sábado, 22 de junio de 2013

PALABRAS SUELTAS (28)

PALABRAS SUELTAS [28]

Estoy aquí para decir gracias a la vida, a pesar de todo;
de las experiencias de ayer que pretendo olvidar.

¿No es maravilloso un nuevo día?

Ayer mi amiga Myriam Jara 
me dio una noticia maravillosa,
llegó de nuevo abundancia a mi hogar,
personas nuevas, negras, blancas, doradas, azules,
que serán un motivo para sonreír,
porque llorar lo hice ayer,
cuando deambulaba por ahí 
como una bestia con mi escoba gris,
con todas mis palabras.

Hoy dije: ¡basta!... ¡dejémonos de tonterías!
sigamos caminando.

A la vera del camino, levanté el rostro para verte,
un traje verde envuelto en ocres,
en un rincón, en un nicho,
ahí estabas…
¡Tu mirada me conmovió tanto!

Anuncié que sin ti,
no era ni una sombra sobre un lago.

Como siempre, recordé a mi madre, a mi muchachito,
me quité la venda para no permitir dar paso al odio, y sonreír,
porque el día está lleno de brillos
de cánticos y de un cielo azul perfecto.

Parece aguamarina el mundo,
pero en un momento,
será mágica lluvia de diamantes.


Raquel Rueda Bohórquez
22 6 13




MIS PERLAS (29)


MIS PERLAS [29]

Le daré mis perlas al mar
Sí, al mar, ¡al mar!...

Dejaré mis huellas en la arena
donde mis pies pequeños
no se castiguen con el sol,
para voltear mi rostro a los índigos
donde brilla más el amor.

Y de nuevo en estampida,
como se alejan en el atardecer las gacelas,
llegaré hasta un bohío
donde repose la calma.

Y en el mar… sí,  en el mar…
Mi amante soñador de voz intensa
que musita versos, y entrega caricias,
a él le dejaré mis perlas de sal,
para él, ¡para él!...

Cuando ya el ocaso
con su apacible amor de colores
me diga que no regresa…

Me descalzaré de nuevo para verte
calmando de las aguas mansas, los ardores,
para dejar en las ardientes rocas, tus amores.

Y al mar… al mar…
Ahí llegaré cuando se anuncie un viaje
y un ave de blancas alas se desnude
para viajar contigo entre las olas,
y apartarme de éste doloroso mundo
impulsada por el ánimo del alma
que enamorada se eleva hasta tu altar.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 21/13 


PALABRAS SUELTAS (30)

PALABRAS SUELTAS [30]

No vivo doblada haciendo el mal a nadie, ni maquinando cosas contra éste o aquél;  me agacho cuando alguien ha colocado alguna roca y necesito quitarla de mi camino, para que no me hiera más.

Puedo decir que estaba acostumbrada a reír mucho y que ahora no dejaré de hacerlo, pero lo haré sola, cuando me vea al espejo y detalle que esa fiera que me mira, es una mujer  triste, que se parece a mí.

No ando como un rumiante,  me duele un ayer lleno de amor, y hoy, un río violento de odio, pero le camino a ser buena gente, siempre le he caminado a eso, a ser honesta, y aunque parezca vivir en una cárcel, desde aquí, he visto muchas cosas y he querido aprender a no confiar en nadie, pero no puedo, me estrello contra la misma roca una y otra vez, pero deseo seguir buscando el risco que contiene mi diamante.

Las estrelladas cicatrizan poco a poco,  no quiero sentirme derrotada, deseo encontrar en cualquier sitio alguien en quien confiar.

Tengo un mundo de oficio todavía, una tarea enorme, y esa tarea soy yo...

Ser feliz, es el principal objetivo del ser humano, y en el resplandor ajeno, buscaré algo para mí.

No estoy encorvada,  estoy sentada en mi pequeña silla, soy muy pequeña 1.59 pero es sólo un número, una talla que cada día se achica más, y debo tomar de cada segundo un momento de felicidad.

Me iré a dormir, hoy fue un día maravilloso, más que ayer,  mañana será superior, porque descubrí que no era una bruja malvada, sino un ser humano muy sensible, en búsqueda de amor.

