NO FUE UN
OLMO (67)
Amigos, no
fue un olmo viejo
El árbol de
un poeta conocido.
Fue en un
roble de rosadas flores
Al que se
abrazó un niño,
Imaginando
que estaba contigo.
Una tarde de
muchas alegrías
Todos
pasaban y pasaban;
Reían y
reían...
Sus bocas
eran cascabeles
Que sonaban
y sonaban,
Como
serpientes al mediodía.
¡Nadie ha
tocado sus colas!
Entretenían
a un niño perdido;
Estaba
buscando mariposas
Y encontró
un lirio
Que sonaba a
campanarios
Cerca, ¡muy
cerca del río!
¡Nadie
escuchó!, nadie vio…
Nada pudo
hacer el roble del camino
Y se abrazó
a él como a un padre;
En tanto
llovía el dolor
Que se quedó
chorreando rosas rojas
Cerca de una
raíz de encino.
¡No fue un
olmo, amigos míos!
Era un gran
roble de brazos enormes
Y muchas,
muchas hojas que cayeron,
Fueron
testigo mudo
De un niño
que se encontró dormido
Con una
cobija de flores como abrigo.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
diciembre 2/15