lunes, 15 de abril de 2013

EL RELOJ [103]

EL RELOJ [103]

En éste momento 

necesito un abrazo tuyo.
Ahora que las fiebres de la vida 

nos toman al descuido,
se tiñen de blanco los cabellos
y soñamos como niñas viejas.

Ahora el reloj marca nuestros pasos
y decide hacer una estación en tus ojos,
muestra el camino hacia tu pecho
y la ensenada de tu talle.

Cuando vivir a ratos desespera
y parecemos carceleros 
en nuestro propio cuerpo,
queremos detallar de nuevo el sol,
escuchar el bullicio de las cascadas,
el cantar ardiente del mar 
en las ensenadas.

Es ya que necesito tenerte,
una sombra oscura 
se cierne sobre mi espalda
y no es la muerte, ni es la daga clavada,
no son las espinas que duelen y desangran;
es locura lo que me desvela cada noche
y me hace levantar aprisa 
cada mañana.

En éste segundo 
en que siento mi pulmón,
es magnífico escuchar el latido de mi corazón,
detallo las plumas de una golondrina
tan bellas, y brillantes, 

¡tan mágico su vuelo!

Una oruga parece un milagro 
en cualquier rama,
ver abrir sus alas a las mariposas
y extasiarse de mieles entre las flores,
sentir que caen plumas tricolores
y escuchar el rumor del viento.

Es ya que te necesito, 

es ahora que quiero decirlo,no dejaré para mañana 
cuando no esté o te hayas idoy la piel se torne fría lápida,
hielo y neblina que cubra los cerros de mi patria,
escarcha en los corazones que no aman;
ausencia de manos en los bosques
y  filo de cuchillo en las miradas.

Quiero decirlo ya, no tengo prisas…
Un descanso para declamar,
éste segundo que casi al descuido me hace volar
y al mismo tiempo me resucita.

Proclamo tu amor a los cuatro vientos,
me gusta creer que soy un mirlo en el huerto
que canto porque existo 
y no parece un sueño
y ese tímido lazo que nos sostiene
pareciera quebrarse en cualquier instante.

Quiero decirte que estoy enamorada
de ese tiempo tuyo que me has donado,
he sabido que es todo lo que nos queda
aquí ahora, 

mañana nada será...

Entonces, 

atenida al suspiro en mi pecho
con la fuerza del huracán 

que habita dentro de mí,
lo sabrás, 

no mañana, 
en éste segundo
en que tu amor 

me hace vivir.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 14