domingo, 10 de noviembre de 2013

DETALLES [96]

DETALLES [96]

Un detalle para hoy,  el día está lleno de flores,  se nos permitió vivir un día más, me asusta el tiempo de ahora, cada día se roban una vida,  los chicos prefieren los venenos de la calle, corrompen sus pieles, se dejan llevar de otros, odian la vida, la juventud que adoro y necesito.

¡Regálame niño tu belleza, tu fuerza!...
 ¡Si pudiera pedir prestados los años que no deseas vivir!...

No corras... ¡quédate ahí en tu banca!,
¿has visto cruzar un ave en tu camino?,
no la hieras con tu honda, porque herirás a Dios...

Ven... dobla las rodillas y pide perdón,
hay alguien que no juzga...
Voltea tus ojos y detalla la seda
con la que fabricaron las alas de las mariposas...

¿Conoces a  su Creador?...
Yo lo adivino cada día al despertar, en el sol...
Y al dormir, si puedo bendecir un descanso.
Ruego para que el bosque sea respetado
que broten miles de hojas y se renueven
entre enormes y bondadosas ramas.

La naturaleza se enoja con todos,
tengo miedo como tú...
Temo que las tejas vuelen, que mi techo viaje,
que desnuda camine, y suplique como tantos...

Detén tus prisas... no odies...
Abre un hueco y entierra tus penas,
y en vez de llorar y matar tu hermosa vida,
cultiva un rosal y tráeme una flor.
Deja la más bella, y dobla las rodillas,
Será una ofrenda por los árboles caídos
por ti, por mí...

No importa quién se crea  mejor,
nadie lo es,  ni  más importante,
todos vamos a morir,
tenemos la misma celda
que guarda un alma intocable
cual perla en una ostra.

Si lo decide el tiempo, partirás
ni siquiera podrás escoger el día.
Lo que piensas que es, ya era,
Y lo que fue, ya estaba escrito en tu destino.

El día que escuches a la luz hablar
y se lleve el alma a volar
dejando el estuche cuerpo
con esa sonrisa vaga
para que lo devoren los peces del mar;
sabrás que esos segundos perdidos
no retornarán…

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, noviembre 10/13

HÁBLAME [97]

HÁBLAME [97]

Háblame ahora, quiero sentir tus alas leves,
mi bonita mariposa,
tan enamorada de la miel
como yo, de las ricuras de la noche,
donde se aleja el viento con mis sueños
y perturbada vivo por tu amor...

Dime que es mejor allá,
¿existe el dolor?... todo es alegría, lo presiento.
No hay sombras oscuras en las esquinas
ni te asusta la noche ni el día...

Temo cerrar los ojos... ¿estarás junto a mí?
Envía entre los rayos de la luna un beso,
un susurro de viento que pueda atrapar,
una oración que acierte al fin
y un verso de púrpura y granate
surcando alas de brisa
en tan mágico aposento.
Sobre una hoja llena de rocío
ahí te esperaré, ahí callan los fuegos
y suspira el río...

¡Háblame ahora y tócame!...
¡Qué perfume el tuyo!, lo siento ahora.
Cierro los ojos y el mundo calla,
aparece de nuevo la blanca cabellera de la luna
tan parecida a ti trepando  montañas
y escribiendo poemas en los robles.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 10/13




CULTIVO MARGARITAS [98]

CULTIVO MARGARITAS [98]

¿Quién será hoy la dueña de mis flores?
Un solar pequeño me sorprende 
si entre las rarezas de la vida,
con los ojos aguados se despiden
los seres más amados.

Son para ti, princesa mía,
¡pero sin llorar!, me dice Myriam,
la gallina copetona que me incita a cantar,
en vez de una queja repetida.

Tienen corazón dorado,  
son del cielo las mieles derramadas
y el colibrí enredado entre blancas alas,
conmigo se ha quedado...