Raquel Rueda Bohórquez

22 6 13 

¡LLAMAN A LA PUERTA! [31]

¡LLAMAN A LA PUERTA! [31]

¿Quién llama a ésta hora?
¡Soy yo, el viejo de la gelatina,
ese vecino que está a la vuelta de la esquina,
y que desde hace rato cambió de domicilio!

-¿¡Qué carajos quiere ahora!?,
no fue hace  tiempo, y eso no está olvidado,
¿qué dijiste, que no era nada a tu lado?,
¿a qué vienes ahora, a perturbar mi sueño?

-¡Quiero hablar contigo, que me comprendas!
Decirte que de aquéllos calores
donde una escoba con falda me hacía levantar todo
mi rostro encendido,  mis piernas tembleques,
y flaqueaba el amor por tus besos y ardientes caricias
por correr tras ellas… ¡de eso ya no queda nada!
¡Dame tan solo un momento para hablar contigo!…

-¡No quiero!...
¿Me devolverás los años que te esperé aullando a la luna?
Era una loba ante tu amor ausente, así pasé día a día,
me sequé con las manos tanta lluvia salada,
remendé mis harapos viejos,
caminé entre letras un poco tarde
para que entre ellas quedara mi alma tallada.

También, entre flores blancas,
donde llené de tanta soledad y ausencia,
ese escapulario que perdió la imagen,
después de años, y años de rosarios.

¡Vete al carajo!... ¡no quiero que regreses a mi puerta!
Dejaste tus calores jóvenes, cuando yo estaba hambrienta,
entre los ijares de cuanta puta barata pasaba y pasaba…

Y ahora… ¿me pides que hable contigo?...
¿Qué me dirías acaso?...
¿Qué te perdone?
¿Qué tuve la culpa
por no comprender esa hombría
de tus años jóvenes?

¿O culparás a todas las fáciles
que anidaron entre tus brazos,
y que tomaron el ardor y los besos que creí míos…?

Te diré algo y espero te calles:
¡Te quedas parado en la puerta,
porque a mi cuarto no entras!…

Envejecí esperando un ramo de flores de tus manos,
un perfume barato siquiera, un par de zapatos,
 cualquier cariño que devolviera una promesa de amor,
una mirada al menos,
donde no estuviera el brillo de macho satisfecho,
un billete para abonar a los tantos y tantos gastos
que me tocaron sola…

No quiero hablar contigo de nada…
No deseo tu lástima,
pues ahora soy feliz sin ti…

Aprendí de las rocas a sanar mis pies,
de las espinas en el camino, de las palabras agitadas,
del odio, de la mala hierba sembrada…

Me di cuenta que si las amabas a todas,
¡a ninguna amabas!…

¡No quiero tu lástima!..
Hoy me tocó hablar a mí, enmudecí por muchos años,
pasé agonías en silencio, viendo hacia la puerta…

¿Y ahora que encuentro un amante de blanco ropaje,
pretendes venir, cuando ya de mi amor, no queda nada?

Día tras día aliviando mis cargas…
¡Son miles de pequeñas letras!
El dulce amante que el destino puso en mi camino,
lo presentí alguna vez, buscando la felicidad contigo,
¡y nada que llegaba!...

Entonces tomé una pizarra,
una hoja en blanco,
mis dedos se fueron acostumbrando a ese tibio calor,
y así mi amante nació,
entre brillos celestiales y ensoñadores
que iban y venían en caballos de fuego,
para descender sobre mis mutilados pechos,
y volar así, como un cóndor por el azul cielo,
vestida de nácar, de sedas blancas o azules…

¿Vienes ahora a pedir un puesto
que ya está ocupado?

¡Vete a dormir y no jodas!...
No olvides quitarte el puente, no sea que lo tragues,
pídele a la virgencita María y a todos los santos,
que te protejan, porque de mi parte: ¡púdrete en el infierno!
De mis tristezas no volverás a hacer burla,
y ahora que estoy vieja, ¿para qué me quieres?...

