LA
LIBÉLULA/A Pablo Rueda [71]
No
sabe la libélula
qué
le depara el nuevo día.
Abre
el cristal de sus alas,
tornasol
bajo la lluvia,
al
beso de aguas claras.
Una
noticia bella trae hoy:
el
dolor se aleja y ella me rodea,
me
susurra un verso blanco,
la
melodía del mar canturrea
y
marcha en silencio.
Se
vistió de azules, de verdes,
de
blancos tan blancos,
que
se confundió con la brisa
y
un aliento a luna llena,
beso
de madre que viene y va
retorna
sobre la prisa
que
la trajo a mi alar.
Su
imagen es de vida:
¡No
te preocupes!...
¡Nada
te afane! /repite
Confía
en el poder que no se ve,
abre
los ojos a lo nuevo y lo descubrirás,
y
en un rato, cuando no haya pesar ni angustia,
pasaré
de nuevo por tu casa
para
que sientas mi veloz paso
con
un alma dentro del corazón.
Me
pide para ti éste nuevo día
un
poco de asombro
ante
raudo viaje por tu estancia,
siendo
portadora de buenas nuevas
y
alegrías inmensas que retornarán.
Soy
yo… /tu madre libélula…
Un
ángel convertido en buena noticia
que
regresa a casa para tocarte,
y
sientas mi presencia en tu dolor
que
mañana, ¡será sólo un recuerdo!
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 21/13