viernes, 7 de abril de 2017

APRESÚRATE (18) (R)

APRESÚRATE (18) (R)

Llega la tarde y con ella me entretengo,
Escucho a las aves entonar sus melodías;
El grillo saltarín se empeña y el ave azul
Abre sus alas a la aventura de vivir.

Hay una inquietud que sobrepasa todo afán.
Tu palidez me envuelve en melancolía
Y me acerco en un poema, a tu ventana:
¿Son para mí tus versos y tus flores?

La pregunta se mezcla con el sonido de la montaña.
Te imagino volando a mi lado, soy el ave que asoma tímida
En medio de un nicho entre los árboles secos,
Y te aproximas, me llenas de tu vida y nos juntamos;
La poesía se crece y las hojas secas caen.

¡Oh amor mío!, ¡qué manera dulce tenemos de amarnos!
Sin que el mundo se entere, el cielo ha parido estrellas
Porque la luna creciente lo ilumina todo,
Y se acerca sin gritar, la dulce primavera.

Nada temas, ¿para qué el miedo si moriremos luego?
Un vencejo ha trepado en la montaña
Y ella se vence de amor, se entrega toda,
Para volar a lo recóndito de un nicho
Y colmarlo de joyas, que abrirán sus flores a la mañana.

Te quiero de esta manera, ¿te duele?
Nada duele mientras el amor fluya,
Y Él brota, nos entretiene con sus plumas de colores,
Nos canta al oído los versos más sublimes
Y nos volamos encantados entre los hilos tornasolados
Que se dibujan con el sol desde el cielo.

¡Apresúrate!, di que también me amas...
La tarde corre cual anaconda en la montaña,
Despacio pero firme y luego se oculta
Entre las cejas que brotan de los árboles
Que al abrazarse fabrican una cárcel
Para que se entrelacen entre todas,
Y la vida continúa entre las perlas blancas
Que se cuecen al sol para deslumbrarnos.

Raquel Rueda Bohórquez
07 04 17