una joya escondida
Sin ser valorada.

El viejo se quedó conmigo
Anuncia un nuevo día con amor
Mueve sus alas como cóndor en vuelo
Animoso, con alegría sin freno.

Una gota en un cristal anunciará,
Que el viejo seguirá con sus pecas
Esas manos ajadas escondidas,
La sabiduría del tiempo en cada herida.

No se guarda  nada...
Se quedaron muchas almas ahí
Sus huellas  pasean en mi hogar
Los escucho... Un joven rubio,
Una niña que murió siendo primavera
Alguien que llegó a vestir de rosas blancas
Un jardín y con sus lágrimas tocó madera.

Me enseñó que una estrella de cinco puntas llegó a casa
Pero que dos puntas arriba son maldad, ¡nunca la hagas!
Serán  piernas abiertas de un hombre,
Y una punta en la cumbre,
Es la cabeza del rey en tu estancia
Parado firmes sin dudar de tu sombra.

El viejo reloj vino para quedarse
Cualquier día volaré y mis huellas estarán  ahí
Como las de los vencejos del ayer
Que ahora han retornado
Y sus cánticos como sonares de ángeles
Llenan mi soledad de alegrías.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/15


 10-491-97

¿QUÉ TE VAS? [4] [126]

¿QUÉ TE VAS? [4] [126]

No te irás,
¿Se van las águilas de su nido?
¿Se aleja la perdiz de sus polluelos?
¿Persigue tu sombra a otro que no seas tú mismo?

No te irás,
Le perteneces a mi corazón
Eres parte de éste río y de las arenas que lo esperan.
Soportas el peso de mis olas
Y te descansas en las gaviotas del camino
Mientras me piensas.

No hay viaje al estar dentro de mí
Tus aves son las mías,
Tu frío ahonda la profundidad de mi lago.

Eres la musa de mis sueños
Te guardas para mí en el más íntimo de ellos
¿Y dices que te vas?

Aguarda el día a la noche para tenerte
¿Qué poesía no te guarda?
Eres la espada que atraviesa los senderos de mi piel
Al retornar de la oscuridad,  la luna clara,
Y el espejo de agua que la dobla
Anunciando que llegó la hora
De amarnos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/15

 10-491-97

SIÉNTEME [125]

SIÉNTEME [125]

Como ayer cuando la soledad oprimía el pecho
Queriendo amar me estrellaba,
Y al desear la felicidad me hería.

Siénteme ahora que dices que te vas
Que nada soy para tu vida,
Un poema cultivado para nadie
Blanca nieve, gaviota de un día.

La nostalgia acude a la mirada
Imposible amor, hay luna llena
Anoche tal vez todo cambió
Y quedó el amargo dolor
Cual si una despedida presintiera.

Pero estás aquí…
Es locura el amor
Una llaga que duele
Cuando la respuesta se aleja
Y los ideales se vuelven fríos,
Cual nieve revuelta en la cabellera del bosque.

Siénteme ahora
Cuando escuches la primer ave cantar
Y un aroma a flor silvestre te invite
Tan solo  un poema a declamar. 

Hay campanas nuevas en mi estancia
El viejo reloj lleno de alegrías
Como si el alma de un viejo rondara por mi casa
Y acariciara mi rostro a escondidas.

Siénteme ahora que no estoy
Como una hoja desteñida de un libro
¿Alguien leerá mis poemas en un mañana?
Porque ahí quedará
Un poco de mi vida,
Y ahí estarás conjugando un te quiero
Conmigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31//15
10-491-97




CUANDO EL RELOJERO [124]

CUANDO EL RELOJERO [124]

Cuando estamos lejos y escuchamos los cantares de nuestro pueblo, un algo se mueve, y brota por los ojos un beso de mar...

Me he dado cuenta que siempre perfuman las rosas, aunque marchitas parezcan.
Demasiado pronto, el reloj marca un tiempo invisible que se nota en los senderos de la frente, y en las comillas de la boca...

