viernes, 23 de marzo de 2012

OTOÑOS 10

OTOÑOS  10

De nuevo escribiendo sobre la misma música, la melodía que llena de nostalgia, los recuerdos de un ayer que debe quedar allá… recogiendo sólo silencios… huecas sonrisas en una soledad que pareciera tallada en muros donde agoniza mi vida.

Ya las primaveras marcharon... las flores… ¡qué mustias las presiento!... y en mis ojos, diviso un ayer esfumado, sembrado entre rocas grises que hoy tal vez adornen algún recinto olvidado.

Las hojas de cerezo ya cayeron a la vera del camino, una vez más… un sendero donde mis pasos se borraron y mis huellas se tallaron entre lágrimas, entrelazados mis muslos en los tuyos, tus jóvenes labios con sabor a desengaño que sabían robar todas mis sonrisas y esos negros ojos en donde olvidaba el dolor y todo era canto y brisa.

¡Ah! … como suspiro al recordar la calidez de esa lengua tuya sorbiendo de la vida las maravillas, y esos brazos acariciando entornos de guitarra; y los míos tocando tus muslos fuertes y enredándome en tus brazos, y mis venas de tibio aliento consumidas en las tuyas, tejiendo un nido que borró el tiempo.

La fuente recorriendo un camino inventado… el cristal y los peces tocando mi boca y corriendo veloces… los cánticos bajo las ramas… el arrullo del agua que corre veloz y se desliza como serpiente ondulante por las faldas de la montaña… y mi cuerpo danzando sobre ese espejo que dibuja un cielo azul, las hojas resecas en el fondo que tocadas por mis pies parecen sedas, que llenan de vida aquél añorado estanque, donde mi vida se vistió de malvas y mis ensueños de sonrisas.

Encuentro sólo el espacio donde estuvo la banca de madera, donde me sometí en silencio a la voluntad de tu amor y al abrigo arrogante de tu piel… y mi vida se endulzó tanto …que olvidé que mis pies rozarían cardos espinosos que me marcarían por siempre.

Alguien azotaría con violencia mi destino sin aún comprender el por qué de todo lo vivido,  ni la razón de mi existencia que pareciera  hueca sin ti.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 23/12
 

NO QUISIERA HABLAR DE AMOR

NO QUISIERA HABLAR DE AMOR

¿Cómo cariño mío,  haré para no pronunciar una palabra más de amor?
Sólo escuchar una melodía; observar imágenes que otros ojos traspasan por ésta ventana en blanco…
Sentir el silencio, ver aparecer un halcón que 
mueve el viento… todo me hace olvidar mis promesas…

Busco palabras para adornar mis versos, pero me parecen falsas, sólo quiero con la sencillez de las mías, decir que tu nombre escrito en el azul cielo; para mí ya no es fantasía, no es locura…

Dibujo amapolas en tu vientre, derrito mi boca que gime entre unos brazos fuertes, desnudo todo el tiempo mis ilusiones para que las veas; creí que dibujando un dorado sol convertido en miel podría probarte todo, saborear esa morena piel y vencerme, cerrar los ojos y descubrir que mi demencia mañana será certeza sobre un lienzo pálido cubierto de violetas…

El leve llanto del rocío sobre las flores ya es un motivo, un piano extendido con todas las notas ocultas son una razón para imaginarte aquí, convirtiendo todas nuestras palabras en melodía, nuestras lenguas en soles blancos y negros inventados, corriendo tras las mariposas de la noche, que invitan a buscar ese olor para perpetuarse; mientras la cortina de humo se desvanece y ahí simple y callado como un bello poema que aún no se ha escrito, apareces llenando mi vida de ilusiones nuevas.

Dos copas de vino rojo esperan sobre la mesa; aún está tibia la tarde y éste fuego me consume… he mirado a tus ojos y ese intenso brillo parece penetrar mi vientre… y un nuevo sentimiento aparece; y te invito con una sonrisa a dibujar carmines en tus ojos, mientras el dorado sol me penetra y me funde contigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 23/12

FLOR DE LOTO 2

“FLOR DE LOTO 2"

Ayer despejé las dudas
Decidí que viajaré a tu lado
La música es apacible como tu mirada
Las flores de loto son besadas 
¡Qué caricias, tan dulces y sedosas!
Como gotas de rocío después de la lluvia matutina.

Aquí estoy igual que ayer…
El chorlito pisa mi piel y suavemente me desvío
Son tus brazos esa enredadera frágil, 
Son tus ojos esa estrella de la noche
Y como consentida paloma 
Me arrullo en un rescoldo del camino,
Extasiada en el bullicio y calidez de mí espacio.

Imagino que marcharon aquéllos que algún día me hirieron…
Han volado las garzas blancas, 
Y un nuevo banco de pequeños peces acaricia mis pies,
Ya no importa la burla, ni el desencanto, ni la tristeza…
Lo que ayer fue… 
Hoy se repite como una campana anunciando oración.

Descubro a los cisnes blancos en amor entregados;
Me aferro a éste liviano brazo
que aún a pesar de todo me sostiene
Miro de nuevo los azules y te encuentro… 
Un amor tan limpio y fresco…

Me donas una suave brisa 
Que ahuyenta a un pequeño colibrí… 
Mi amante eterno…
Y en el brillo de sus pequeños ojos…
Su amor por mí.