Respiro profundo, inundo mi alcoba de perfumes
para que tapen mis propios olores,
y le pido a Dios un día más, tan solo un día más,
y una hoja en blanco para seguir dejando
ladrillos y rocas, pues  faltan pocas…

Y a María no la canso con más oraciones,
la dejaré quieta, sobre la misma mesita de mármol
que me regaló un amigo,
con los  zapatos pequeños de mis muchachos
para que los tenga en la mira,
y no me los deje perderse por ahí,
sin un horizonte,
llevando como bandera la traición.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 21/13 

MIS POLLITOS (32)

MIS POLLITOS [32]

Mis pollitos amados,
ellos son el motivo por el que estoy aquí,
por ellos recorro caminos y busco en el viento,
en cada suspiro un poco de contento.

Ellos son mis cariños,
quienes a ratos se ausentan de mi amor,
pero los amo...

Desde que mis perlas quedaron por ahí,
una tibieza extraña, un calor, un perfume…
Sus voces ocultas, sus miedos primeros,
bajo mi ruana acolchada.

¡Mis niños amados!:
Pedazos de cielo, regalos de Dios,
si ellos supieran tan solo un momento,
¡cuánto los amo!...


Raquel Rueda Bohórquez 
22 6 13

EN MI LAGO (33)

EN MI LAGO [33]

En mi pequeño lago
la pradera despierta con el canto del grillo,
los toches de agua, las gallinitas de patas largas,
los búhos de la noche que gimen o cantan.

¡Aquí  todo es tan bello!
No tiene motivo el corazón de quebrarse,
ni tienen mis ojos otra razón, que admirarles.

Sus acolchados de seda,
sus ojitos como lunas llenas,
sus carreras y afanes por tesoros mínimos
que saltan por su vida con ganas.

En mi lago todo es hermoso,
hasta los caimanes que esperan sigilosos mi nado,
hasta la brisa que mueve los cañaduzales,
hasta un leve suspiro que pasa por mi lado.

Y navego... los llamo, los beso, los acaricio,
les entrego todo lo que tengo sin pedir nada,
y al cerrar los ojos, me ausento con ellos.

Un temblor pequeño, de vidas que claman,
de voces de ángeles que inspiran el alma,
y navego, sí... navego en mi muerte pequeña,
en una laguna donde nacen lotos perfumados,
y ellos me siguen, con sus andares pausados.

Mientras la marea continúe tranquila,
estarán a mi lado…

Raquel Rueda Bohórquez

22 6 13 

GORRIONES (34)


GORRIONES [34]

Se acercan las lluvias y los gorriones.
No he de estar triste, no hay soledad,
he reído mucho hasta llorar
y me acompañan mis niños, desde su alar.

En su gracioso canto me embelesaba,
un poco de oro sobre el tablado,
la máquina, el maíz convierte en vida
y ellos felices por ahí, saltando en la cocina.

De aquéllos días llenos de gloria
donde un pedazo de arepa y agua de panela,
donde un caldo de cebollas,
unas manos... unos ojos...
crearon de los sueños,
más de una victoria.

Y al sonar de campanas de la vieja iglesia
se elevan de nuevo las oraciones,
¡corre mi vieja por su rosario,
y saltan los niños de los rincones!

Y el gorrión de ocres y brillantes alas
deja un suspiro sobre las ramas,
se aleja manso y tranquilo
para anidar escondido entre los pinos,
donde tantas veces, picos hambrientos,
parecían matizadas flores de clavellina.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 22/13


UN DÌA COMO HOY 22 JUNIO/13 (35)

UN DÍA COMO HOY [35]

Un día como hoy, ¿quién lo repetirá?

Nunca se repetirá un segundo, así parezca idéntico, por tal razón, pensando en alto como es mi costumbre, ayer, mejor dicho ahorita, "el hombre es el hombre", o sea mi pequeño macho Danilo y Chanchi, la niña de Vero que está con los ardores de la vida, y ese par de machos que se ponen con un desespero que no los aguanta ni Mandrake, como cuando andaba cierto macho por ahí, corre que corre con esa vaina que les da tanta guerra, que a veces nos da es lástima, contaré que encontré el cuerpo del delito.