Y al hablar de la vida, el regalo más prodigioso de todos, me doy cuenta que es como el humo de un cigarro, baila mientras puede, como desnuda mujer en un bar, y luego desaparece entre bambalinas, para conjugar en medio de brisas primaverales, versos, con los rayos del sol, quien le acoge bajo sus alas.

No hay temor cuando se aleja el invierno, pero llegamos a extrañar la calidez que nos junta en el frío, y las mañanas de cigarros mentirosos en la boca.

Dulce amor, como un caramelo se ha esfumado de mi vida, quedando el dulzor de una menta, y los poemas que nacieron con una intensa soñadora, que le ruega al tiempo otro día, para seguir robando estrellitas azules al cielo.

El relojero impulsa mi viejo reloj, ha probado una fruta madura sobre la mesa, y un sonar de corazoncitos de ángel llenan mi estancia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31 /15

© 10-491-97

EL AMOR [123]

EL AMOR [123]

El amor le pone alas al corazón
Hace que una roca
Parezca un caballero solitario,
Que el vuelo de una gaviota
Y el cantar de un vencejo,
Sean lazos que nos llevan lejos
Y nos estacionen en el cielo.

El amor son los ojos de mis cachorros
Miel pura,
Donde habita la grandeza de un ángel.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/15
© 10-491-97



CADENA 2 [122]

CADENA 2 [122]

Hay una luz que a nadie es negada,
Cada día nos saluda
Y cada tarde nos despide
Con una danza de colores...

Ambrosía de mi corazón:
Una palabra sencilla para ti
Cual derretida alfombra en el mar
Dejando estelas doradas,
Anuncia un cántico de amor
Rompiendo rocas las olas
Mostrando el brillo escondido
Habitante de su corazón.

Eficaz pensar en ti aunque un sueño seas
Trepando la cabra montés no resbala
Siendo la roca más empinada
La ilusión que más la contenta.

Disfruta con goce de ramitos con espinos
Hiriéndose sin provocar dolor
Al descubrir a lo lejos un aroma
Que corretea  dando balidos al viento.


Eres mi cadena preferida
Para llevarte prendido de la mirada.
Mis negros ojos, mi caballero andante
Donde se crecen las flores más deseadas
Seguro que la resguarda una roca.

Más es a ti que demente me traes,
Sin dormir eres el más dulce desvelo
Y despertar sin verte a mi lado
La más fuerte condena.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/15
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DIVAGANDO [121]

DIVAGANDO [121]

¿Qué somos?... tal vez un poco de ruido, en medio del sonido que emiten las ondas de una lágrima, al caer en el profundo lago del alma.
Son hermosos los puntos, comas, y suspensivos de nuestras vidas tan poco amadas, porque con la poesía, tenemos un continuar perfecto, en brazos  del amor soñado.
Hoy escucho lo que nos une,  y en medio de una mañana que promete, te siento al abrigo de mi almohada, que amaneció húmeda de pensar en ti.
Huele a pino fresco, es un aroma que se junta con el blanco del cielo y deja arropados los viejos árboles, que conocen de las fuertes brisas y las intensas marejadas, donde ya no se pasean las alondras, y las gaviotas se fueron a suspirar lejos.
Ahora, que estoy sola contigo y el viento, me doy cuenta que todo paisaje es perfecto si estás en él, cada detalle me conmueve, cada sonido es único, siento tu caminar y descubro las huellas que se borran con besos y besos de lluvia blanca.
Estamos aquí por decisión de una fuerza mayor, otro día, un segundo más, y me importa porque puedo amarte, se nos da una oportunidad donde no hubo siquiera un ardiente beso, cuando más lo anhelábamos.
Junto palabras para ti como si fueran granitos de arena para la playa, ahí estaremos algún día, en forma de poema, para juntarnos y besarnos con los aires ensoñadores del mar,  que nos condena dulcemente a pensarnos.
Que no se entere el océano de los secretos que hay entre las olas y sus rocas, las arenas y el caminante, y menos, lo que susurran las palmeras sobre los amantes… 

