TORTUGA HICOTEA
Jueves santo, a comer tortuga hicotea, que están en vía de
extinción vivas en agua hirviendo, y en la tarde después de la comida, vamos al
lavatorio de pies. ¿A quién crucificamos diariamente?, me cuentan que en Santo
Tomás, ayer hubo cacería, muchas de ellas, las madres, las jóvenes y hasta las
pequeñas, llenarán los platos de quienes todas las Semana Santa, se aporrean y
vuelven su espalda como la del Nazareno, mientras los verdaderos sacrificados
están en sus barrigas.
Doble moral nos asiste ¿y nuestros ángeles?, ¿quién
realmente dice una palabra para salvarlas?, muchos están o estamos luchando,
pero con los brazos caídos, desanimados y hasta cansados, aquí en mi casa sólo
se dice: ¿Y qué podemos hacer si las matan?, sólo toman las grandes, Santo
Dios, sólo las madres que acaban de poner, pero sus huevos son buscados como
caviar.
Qué se acabe tanta cobardía en contra de los indefensos...
nada nos llena, estamos muertos de hambre viendo a todo lo que vuela y camina,
como nuestro alimento, es posible que hasta nos miremos con sospecha, en un
tiempo no muy corto.
Un padrenuestro, diez avemarías...
Amén.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 17/14