sábado, 13 de septiembre de 2014

TE QUIERO

TE QUIERO
Inicia un nuevo día
busco palabras y no llegan
más necio es quien consigue
y flojo quien no siembra.
El cantor ha madrugado
le hace guiños a su árbol,
más amado que las flores
y más adorado que el alba.
Dice al cielo:
!Aquí estoy sol de verano!
!regresa!, si está en invierno
!cálmate! si en otoño,
para en un abrir de alas
ajustar su vida al cielo
juntando versos blancos,
regalando perlas a la primavera,
ahí, donde el amor es pureza
y la brisa hálito alentador
que de nuevo su arpa
de sones alegres llena.
Te quiero: dice el cantor
más sobre los pastos se esconde,
pepitas de un trigal invitan
y allí el silencio responde
con gajos secos enredados
en medio de un viva que se arma
en un gajo de naranjos,
!Ay quién lo dijera!
Llegan gentiles danzas,
alas se abren,se agitan
al doblar la hembra sus rodillas
con renovada esperanza.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre13/14
Imagen: Internet.

SABORES

SABORES

-A qué sabe la traición?
A hiel, dice el colibrí, 

pero abrí los ojos 
y hallé otra flor.

-Y el amor?...
Sabe a ti, 

mi dulce miel perdida 
en el jardín de la indiferencia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre13/14

Y DANZAR?



Y DANZAR?
Es el vuelo del alma entretenida en su cofre
volar como las golondrinas en otoño
para regresar al inicio de la primavera.

Vuela mi corazón hacia el tuyo
y en un círculo se queda,
vueltas y vueltas y te pierdes
emborrachando mis poemas.

He fumado un cigarro de hierbabuena
así es la vida, una bella mentira
que se esfuma al terminar la música
y al iniciar otro ciclo en la enramada.

Pero seguimos bailando...
Escucha... el pecho se agita
la colmena murmulla alas veloces
el tambor suena en la montaña
cuando caen las hojas
y un gorrión se baña.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 13/14

BRISA 4

BRISA 4

Impulso al desvalido,
son de la montaña,
arpa del carpintero
bailando en el mar sus faldas
y en mi pulmón suspiro,
que aquieta mis  semblanzas.

Manantial invisible;
amor, amor de paso,
vida que todo lo mueve
mientras extiendo los brazos.

Entre llamas hálito
que vuelve cenizas lo yerto,
para renovar a tu paso
las flores  de mi huerto.

Dime mariposa:
¿Eres tú el Dios del universo?,
pero me antojo en que eres
inmaculada princesa
cuando la brisa cesa
con igual beso,

siendo viento.

Pero llegas hasta mi boca,
como un hombre.


Pareces potrillo que se desboca,
en agitados temblores
al paso de  la gaviota,
sin miedo a la tormenta
que tu amor provoca.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 13/14