En un rincón fabrico un nido
con cada pétalo deshojado,  
con las perlas de mis ojos, dos suspiros,
que trinan con sus abiertas alas
esperando del cielo su regalo.

¡Que no rime nada!
¿Más el amor rimará?
Quiero entre mis flores adorarte
por el tiempo entregado a mi vida.
Un pañal de pobre  y tus desnudas tetas,
más la dulzura de tu amor llenó mi alma
con mieles blancas en tu carne resguardadas.

¿Para quién es rocío de mis flores?
Para la vieja de mirada triste,
quien en medio de un poema preguntaba:

¿Quieres que hablemos?
Y no habló más.... dejó sus ojos abiertos,
parecían cristales de un espejo fino
¡donde aún me miro!...

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, noviembre 10/13

TE VERÉ MAÑANA [99]

TE VERÉ MAÑANA/A mamita [99]

Cuando asome un rayo de luz en mi ventana
y mis letras pequeñas dancen entre las hojas;
siendo niñas coquetas, con sus trajes nuevos,
podré esa vez  aliviar el dolor, con mis despojos.

Te veré mañana es seguro,
al calmar la inquietud con necios versos,
un mañana nos sorprenderá riendo,
con el alba colada en un madrigal.

Acunados están en alacenas,
los versitos de amor que declamabas.
Ahora el tiempo voraz consume todo,
junto al cantor y sus viejas alboradas.

Y en el silencio de otros te veré,
al  llenarse de nieves las pestañas.
Callará la luciérnaga en un árbol
y caerán del pino las castañas.
Te veré arropada de primaveras,
¡tan bello jardín con rosas blancas!
Tan pura tu piel, tejida en  seda,
corriendo peñas cual joven potranca.

Y al final, cuando todo haya sido,
las dos correteando soles enamorados
gritaremos al unísono riendo a carcajadas:

¡Atrapa el mío, que parece más veloz!,
¡Mejor toma el mío ahora, mi corazón,
que se ha pintado el cielo de arrebol!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 11/13


TODO RIMA [100]

TODO RIMA [100]

Domingo rima con lunes, o martes...
No importa si las letras no combinan
pero hace juego el cielo con el sol;
las estrellas con la noche…

Mis manos en tu pecho, acariciando tus flores,
y el compás de tu cintura, con el motivo del hoy
sobre mí cansado ocaso…

¡Todo rima tan hermoso…!
El silencio, el ruido, el pecado con el perdón,
los gritos de los niños con los cantares de las aves;
el ahogado beso que me acabas de dar,
y mi lengua enredada en la tuya.

¡Cómo rima delicioso todo!
Las olas con el mar,
las rocas con los ermitaños,
el verde con la montaña
y éste gran amor
que me hace palpitar.

Sí, todo rima,
 hoy es un día lleno de bendiciones,
es domingo, y no estoy triste como ayer,
ahora acepto que es un día 10.

¿Cómo olvidarlo?, un 10 se fue mi madre
volando… volando…
Ahora hace juego con las rosas
que la esperaban en el cielo
en ese triste amanecer...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 10/13





YA NO HAY FRÍO [101]

YA NO HAY FRÍO [101]

¡Qué grande es el amor!
Con él mis alas cobijo,
ayer fue un roble
a quien hurtaron su vida,
quien a pesar de yerto
regaló auxilio a un cansado.

Admiro las blancas sábanas
las cenizas de un ayer.
Ahí muchos caminantes fueron,
más el embate del temblor
nada fue, ante cálida visión.

Ya estoy aquí de nuevo…
Me asusta todo, ¿será que temo al depredador?
Pero aquí me cobijo, no habrá lluvia,
emito una oración en mi tibio nicho,
una guitarra suena, y su eco llama.
¿Eres tú quien entre el sol declama?

Al instante, aterido mi corazón;
entre más temblor más llanto,
pero un radiante ojo de candente llama
baja desde el cielo, y me brinda su calor.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 9/13