Se dicen: te quiero... te quiero... dormiré con tu imagen caminando por la playa.
Y fue real, aquí estamos de nuevo saboreando un día más, llenos de sueños y esperanzas.
Ayer te dije: quiero ser al menos una pequeña flor en el inmenso jardín de tus sueños, ¿lo soy?, y al pensarlo, el rocío me besa con sabor a sal  que me confunde y eleva,  en medio de pensamientos que más me acercan a  la bondad de un beso tuyo.
¿Me creerás si te digo que me acuesto pensando en ti, y al levantarme despiertas con mi corazón?
No hay paisaje más perfecto que la creación de Dios, cada detalle es divino, cada pestaña y cada voz son únicas, por eso debemos amar, es la razón por la que estamos aquí y la providencia es un encargo para dos: tú y yo.
Un momento precioso escuchando las melodías que escuchas, la noche es cómplice de mi amor por ti.  ¡Shhhh! que no se entere nadie porque es real, un hasta mañana amor, es bellísima la música, es hermosa la estación que hace tu mirada en el reseco valle que espera la lluvia de tu amor, para formar un río violento con la mía.
No existe el frío, es que el Creador juega con la nieve para que nos juntemos un tanto, y seamos cobija y abrigo en días aciagos,  y la puerta cerrada me indica que dos amantes se juntan, que la piel es la mejor cobija,  el frío se aleja, la piel arde y la ventana del alma permanece abierta para nuevos sueños y dulces despertares.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, enero 31/15

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CANTANDO [120]

CANTANDO [120]

Cantando te conocí
Y cantando te vi marchar.

Más lo hacías con la mirada
En un gran silencio,
Quedando lleno el espacio
Con los perfumes de tu alma.

¿Cómo te escuché?
Las dos lo sabemos
Que en el mutismo
Solemos escuchar el viento.

Su voz es como la tuya
Gorrión de alas de plata
Y corazón de oro.

Así... así...
Como te escucho ahora
Y retorna el lloro.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31 /15

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IMÁGENES EN LA NIEVE [119]

IMÁGENES EN LA NIEVE [119]

Así, pareciendo una pared siendo camino,
Las huellas del caminante marcan el estero de la vida
Y contempla en un sillón vacío, el alma de un poeta...

No importa que mis aguas sean frías,
Ni que la mar traviesa me enamore,
Ni que los azules como sábana me arropen,
Ni importa que surque el cielo triste una golondrina,
Si entre más cerca parecieras, más te alejas de mi vida.

Todas hermosas,
Muchos poemas nacen de tus imágenes...
Me sorprende el azul y adivino un cóndor  en el aire,
Donde también muchos sueños florecen
Y los aromas de la vida se quedan.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 31/15

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¿Y LA OCARINA? [118]

¿Y LA OCARINA? [118]

A mi hijo le regalaron una ocarina, es un sonido tan hermoso, que deseo aprenda a interpretar melodías para mis poemas, con ella.  Kevin Cepeda mami te ama, que descanse tu espíritu cuando tu boca aspire la voz que se nos regala, cuando estamos más callados, y permite que Él hable, a través de tus labios.
¿Le miente acaso el cañaduzal a la flauta?, ¿le dice falsedades el corazón del cactus a quienes desean que su alma cante?, ¿le inventa chismes la madera al tambor, y la piel de chivo cuando decide sonar como un ángel?
La música es el mejor poema del viento, llena de alegría los rostros cuando proponemos con ella un verso al amor.
Dile sí a la música, escucharla desde el amanecer a los maestros de la felicidad, sin importar lo pálido que amanezca, cuando un beso ardiente de sol, decide el pentagrama. Al tocar las flores y las alas de un colibrí mueve las cuerdas del alma, para que suenen versitos libres en medio de flores encendidas.
¡Ah Dios!, creo que has inundado mi vida de poesía, que me has llevado al rincón del silencio, para que descubra que no hay bien mayor que tu paisaje, y los aires de princesa que danzan alegrías, cuando presentimos que llega un frío del norte, para aliviar el intenso verano, que parecía quedarse en nuestros hogares, más un calmo beso tuyo, enciende, arriba de todo, una lámpara que jamás se apaga, la del amor…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/15
10-491-97
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CADENAS [117]

CADENAS [117]

Me impongo la cadena de tu amor
Cada eslabón será un día para quererte
Que nos junte el mal tiempo
Que nos bendiga la aurora
Como se bendice la playa por el sol
Al juntarse con las olas.

