viernes, 31 de octubre de 2014

¿Y POR QUÉ NO HE DE AMARTE?

¿Y POR QUÉ HE DE AMARTE?
Vivo en las esmeraldas de sus ojos
¿Quién siente la soledad si estoy conmigo?
Llega la noche y mi aposento espera

Lánguidas manos a recogerse en mi cintura
Como escapulario en una virgen cualquiera.

¿Qué temo de mis noches?
Estoy viviendo sobre un cementerio
Pero no me espantan los muertos,
Le temo al veneno de los vivos
A la espada lengua del perverso.

Y se agita mi garganta en temblores
Mi boca parece el balbuceo de un niño
¿Quién siente la soledad si estoy conmigo?
¡Qué salgan los muertos y me asusten!
Pero nada pasa, me aterrorizan más los vivos.

Si hablo contigo todo es muy lejano
Pareciera el sonar de una cometa
Sólo el rabo encendido cruzando el cielo
Y yo, pobre tonta, ilusionada contigo.

¡Qué salgan los descarnados y me acompañen!
Por ahí los veo rondar con aquéllas melancólicas sonrisas
Pisoteo sus tumbas y ellos se amañan
Somos lobos solitarios en tan grande casa
Donde la muerte suena a tambores
¿O es mi corazón adivinando una danza?

¿Y por qué no he de amarte?
Eres en éste desierto de amor lo único
Poseo mi esqueleto con telas agrandadas
Mis pechos y  todo éste amor se pierde
Entre las luces de la noche titilando en el cielo
Y la luz de una lámpara a quien le aúllo.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, octubre 31/14

POETAS VIRTUALES

Un poeta escuchando versos de amor de sus hijos. I. Internet



POETAS VIRTUALES

Que se note lo poetas
Portadores de noticias buenas
Censuradores de lo que no está bien
Abrazadores de buena energía
Divulgadores de abrazos y besos.

Que se nos bendiga al despertar
Como lo hacen las aves ante el sol
Y que seamos ocasos en vez de tempestad
Ríos claros arrullando en canciones
Las orillas del bosque al pasar. 

Que seamos portadores de alegría
El odio, ¿qué será?
La envidia, ¿con qué se come?
El desprecio por otros, ¿existirá?

No busca el cóndor que lo veamos
Pero siempre será elevado su vuelo
Ni la perdiz prados más altos
Porque en el llano está su consuelo. 

Amar y bendecir única razón,
Si ser poeta es una bendición
¡Qué lluevan flores en tu balcón!

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, octubre 31/14