sábado, 10 de abril de 2021

AMANTES EN MÀRMOL

 

AMANTES EN MÁRMOL

Qué hermoso sería fundirnos así, cual barro húmedo, luego de calcinarme en ti y tú en mí, ser mármol, roca firme con visos de colores, obra en negro para un escultor, dejar que toque cada rincón de mi pequeño huerto, luego verme en tus ojos y quedarme ahí todo el tiempo, ese que aún espera, ese que no sé si nos hallará algún día, o nos estrellará junto a la brisa con el frío pulido de la ausencia, o ese perfumar siempre de la primavera...

Nadie negará el esmero del escultor, esos instantes de silencio, con sus manos tallando en roca el amor, abriendo piernas, juntando sexos, iluminando ojos, despejando labios, en el segundo mágico donde el deseo se estaciona y la obra se funde al fin, para otros que no saben de éste iluminarse del artista, y simplemente se lleva a un rincón su obra, para que el tiempo cubra la imagen con el polvo cansado de vagar.

Su mano se quedó prendida de su torso, su corazón penetró todo silencio, ese grito vaga entre los dos, en una dorada estrella, pero nadie sabe que somos tú y yo soñando con días de amor, en un mundo hostil y mentiroso, que ha jugado con los sentimientos más puros y con los sueños más sublimes.

¡Tállame, amor mío!, fórmame en ti cual vasija de barro junto a las flores silvestres de mi pequeño jardín, ¡hazme florecer en tu corazón y perfumar en tu vida!, y sonríe, a pesar de todo soñar es gratis, y pensar, es una película con principio y un fin inesperado.

 

Raquel Rueda Bohórquez

10 4 16

 

 

 

 

 

MIEL Y COLMENAR

 

MIEL Y COLMENAR


Desperté pensando en ti,

En lo pulcro de la mañana

Y lo nítido del manantial.

 

Recordé a la flor silvestre

Al ave cansada de vagar

Y al alféizar de tu ventana.

 

Es un día para sonreír

Añorando tu verde fresco

Y las amapolas abiertas

En tu dulce mirar.

 

Eras miel y colmenar

El motivo grande para cantar

Esa oración nacida de ti

Que brotaba en versos

Sin planear.

 

Has llegado golondrina azul

Entre la niebla de los recuerdos

Y ahora trinas en el árbol viejo

Sonatas de café con leche.

 

Vuelves y te vas...

Cantas y me dejas tu pentagrama

Escrito en las orquídeas...

Eres el sol que le faltaba a mi existencia

Desde que te busco

Y sólo hallo tu ausencia.



Raquel Rueda Bohòrquez

10 04 19

 

 

 

PRIMAVERA CON MAMI

 

PRIMAVERA CON MAMI

 

Dormí un minuto, en realidad no aparece el sueño, sino cuando voy a casa de mi madre, ¡es muy raro!, cuando ella estaba, me sentaba a su lado, en la mecedora, y mientras ella conversaba y me contaba sus novelas, me quedaba dormida, y ella exclamaba: ¡ah, ésta boba ya se quedó dormida!, y salía enojada, con un enojo que duraba un segundo, para después convertirse en carcajada.

Ahí era el inicio de la primavera, cada día de mi vida, con cada punzada de su pecho y cada queja que aumentaba su dolor, pero siempre escuchaba mis lamentos y poemas,  era mi bosque sagrado, siempre lleno de metáforas y dulces frutos,  aunque parecía no escucharme algunas veces, era cuando más presente estaba, se levantaba, iba por Vick Vaporub, su medicina angelical;  sin hablar, pasaba sus manos por nuestra frente, traía una pastilla, entregaba un abrazo cálido, y con esta sensación de paz tan grande, siempre aparecía en cada sueño, me arropaba con sus alas,  me adormecía con su amor,  me descansaba con una sonrisa,  pues sentía su amor con infinita solicitud, me creía la más amada y consentida, aunque con todos actuaba igual.  

Hoy despierto, para saber que no está, ni estará, sólo regresan mis amores en mi pensamiento, sus aromas y sus gritos de júbilo se quedaron en un estadio negado, en un sueño exiliado en las fauces de la indolencia en un mundo materialista.

Escucho música nativa, es otra de mis pasiones, no investigo si son de África, de Colombia, americana, no me importa, pues el sonido del tambor es el mismo, un corazón que ama, un alma que grita silencios y agonías que aún lloran cual lluvia en nuestros bosques.

Primavera es el retorno de la esperanza, aquí se arrodillan las aves y esperan la mies de la vida con infinita pasión, aquí se besan las calandrias y sus pechos heridos se juntan, forman una orquesta que sólo ellos escuchan y descifran.

¡Es un sonido de alas, de cúspides, de montañas!, aquí el mundo se agita en plumas, en picos y garras, en cánticos agudos y suaves, porque ella es la invitación a nuevas cosechas, es la real esperanza de un mundo que sabe a primavera, cercando los montes y quebradas, y ajustando este tiempo perverso, a un aroma, o a un verso.

 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 8/15

 

 

 

 

 

MI BARCA

 

MI BARCA

 

Camino hacia ningún puerto…

Mi pequeña barca me dirige;

Espero los remos de tus manos,

Tu mástil que me bendice…

 

Soy una incierta mariposa,

De ocre tiño mis alas,

De azulados matices

Que surcan los tristes lagos.

 

Soy una niña descalza…

Camino lo andado,

Saco las ondas espinas

Que me tienen quebrantada.

 

Y de nuevo con tus remos

Tu dulce cariño persigo,

Si al volar de las aves

Una flecha me dirige

Y a tu pecho ensangrentado

Con tus viejas cicatrices:

 

¡Oh amado mío, ahí me quedo!

¡Para ya no verte triste!...

 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 8/13

 

A UN AMIGO

 

A UN AMIGO

 

Cuando un amigo se va,

no queda sitio para otro,

porque un cariño no se reemplaza

igual a un viejo traje.

 

Un amigo nos da su mano

en días de lluvia o intenso verano,

en ese momento si el sol se acerca,

cerramos los ojos y lo recordamos.

 

Un amigo es un presente bonito,

un regalo de Dios…

Es una promesa en una libélula

estacionada en la cornisa del alma.

 

¿Saben qué es un amigo?...

 

¡En su ausencia,

lo comprenderán!...

 

 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 8/14

 

SI TE ALEJAS

 

SI TE ALEJAS

 

Si te alejas ahora que te necesito,

que un frío violento sacude mi piel

y el único abrigo que esperaba eran tus manos,

la única cobija, tu cuerpo...

 

Si te alejas ahora, sin motivo alguno

y triste me dejas como un mirlo prisionero.

¿A quién cantaré en la mañana,

si no hay una mano,

ante mi puerta cerrada?

 

Si te alejas ahora, que estoy tan sola

cuando pienso que la causa de mi hoguera

son tus ojos negros mezclados en la aurora,

y el motivo de mi desesperanza es que te alejas

igual que las olas, al acariciar la playa.

 

Si te alejas ahora,

cuando creí que eras primavera,

que mi alegría era el retorno de un algo,

un ave en mi frío camino con tu forma,

una flor en mi sendero con tu aroma...

 

Si te alejas ahora, ¡lo comprenderé!...

Así es todo lo que pasa en la vida,

sin preguntas, sin esperar respuestas.

 

Es el silencio una espada en el alma…,

con él se alejan las promesas y sueños,

pero dormiré pensando

que te vas por un rato

a divagar si en verdad te quiero

sin haberte hallado todavía.

 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, abril 8/14