La cadena de tus ojos en los míos
El castigo perverso de calentarnos
Que la nieve sea propicia
El blanco velo de novia nunca alcanzado
Más siempre deseándote
Pareciendo colibrí buscando una flor:
La mía.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/15
10-491-97

COMO EL RÍO [116]

COMO EL RÍO [116]

Así te quiero mi amor
Como el cauce de un río
Que no le niega a la roca un beso
Ni a la orilla un encaje.
Como una quebrada
Fresca cual traje de nieve
Que se junta con el aire
Y con alegría nos conmueve.
Como éste día nuevo
Danzando al viento ocarinas
Razón más para un te quiero
Y comulgar versos de amor
Paridos con tu ayuda.
Como el suspiro de ahora
El temblor de mi piel
Ansiando tenerte conmigo
Aire mío abrazado a tu perfume
Alejándonos raudos
Por el colmenar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31 /15
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PUERTA ADENTRO [115]

PUERTA ADENTRO [115]

Al escuchar la piña madura cierto día, los vi lanzándose piedrecillas, se veían en sus niñas brillantes, y un solo movimiento de sus párpados, hablaba de una profecía de amor que se cumplía en su alcoba.
Parió la vieja muchos vergajos y verracas chinas de buena calaña, aunque algunos no hayan sido tan derechitos, en el camino aprendieron a las patadas a caminar como la gente...
Kico dio algo de guerra, pero los demás no se quedaron atrás, algo inconformes, los viejos no eran ricos, ¿cómo podían ser millonarios con 17 bocas por alimentar?, no jodás y el rancho ardiendo, porque según palabras de mi santa madrecita, el viejo tenía ganas para todo el tiempo, y al fin le tocó frenar, porque siempre llega el momento de pasar la página y leer otras hojas que caen y caen del árbol de la vida.
Llega cualquier día medio entonadito, así nos gustaba porque era todavía más dulce que cuando estaba sobrio, y buscaba la radiola y a poner carrangas que daba miedo… ¡Sofía!, ¡Myriam!, ¿en dónde están las muchachas para que me acompañen?... y ellas estaban escondidas debajo de la cama.
Al fin el viejo se cansaba, en aquellos días cuando sus acompañantes no aparecían, pero cuando llegaba con sus amigos músicos, primos hermanos, entonces se formaba la furrusca, y todos nos levantábamos a la fiesta, tengo recuerdo de estos momentos hermosos, y de las carcajadas y chistes, mi viejo bailando con una silla o la escoba, y nosotras haciéndole ronda.
Sofía se enojaba cuando estaba entonada porque decía qué esa guitarra no tenía canciones bonitas jajaja! , y entre copla y copla nos amanecía, y el viejo al fin se quedaba dormido. Le quitábamos los zapatos y las medias y con una manta gruesa de lana lo abrigábamos, daba gusto escucharlo roncar, ¡lo merecía!, eran sus momentos de relax con sus amigos, que fueron muchos, hasta que también la música silenció, no recuerdo los carrielitos para donde se fueron, lo acompañaban de cacería, y se tenían mucho cariño, igual nosotros los apreciábamos bastante.
Años después los encontramos en Bucaramanga, pero no tengo mucha claridad, después en Zapatoca, y entre amigos, música y coplas, la vida pasaba, y mi reloj viejo que había frenado, inició a caminar… ¿hasta cuándo?... no lo sé... ¡pero que suenen las carrangas!..

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/15
© 10-491-97