¿Y DE LAS FLORES? (145)
Están bailando las flores del amor, las veo en variados
tonos, pero me gustan las amarillas, las rojas, las moradas, le dicen al
colibrí que la mañana está hermosa, y habrá lluvia fresca al atardecer.
La melodía continúa y el pentagrama se cruza en el aire; las
pepitas de agraz bordean la carretera y ahí estamos tú y yo.
Hay un verso en tus labios, un poema en tu lengua y una
elegía en tus manos, luego nos tocamos y el incendio quema la carne, el sol
ayuda y creamos pequeños versos que se doblan entre las hojas secas y
recomenzamos de nuevo una y otra vez.
Se están enamorando los lirios, se cultivan esperanzas en la
mirada, y corremos juntos hacia el lugar del árbol frondoso, para juntarnos a
versos y pegarnos la cara con sal de la vida, que brota con dulzura desde el
mar dulce de nuestro interior.
Una ardilla se juega su mejor cariño, mordisquea con afán y
luego corre y corre sin frenar, hasta una casita pintada en el aire, que más
que hojas secas, parece un altar.
Y de nuevo las flores, las gamas de colores, el valle, tu
boca y la mía, tu lengua y Dios.
Raquel Rueda Bohórquez
24 03 17