sábado, 11 de abril de 2020

CORONAVIRUS DÍA X

CORONAVIRUS DÍA X

Aquí estamos confinados con mi hijo, él a veces se pone impaciente, ¡extraña la calle, los amigos, el porro, el merecumbé jajajaja!, me causa risa que ahora la vida nos obligó a estar juntos y es lo más bello que me puede suceder, pues mis fines de semana eran demasiado solitarios, se quedaba por allá enredado en las cosas de la juventud, la música, la parranda, el sol amaneciendo en el Magdalena y en cambio yo viendo hacia la luna deseando su pronto regreso, desvelada y asustada. 

Mi hija vino de vacaciones desde Kiel, ya lo había contado y que tenía sus pasajes para ver a su tío y ni lo uno ni lo otro, porque el virus también me la dejó un rato aquí conmigo, me sentí consentida y a veces triste porque notaba su terrible enojo, pero ante mis palabras persuasivas se calmaba y volvía a darme la vuelta,, para ver como andaba mi herpes zóster, un verraco mal muy doloroso del cual todavía llevo cuentas porque me agarró la tarea sin Dilu para que me diera una mano, pero mi hijo a trancas y mochas me colabora, como decía mi madre: "¡mija es mejor arriar la mula que tener que llevar toda la carga!", y ella tenía gran razón.

Entre muchas vueltas idas y revueltas se solucionó su viaje y salió perfecto todo, un país que nos lleva más de 500 años de adelanto y todavía está de vacaciones, le dieron 8 días más por todo el proceso, la nena debe descansar mientras el exámen del coronavirus que resultó negativo y ya el martes próximo inicia labores, además les darán un dinero adicional, y ella felíz de la vida, lo único que deseo es que Dios los proteja de éste virus que llegó para causar terror y también para que aprendamos a valorar lo que tenemos, a quienes nos rodean y que se trabaje donde toque, mi padre decía que él pertenecía al mundo, no a ningún lugar en especial y que cualquier sitio era hermoso para nacer o morir. 

Han pasado los días, siento nostalgia por mi hermano y a la vez algo de tranquilidad porque se le fueron los afanes por todo lo que el mundo nos impuso, hasta lo dijo cierto día cuando ya su cáncer de páncreas empezó a llevarlo al rincón de la aceptación: ¡qué hijueputas, a la larga voy a descansar del pago de impuestos, el sobregiro, las tantas obligaciones y este dolor que no me deja en paz! y tenía toda la razón, nos complicaron la vida, el sistema, nos complicó la existencia y a veces nos parece tan difícil la tarea de sobrevivir en medio de una selva plagada de hombres sedientos de poder y las tantas obligaciones que a veces nos dejan sin para lo básico que cuando vemos ya estamos viejos y cansados.

El virus vino a llevar ancianos enfermos, a buscar jóvenes hermosos, a llenar el huerto de lirios blancos, vino lleno de afán y en este afán nos está dando la más verraca lección de la existencia. 

¿Será demasiado tarde para devolver a la naturaleza todo lo que le hemos robado?, ¿los poderosos entenderán de una vez por todas que más que pretróleo y minerales el hombre necesita tierra, plantas y alimentos?

Hoy dió la noticia nuestro candidato del pueblo Gustavo Petro de su enfermedad, y un algo se quedó en la garganta, como si Dios dijera: les quitaré lo que despreciaron, me llevaré a los buenos y ustedes tendrán que ver lo que sucede con el planeta, ustedes los que no hicieron caso a la conciencia tendrán que ver cómo se caen los grandes igual que los pequeños a ver si al fin se dan cuenta que el ego le pertenece a la naturaleza como le pertenece al Creador nuestra pálida existencia. 

No sé qué pasará mañana, sé que en mi barrio el virus está solapado,  que los carnavales se hicieron cerca de mi casa y que la gente ya sabía del virus pero ni le importó y ahora mismo escucho ruido de niños y viejos en la calle, la necedad cobrará sus víctimas.

Se quedará por un tiempo, más lo que viene para la humanidad es incierto, hoy es un día muy caluroso, la Semana Santa se fué y todo parece irreal, una pesadilla que aún no aceptamos, un mensaje fuerte de la naturaleza que aún no comprendemos, pero sabemos en el fondo, que si todo se resuelve, la humanidad volverá por el mismo camino de perdición y pecado aunque unas pocas golondrinas se alejen en bandada de este país lleno de corrupción, capaz de robar el alimento a los más pobres y de matar a un niño desde su vientre.

No seamos hipócritas de culpar a los chinos de todo, cuando abrimos el estómago a una iguana para robar sus huevos y asesinamos animales por no frenar, ahí, poco a poco estamos crucificando a Jesucristo, así que no echemos la culpa a otros de lo que todos hemos causado.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 11/20