Dije: ¡no más crías!, ¡no más perros de dos ni de cuatro patas en mi casa!, pero nada, pregunté: “¿Quién carajos pasó a esa perra arrecha para que la montara el bolsón huevos largos de Frank?”, pues había quebrado mi promesa de ¡no más!, y alguien la pasó para el patio, y bueno, hubo luna de miel, y en dos meses nuevos niños Yorkshire, sin estar en mis planes. 

-¡Yo no fui!, /dijo el único que me acompañaba ayer.

Con tanta seguridad lo repitió, y con tanta fuerza de varón, que hasta se lo creyó él mismo, con tanto poder, como un bípedo completo, que hasta también le creí, pero con cierta reserva, y al rato… ¡vaya sorpresa!, como con las telebobelas colombianas, donde siempre llega un Francés y se come a la muchacha de servicio, la deja preñada, y con el tiempo, se descubre que la chica era realmente la dueña de todas sus riquezas, porque el abuelo del protagonista tuvo un romance con la bisabuela de un pariente, y ese pariente terminó preñando a la madre de la muchacha, quien a su vez enfermó gravemente y dejó su gran herencia, la que el viejo mañoso le heredó, quedando ahora a la muchacha de servicio, como se enteró de que tenía una hija, no lo sé; pero lo cierto es que después de tanto enredo, los documentos llegaron a sus manos al fin, y todo en un solo capítulo, aclarado para que no quedara duda alguna, después de tener a las viejas sin oficio, pegadas de la telebobela por varios años, salió el tan anhelado FIN, y la bobaza terminó con el galán… jajajaja, aquí tocó reír, pues como todo en la vida, el tipo no es que la amara mucho, sino que no me joñe, ahora con ese bulto de plata que no lo salta ni un chivo, no se quedaría con la princesa más linda del universo, sino con la pati pelúa de la señora Carmen.
Lo cierto es que como soy una súper agente 069 que es mi número en el horóscopo, y hasta hace poco lo descubrí, cuando decido organizar las alcobas, ahí estaba el cuerpo del delito:
2 bolitas redondas y de un olor inconfundible cerca de la cama “del hombre es el hombre”. ¡De nuevo me fregó la monta, no joda!, yo quería que si acaso por algún descuido la preñara mi bebé Danilo, y no ese bolsón mantiarropao de Frank, que casi me lo mata hace días por andar con la arrechera, pero bueno así las cosas, la vida sigue, y en dos meses, si mi Jefe lo decide, verán a unas hermosas criaturitas por aquí, pero ya no serán como mi muchachito Danilo, miniaturas.
Siempre lo hacen ahí, le tienen rabia mis perritos, no sé la razón, no es malo, es buena gente, pero los animales son así, entonces le dio rabia, imagino como la tomaría con dulzura, y desde su ventana que da al patio, la lanzó allá para que le pasara el calor, con semejante perro gordo, mínimo cesárea y pare de sufrir.
Buenos días a todos, vale una sonrisa o ríase con toda la gana, baje ese dedito, y aprendamos a ser sencillos en la vida, de nada vale tanto orgullo y vanidad, pues el día terminado ni siquiera el polvo de mis sandalias.

Raquel Rueda Bohórquez

22 6 13 

ENTRE COLORES (36)


ENTRE COLORES [36]

Entre pálidos colores se nos va la vida,
entre pinceladas violetas, azules y blancas,
entre verdores mágicos y opacos, que caen,
que pasan, solo pasan ante nuestros ojos,
se destiñen con el tiempo, y marchan de a poco,
entre blancos ropajes y ausentes miradas.

Se nos va la vida y no lo sentimos…
¡Qué livianos somos a ratos!
Pecamos de amigos, de amores,
nos llenamos de sueños tan vanos
que la vida misma es un sueño lejano
que nos roba con sus pinceladas,
y con ellas nos desvanece…

Entre jardines imaginarios nos plantamos,
un lirio en el valle, una copa de vino vacía,
un rosario, la imagen de María sobre una mesa,
sus fotos, las tuyas, las mías…

Mi casa, hoy es pequeña,
la llenan las cosas.
Descubro los “pongo”,
cosas viejas que he recuperado
y les he dado un valor inexistente,
pero hoy, no sé a dónde colocarlos,
y entonces con fuerza,
con un nuevo delirio,
los saco a la calle.

