viernes, 30 de marzo de 2012

¿QUIÉN NO SE CONMUEVE?


¿QUIEN NO SE CONMUEVE?

Quién no se conmueve con tus sones
Tus atardeceres de oro que música parecen
El color que regalas a ese cielo teñido de grises
El dulzor de las cascadas desbordantes de tu voz.



Quién no alegra el corazón con los dorados
Los azules, los violetas, todo lo tuyo es vida
Toda la magia en unas manos invisibles
Que parecieran retornar a esa fantasía de vivir.

Quién no ve esa salida triunfante desde los cerros oscuros
Donde la muerte pareciera ahuyentar el sonido mágico de tu voz
La oración mañanera del encanto, las manos que entonan melodías
Eres tú quien transforma mis ausentes playas en tibio riego…

Quién no se abraza a las palmeras extasiado en esos ojos tuyos
En éste planeta que pareciera morir por nuestras manos
¿Quién no llora hoy, ante el fracaso que fuimos para tu huerto?
Tibio rocío eres cielo mío… sembrador en desérticas llanuras…

Quién no escribe un poema escuchando ésta melodía
Viendo éstos atardeceres plasmados por otros
Dibujados por tu mágico pincel una vez más;
Deletreado con letras de gigante en éste jardín tuyo
Tan hermoso, tan divino… pero tan ajeno a los demás.

Quién no se extasía en los rayos luminosos de tu sol
Que pareciera ser tú mismo… 

Tus ojos como el dulzor de las estrellas
Tus manos en los árboles crucificados a diario…
Tu sangre que riega selvas donde la vida fenece


Y un ardor me conmueve…
Y tus lágrimas recojo en el cristal de tus cascadas
Que hoy parecieran sólo un riego, donde el dinero es lo único que vale
Mientras morimos a la par de tu increíble creación.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 30/12

VIUDA NEGRA



VIUDA NEGRA

Conozco una araña que se endulzó de mis olores
Se entibió con las manos que juraron amor eterno 
Cuando azahares cubrieron mis pequeñas manos…

Esas miradas lascivas… que nunca he olvidado
Esas mentiras que siempre descubrí en billeteras raídas
Esas notas escondidas que rompí una a una…

He visto su rostro muchas veces y se disfraza de amiga…
Saben que lo sé… pero no sienten vergüenza
Aún se miran y sus ojos brillan por el ardor de sus venas.

Invito a esa araña a que siga tejiendo esa red…
¿Acaso me importa cazar lo que hace tiempo no me pertenece?
Arrástrate sobre ese vientre altanero que huele a piel de mujeres…

Son sus manos de cazadora mentirosa con veneno en sus entrañas
Sus labios de viuda negra que han robado mis sonrisas
Y han matado poco a poco un sentimiento que siempre fue ajeno.

No te envanezcas amado mío que fuiste siempre de otras…
Ni te sientas el macho cabrío que arruinó mis esperanzas
La seda que te envolvió tanto tiempo… ha marchitado el rosal
Ya ni suspiros quedan… sólo un lánguido mirar…

Ya veré… el tiempo que ha sido mi juez también será verdugo
Y cuando caiga la soga sobre mi envejecido cuello
Veré caer desde ese mal tejido nido de amores
Todo el veneno que tomaste… de esas pieles ajenas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 29/12