viernes, 12 de abril de 2013

VIÉNDOTE [106]


 VIÉNDOTE [106]

Amor que entre las flores me castigas,
que tus espinas me hacen doler el alma:
déjame llegar hasta tu pampa
para ver tus ojos en los míos.

Volaremos sobre los inmensos valles,
seremos flores llevadas por la brisa,
y en un panal de miel 
dormiremos
abrazadas tus alas en las mías. 

Un descanso espera
allá está el roble señalado,
cubrirá el cielo tan amado
éste sueño que me regaló contigo.

Un amanecer florido,
qué sólo cantares nos sorprendan.

Seremos brisa suave 
aunque las tormentas resuciten;
seremos arroyo manso,
tras avasallador río.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 12/13



¿A DÓNDE VOY? [107]

 ¿A DÓNDE VOY? [107]

Amanecí como si el sol se apagara,
me lastima ver las montañas convertidas en caminos...
Me hieren los pequeños caminantes sin saber a dónde ir, 
tan asustados y sin voz, 
que le he dicho a mi Jefe que ya nada importa.

Entonces suelto mi cometa al viento 
y me atengo a su voluntad divina.

¿Será que sus locuras de ambición terminarán?

Pero un arroyo gigante pasa, 
arrasa con los troncos muertos, 
se los lleva con un cantar lúgubre, 
con esa rabia contenida de siempre, 
los deja ir lentamente hacia el infierno,
pero descubro que no hay infierno más profundo 
que estar aquí.

A pesar de renegar, recojo lo que puedo, 
acaricio la piel de quienes huyen,
me encuentro con ellos,
sus miradas se parecen a la mía…

Entonces retorno de nuevo a ese amor grande
que navega dentro de mi barca,
parece que a ratos se quebrara, 
y una fuerza venida de no sé donde
me invita de nuevo a danzar, 
a detallar el brillo de una gota de rocío
que como una temblorosa perla, 
baja por sus pequeños ojos
y se juntan con el mar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 12/13

PRISAS [108]

PRISAS [108]

No te apresures si no alcanzas ese tren,
no era el tuyo...

Espera con calma, pronto retornará,
y entonces sin afanes ni carreras,
el viento de tus primaveras 
a tu favor soplará.

No corras ni sufras si marchó muy lejos,
si en otras tierras se quedó...
Espera sobre la roca fuerte
que ahí en su fondo estará tu amor.

Busca la esmeralda de los valles,
esa tiene más valor...
Retorna como el ave a su nido
y ahí, en apacible calma,
sabrás que ese cielo inmenso 
es el mismo en todo lugar.

Sólo cambian los verdores
se transforman las flores,
pero tu tiempo está marcado,
tus pasos contados...

No corras, 
espera un poco...
Respira profundo 
y cuenta hasta mil.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 12/13




UN ÁGUILA [109]


UN ÁGUILA [109]

Con  los ojos cerrados otra vez.
Sólo hay silencio y me antojo de mar,
advierto en el brillo de la vida una esperanza
y abro mis alas…

Cual águila de ojos dorados te observo,
ausente a éste ciego amor, 
desnuda ante ti.

Me aviento con fuerza, 
este último aliento de amarte tanto
para tomar un poco de tus labios
con cada sombra que te recuerde.

Y  ahí estás, 
siento tu tibieza, ajusto mis garras,
 mi corazón prendido del tuyo
tu palpitar en mí y  esa tibieza encendida
y decido volar… siempre volar,
alejarme de éste bullicio, 
apartarme hasta ese alar mágico
donde sólo habitan los sueños 
y siempre estarás.

¡Llévame  brisa!  
¡Susúrrame un verso de amor!
Soy una hoja, una pluma, 
hasta donde mi destino se antoje.

He visto grandes montañas, 
aún más elevadas que los sueños,
 hacia ese cerro inmenso me dirijo,
es allí donde estará mi paz.

No temo a las rocas
 ni al beso de los huracanes,
no le huyo a nada ni a nadie… 

Me espanto ante ojos malvados
para descubrir cerca del sol 
que ahí estás.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril  12/13