Que se lleve alguien mi ayer,
quiero descubrir el hoy entre cojines dorados,
entre talles de diamantes con figuras geométricas,
en tus ojos tristes que buscan alivio
y me siento un rato, ¡que espere el oficio!

Que aguanten los sabores de mi cocina pequeña,
tal vez encuentre algo para adobar un guiso
que hoy esté mejor que el ahumado de ayer,
que una sonrisa llegue a casa,
y que cuando marche vea a los ojos,
descubra que aquí  hay alguien
que no vivo sola, que me nutro de lo que el tiempo deje,
que mis manos nunca han estado ociosas
ni siquiera mi mente, que se acelera de tanto en tanto,
para buscar entre los huertos un motivo,
y entre las luces del camino, una esperanza.

Un óleo nuevo diviso, las mismas voces de los canarios,
sus diminutas jaulas los mantiene en prisión
cuando debieran estar volando con sus alas abiertas.

¡Se parecen a mí!
Un poco felices dentro de mi propio nicho,
un poco cantores, un poco llorones…

Y entre un espacio en blanco 
descubro los negros.

Es la vida esto… ¡colores!…

Sólo colores
que con la lluvia desaparecen,
lentamente…

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 22/13 


ENTRE ENREDADERAS

SÁBADO, 22 DE JUNIO DE 2013

ENTRE ENREDADERAS  

Le dijo una enredadera de flores pequeñas, 
a otra que estaba cargada de bolas redondas y verdes, doradas y arrugadas:

¡Oye vieja!, ¿qué haces ahí tan cansada… cansada?
¿No te da pereza vivir colgada nada más entregando flores y perfumando?... 
¡Nadie te agradecerá nada!...

Entonces la enredadera, 
que regala las más bellas flores le dice:

¡Taimada! ¿Crees que por ser maracuyá, 
no fui alguna vez una hermosa flor?, 
y mucho mejor que tus flores, 
y ahora, con mis bolas colgadas, espero... espero… 

Aunque alguna esté arrugada, 
ya se caerá para gritar con ganas:

¿Quién se comerá mi maracuyá?
Y un buey que pastaba en el llano, 
levanta los cachos y embiste con fuerza, 
para que el fruto cayera en sus manos.

¡Muuuuu! - respondió...
Que en idioma extranjero significa: ¡Yooo!


Raquel Rueda Bohórquez
22 6 13 

EL LINCE (37)

EL LINCE [37]

Lo sabía, esos cachos en las orejas me lo dijeron,
esa boca que no es de gato pardo, /ni de tigre de bengala,
esas garras que no son de fiera
ni de un depredador como el hombre,
me hablaron de un gato diferente a otros:
el lince.

Y en sus ojos dorados penetran los cerros,
su ligereza lo hace volar y trepar por los robles,
se esconde, también tiene miedo de alguien
que con un rifle apunta y con una espada hiere.

Sabe jugar como un niño pequeño
y cuando tiene hambre,
/de esas hambres que él no comprende,
divisa el estero, huele la carne,
y empieza la danza por la vida,
mientras sus filos se convierten en dagas
y de púrpura se adornan las montañas.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 22/13

PARA ELLA (38)

PARA ELLA [38]

Los ojos negros de aquélla mujer,
sus manos laboriosas, incansables,
sus piernas, donde los azules implacables
mostraban un dolor del alma y un cansancio,
que descansar no dejaba.

La sabana le conocía,
los calores de la noche en aquéllas tierras lejanas,
el petróleo calcinó las antes montañas amadas
donde vivió su niñez sobre limpias quebradas,
y anidaban palomas y garzas blancas
sin que la mala honda las tocara.

Su bata blanca de enfermera que a tantos ayudó,
¿para qué hablar de cosas malas, sí de buenas se adornó?
Es que en la vida todos nos equivocamos,
pero muchos, no buscamos el perdón,
pero de aquélla linda dama,
¿alguien les habló?

