EL SERBIO
El Serbio adornó mi alcoba:
rosas amarillas sobre el edredón
y afuera sobre una bandeja,
un fino licor.
¡No te desnudes por favor!
Quiero hacerlo con mi boca
y probando de a poco,
mi vestido quitó.
Mmmm...¡dulce de leche!
¡qué rico alfajor!
¿me darías un beso bien rico mi amor?
Y el Serbio corría,
de aquí para allá,
calzoncillos rotos,
¿medias?, ¡sí, a medias!
despojado de todo,
¡mira qué bribón!
No fue luna de miel
se juntaron las lunas,
se mordieron de a poco,
¿edredones rojos fueron?
¡tampocooo!...
Y pasaron los años,
llegaron los niños
recordé que el cuento
Del Serbio y Yo
aún no termina,
me falta
el punto final
y una que otra rima.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 20/14