domingo, 17 de marzo de 2013

FLOR OLVIDADA [43]

FLOR OLVIDADA [43]

Eres  responsable de mi sonrisa diaria, 
por tal razón mereces un castigo:
Te dejo mis rosas sobre tu almohada
las espinas tomas,
con ellas arañaré tu corazón

cuando estés con frío.

Eres un rayo de luz en mi ventana,
el motivo para un poema nuevo...
Una orquídea negra será tu premio para mañana
al descubrirnos desnudos el alba
riendo a carcajadas con el sol ardiente.


Eres un poco menos de melancolía
pequeña flor tan deseada,
que estaba en otro valle perdida
en otra alcoba donde no te amaban.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, marzo 17/13



EL MAR [44]

EL MAR [44]

¿Qué tienen tus azules, amor mío?
¿Qué trae el cantar donde danzan las gaviotas
y se entretienen de amor los amantes?

Van y vienen las olas,

son mágicas niñas 
que al danzar de su corto tiempo
al subir  hasta la cúspide,
parecen morir en un concierto.

¿Qué tiene tu vientre encendido?
Allí nace y muere la vida
en orgías de sangre y desenfreno,
hay primaveras en tu nido
y el invierno es tu presente.



Dulce cantar de las olas
si el amanecer te pinta violetas.


Tarde de mágicos sones
llévale un beso a quien más quiero,

y dile que aquí lo espero. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 17/13






CABRA MONTÉS [45]

CABRA MONTÉS  [45]

La cabra montés no tiene miedo
sube y sube por la cuesta,
desea del cielo aquél globo encendido,
busca un lucero en la noche oscura
y me roba de lo alto,

todo lo mío.

Su meta es la cumbre,
sus tetas llenas de bondades
donde la fiebre del amor le guía.


Va cerca del Pastor con un cayado
que advierte un cabrito balar

cerca de una roca, bajo un olivo.

El miedo marchó, cabrita mía,
tan diáfana como tu vida,
voló  lejos mi niña consentida.


Sobre la mesa quedó tu blanca leche,
y el recuerdo de la flor más querida

que balaba y balaba
por las encumbradas peñas

de la patria mía.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 17/13

MAMI [46]

MAMI  [46]

Una enredadera tengo para ti
con encajes de seda escarlata,
mi corazón donde te escondo
en pequeño cofre de plata.


Tengo espinas que desangran
blanca sangre de mis venas;
nívea  la espuma
que se esconde entre las rocas,
si nuevas llegan.

Dulce reina tan querida,
para ti la oración de tus labios aprendida,
manos cálidas sobre tus heridas
y el alma de un poeta.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 17/13


MI ROSA AL VIENTO [47]

MI ROSA AL VIENTO [47]

Deseo contar de la lluvia clara,
decir de una flama encendida,
de tus ojos de doncella asustada
viendo a su amante bajo la lluvia.

Quiero nombrar el pastizal húmedo
el arrullo de mi corazón en el tuyo.
Mágico beso de madreselvas
que cual perlas de colores
bajan del cielo.

Hablaré de tu silla vacía una vez más,
de los amaneceres donde ya no estás.


Se ha llevado la brisa tu final suspiro 
para quedar encendido en mi alma
cual eterna luz de un cocuyo.

¿Quién te nombrará cielo mío?
La sombra marcha a mi espalda
y en el sonar impasible de la lluvia,
desgrana perlas de mar.

Mi rosa al viento,

mi niña temblorosa
canto de cigarra que lo has dado todo,
pero te han robado el perfume de las rosas.

Quedó el vacío en la banca de siempre
donde ese olor tuyo pernocta con esencias a niños
y una mirada con tu  vaga sonrisa
parece rondar por la casa.

Manos mías, dulces y queridas,
ojos míos de madrigales teñidos,
cerezos en flor que caen antes de la primavera
para vestir de tristezas la rivera. 

Más no temo, ya no tengo miedo,
no me importa el ayer ni el hoy,
no interesa si voy descalza

o mi traje es desteñido,
pues al marchar,

me has llevado contigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 17/13