Han volado los gorriones y anidan cerca… 
La ilusión de una camada los hace trinar de nuevo
Desde aquí… solitaria y perfumada abro mis pétalos, 
Entrego mis dones sin esperar nada,
Una fría brisa me aparta de ese rincón oscuro… 
Abro los ojos… y de nuevo te descubro.

Allí en medio de dos cerros apareces 
Y una gama de colores me anuncia que sigues ahí…
Se acerca el atardecer y mis pétalos se cierran… 
He decidido descansar un poco
Mientras la calidez de la noche 
Y esa estrella luminosa cuida de mí.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 23/12


CANTO DE RUISEÑOR

CANTO DE RUISEÑOR

Canta pajarito en mi ventana
Antes que el depredador derribe la rama que te sostiene
Entona ese himno al amor que sólo tú sabes
Llévale un recado a ese ingrato que voló 

Que calló y nunca más un verso te escribió,
Mutiló tu alegría y la dejó vagando
La arrinconó cerca al arroyuelo donde quebró tus alas.

Trina cielo mío… y levanta vuelo lejos… muy lejos…
Hasta allí llegará ese ruego tuyo lejano y triste
Donde un nido quedó a la deriva de tus ilusiones,
Segura estoy que algún ave perdida en el camino te encontrará.

Dame la última serenata con el violín de tu alma
Baña tus suaves alas en el cristal límpido de mis ojos
Entre los dos elevaremos una cometa al cielo;
Tal vez nuestro ruego sea escuchado
Y construiremos una alameda nueva
Donde amor mío… nuestro cántico no se lo robe la ambición.

Canta feliz entre tus ramas… no me hagas llorar…
Ya observé la llanura donde el tiempo se acorta…
La cristalina fuente donde ya no florecen las orquídeas
Y el gran roble que huye veloz por una sucia corriente
Donde sólo se posan los tristes goleros.

Dile a ese amor ingrato que te abandonó
Que aún tu cántico es hermoso… aún florecen los cardos
Pero que esa herida que te dejó solitario sobre una reseca rama
Pronto sanará.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 22/12

UN VALS POR MI MADRE

Hola amigos, los invito a bailar éste vals por todos nosotros, mi madre como una divina mariposa amaneció tibia…

Ayer estaba callada mi consentida, la palidez enmudeció su rostro y apagó mi vida
Hoy el mago decidió que su rosa piel de nue
vo alegraría mi existencia,
La veo volar con sus cansadas alas… la observo recorrer el jardín de sus ensueños
Y en esa verde mirada, como esmeralda tallada en los cerros de mis montañas
Se levanta de nuevo la que con ánimo caído estaba.

Sigamos danzando en ésta barca… entregando sueños y palabras de aliento
Que nada enturbie nuestro viaje… que nadie languidezca en el camino
Que el alcatraz nos indique el sendero, donde sin dolor calmemos ésta ansiedad por vivir
Y allí cuando el arco iris aparezca en el amanecer soñado…
Será cuando al fin… con la mirada perdida en la divina estancia,
Descansemos de éste viaje,
Un viaje tan extraño… donde pareciera que el dolor ganara la batalla
Aún sin saber que es allí… donde la felicidad plena esperaba…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 23/12

"FLOR DE LOTO 2"


“FLOR DE LOTO”

Ayer despejé las dudas
Decidí que viajaré a tu lado
La música es apacible como tu mirada
Las flores de loto son besadas
¡Qué caricias, tan dulces y sedosas!
Como gotas de rocío después de la lluvia matutina.

Aquí estoy igual que ayer…
El chorlito pisa mi piel y suavemente me desvío
Son tus brazos esa enredadera frágil, son tus ojos esa estrella de la noche
Y como consentida paloma me arrullo en un rescoldo del camino,
Extasiada en el bullicio y calidez de mí espacio.

Imagino que marcharon aquéllos que algún día me hirieron…
Han volado las garzas  blancas, y un nuevo banco de pequeños peces acaricia mis pies
Ya no importa la burla, ni el desencanto, ni la tristeza…
Lo que ayer fue… hoy se repite como  una campana anunciando oración.

Descubro a los cisnes blancos en amor entregados;
Me aferro a éste liviano brazo que aún a pesar de todo me sostiene
Miro de nuevo los azules y te encuentro… un amor tan limpio y fresco…
Me donas  una suave brisa que ahuyenta a un pequeño colibrí… mi amante eterno…
Y en el brillo de sus pequeños ojos…
Su amor  por mí.

Han volado los gorriones y anidan cerca… la ilusión de una camada los hace trinar de nuevo
Desde aquí… solitaria y perfumada abro mis pétalos, entrego mis dones sin esperar nada
Una  fría brisa me aparta de ese rincón oscuro… abro los ojos… y de nuevo te descubro.

Allí  en medio de dos cerros apareces y una gama de colores me anuncia que sigues ahí…
Se acerca el atardecer y mis  pétalos se cierran… he decidido descansar un poco
Mientras la calidez de la noche y esa estrella luminosa cuidan de mí.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 23/12