¿Contó, que las dos jugábamos a los tesoros?
Una esmeralda, un diamante tocaron nuestras manos,
una carrera envuelta en carcajadas,
donde la oscuridad era plena
y el tiempo anunciaba una primavera.

Fue mi comadre y amiga,
conocí secretos que se irán conmigo a la tumba,
la vi aquél último día, como un sauce llorando,
semejaba una cigarra cantando,
hasta que ya no queda nada,
un poco de tierra adornada de flores pálidas,
y su corazón errabundo.

Mira: -Fueron mis últimas palabras en aquél fatídico día,
/si no sabes qué hacer y un tormento extraño,
imágenes que vienen y van, en sueños que extravían,
enredaderas que quieren tomarte y aprisionarte en vida,
descubre todo lo que hay a tu alrededor.

Cierra los ojos y adivina a mis cachorros,
¡qué encantadores saltan tras una mariposa!... y sigue contando…
cuenta ovejas blancas que se disfrazan de nubes, y sigue volando…
¡pero no llores más!...

Las drogas mal recetadas la enfermaban,
sus imaginarios dragones la desnudaron cualquier tarde
y niños vestidos de blanco le esperaban.

Y voló la mariposa con sus puertas cerradas,
un lago de púrpuras entre sus dedos,
un abrazo enorme, una hoja, la ropa organizada,
y un lago… ¡un inmenso lago!…

Aquí vagaban las rosas púrpura de la vida
era un piso nuevo, una casa de lujo siempre soñada,
el río de sus venas en su cabello mojado
se quedaron para siempre en mis ojos,
y los suyos, ¡en un cielo lejano!...

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla junio 22/13 

FRÍOS (39)


FRÍOS [39]

Aquí no existe frío, porque hay amor
¿Será verdad que lo que se escribe
Lo dicta el corazón?

Solemos ser más helados que un témpano de hielo
pero cuando nos toca sentir su calar en los huesos
nos miramos a los ojos como amigos.

Hay mucho frío de amor en los corazones,
más si alguna vez, ateridos  los dos,
nos encontramos solitarios y hambrientos,
nos devoraremos y dejaremos de ser tan amigos,
pues el hambre enmudece,
nos convierte en seres pálidos en el desierto,
allá  buscamos no herir, sino hallar un contento,
que vuelva tibios los labios y ardientes los besos.

Tiemblan mis piernas, más son de ardor por la vida…
Canta mi corazón como un campanario, si te veo,
tiembla una lágrima que pugna por salir de mis ojos
pero ante tal neblina, se congela, como mi alma.

A pesar de tan ateridos pensamientos,
encuentro tu llama encendida:
¡Ábrete sol!...
Desnuda de tu corazón el idilio
para que reverdezca la montaña,
y los blancos templados se vayan,
se conviertan en divinas cascadas,
que como novias solitarias
buscarán el mar de sus ensueños,
al convertirse en quebrada.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 22/13


MI PINTOR (40)


MI PINTOR [40]

Mi pintor de nuevo, sombras oscuras, ojos que nos observan desde la inmensidad del silencio, se presienten enojos, brisas fuertes, vendavales aterradores; los verdes que han sido asesinados reclaman su espacio.

Escucho el eco de sus voces, vienen aprisa, con rabia y mucho enojo, se disfrazan de goleros sedientos de su tierra, endemoniados parecen, pero están reclamando lo que ha sido suyo por siempre, y con el tiempo, estarán aquí los pobladores del ayer, troncos inmensos donde las enredaderas de colores buscarán el cielo, y las garzas anidarán en sus ramas.

Mi Pintor extiende su cálida mano, nos abriga y advierte cada segundo, que no olvidemos su maravilloso regalo, nos pide plantar cada instante, para que la sombra de todos ellos, florezca sobre el vientre de mi madre, como ayer.

Miles de ojos, como fieras al acecho en cualquier instante, un aguacero, brisa sin lluvia, donde las hojas secas y las ramas que se lanzan al río, se vuelven contra nosotros, sus verdaderos opresores que no los dejaron ser, en un paraíso de todos.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 21/13