miércoles, 2 de diciembre de 2015

NO FUE UN OLMO (67)

NO FUE UN OLMO (67)

Amigos, no fue un olmo viejo
El árbol de un poeta conocido.

Fue en un roble de rosadas flores
Al que se abrazó un niño,
Imaginando que estaba contigo.

Una tarde de muchas alegrías
Todos pasaban y pasaban;
Reían y reían...

Sus bocas eran cascabeles
Que sonaban y sonaban,
Como serpientes al mediodía.

¡Nadie ha tocado sus colas!
Entretenían a un niño perdido;
Estaba buscando mariposas
Y encontró un lirio
Que sonaba a campanarios
Cerca, ¡muy cerca del río!

¡Nadie escuchó!, nadie vio…
Nada pudo hacer el roble del camino
Y se abrazó a él como a un padre;
En tanto llovía el dolor
Que se quedó chorreando rosas rojas
Cerca de una raíz de encino.

¡No fue un olmo, amigos míos!
Era un gran roble de brazos enormes
Y muchas, muchas hojas que cayeron,
Fueron testigo mudo
De un niño que se encontró dormido
Con una cobija de flores como abrigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 2/15











HACIA TI (68)

HACIA TI (68)

¿Qué tan triste puede ser la soledad?
Quiero suicidarme entre tus brazos,
Abierta a toda luz pequeña que penetre
En medio de la blancura de un aura;
Tocada por el sol naciente.

Muerta estoy en vida...
¿Quién ha matado así mis alegrías?

Sonríele a mis pechos.
Cada herida está hambrienta de tu boca
En ésta embriaguez desnuda que me acosa,
Y en éste palpitar de corazón que me enaltece.

No hay cadena más triste que el desamor
Ni condena más larga no poderte hallar.

Te busqué por tierra y por el ancho mar;
En cada letra de un poema,
En cada verso que no quisiste descifrar.

No deseaste rimar ni un beso conmigo,
Ni un jadeo loco a escondidas
De éste mundo señalador,
Que impone condenas sin razón
Y castigos sin temor.

¡Ay amor mío!
¡Cuántos años te esperé!...

¡No gritarás!
No escucharé ni un gemido.

Pero si regresas,
Y todavía tengo encendida la mirada;
Si vuelves, y tus manos tiemblan en las mías;

¡Sabré que he vuelto a vivir
Y a resucitarte en un poema
De piernas abiertas
Y brazos extendidos!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 12/15





ME VOY (69)

ME VOY (69)

Decidí que mi mundo estaba hueco,
Pero llené ese fuelle viejo
Armado con la piel de un vivo,
Con todas mis alhajas inexistentes;
Trapos viejos, fotos de recuerdo,
Y los sueños que alguna vez
Se quedaron atrapados
Entre las brisas de febrero,
Y éste diciembre que perfora
Cada rincón de mis anhelos.

¡No correré esquinas con ella,
Me cansé del mundo
Y el mundo se agotó de mí!

Soy la sin rostro que estaba por ahí
Desperdiciando la vida
En el rincón de los desaires y traiciones.

Te dejé una carta pequeña
En donde te puedo explicar
Que vacío fue tu amor;
Y con mis cosas te puedes quedar
Porque voy a escapar de mi cárcel
Hacia unos brazos que se abrieron
En un precipicio donde cabe mi corazón,
Y en un sendero que atrapará
Una orquídea que se cansó de esperar
En un jarrón sin agua fresca;

En una estancia que envejeció conmigo
Entre paredes que olían fétido,
Como a muertos que me deseaban,
Y frascos que goteaban chorros de miseria
Porque apetecían mi vida.

Ahora estoy aquí, frente a ti.
Eres mi bosque perdido,
Es a tu lado a donde mi carne quiere estar
Cultivando rosas en verano y en invierno;
Sentados por ahí leyendo un libro
O construyendo un verso,
Donde haya al menos de castigo un beso,
Y como ofrenda, una caricia al despertar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 2/15