domingo, 24 de abril de 2016

SEMILLAS (12)

SEMILLAS (12)

A ningún saco roto
Irán las semillas
Que se esparcen con amor;
Porque aún si se perdieran,
Así, en medio de una roca
Su candidez florecería.

No basta con leer de paso,
Me gusta leer los escritos en las hojas,
Los mensajes que hay entre la ortiga
Y la sensación que me dejan tus amores.

He leído un poco de Villon,
A decir verdad, ¿a quién le miento?
Un poema por curiosidad,
Y ahora para largo va este cuento.

Tiene aquello que agrada al campo,
Su voz parece el abono que ansía,
De su palabra magnifica la poesía
Y hace que se pueda ver el viento.

Flora, Eloísa, Abelardo,
Todos ellos son parte de su cuento,
Y en medio de la historia,
Un jumento hace de poeta,
Al saltar sin pena ni vergüenza
La cerca que de su amor le aleja.

Me he vuelto muy sabionda
Desde que voy a Wikipedia.
Río para adentro, leo lo básico,
Y no me trago la historia vieja
De que en Facebook
La mayoría son doctores,
Y ante tanta vanidad,
Todos pasaron por la universidad.

¡Vaya historia!
Pero nunca es tarde para un título;
A mí me basta con abonar la tierra,
No son suficientes los cartones
Si lo importante lo abandonamos
Y crecemos sin valores.


Pasé por Neruda y Benedetti,
Por Gabo y el viejo de las guayabas,
Por doña Socorro y doña Chava,
Y luego leí a mi tía Nohema
El verso del pobrecito el padre Pelayo,
Y a mi primo Ariel, esas historias
Que deberían quedar en papel.

Así las cosas, me siento rara hoy.
Me han enseñado a un poeta
Que ni en mi libreta de primaria,
Ni en la de bachiller a medias sonaba,
Porque otros poemas nos ocupaban
Y otros poetas nos versaban.

De ahí pasaré a otras historias.
Este portal es rico para la memoria
Y no dejaré pasar éste cultivo
Ni sus flores, ni sus aromas,
Que son algo más que los afanes del día,
Porque quiero llenar mi vida
Tan sólo de poesía.

Raquel Rueda Bohórquez
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CASA DE CAMPO (13) (A)

La Cacica, así se llamaba la finca de mi padre, que jamás debió vender. Guardo entrañables recuerdos de amor  y felicidad, pero también de ese día en que mi madre animó al viejo a salir de ahí. En esa época con 14 niños todos entre medianos y pequeños, y la tristeza de una bebé perdida en este frío que calaba el alma días después de la muerte de la abuela, sumió a mi madre en honda melancolía.  Pero hacía brotar flores hasta a las rocas, ella siempre fue el abono para el jardín y mi padre era paciente y noble.  El árbol de los colibríes era mi lugar favorito para soñar y creerme el gato que jamás les haría daño.  

CASA DE CAMPO (13) (A)

Casita de campo que añoro
Con extendidos forrajes
A donde los arroceros llegan
Y el ganado pasta.

Ramitos de olivo seco,
Olor a hierbabuena
En mullido pecho recuerdo,
De ella, mi mama buena.

Casita de campo
Donde se crecen los aromas
Y arriba del tejado
Se enamoran las palomas.

Cerca de ahí, un arroyo manso,
Una flor, una acacia,
El árbol de los colibríes,
La dulce presencia de las garzas.

Casita de campo mía:
¿En dónde has quedado ahora?
¿Existe a tu costado el jazmín,
El árbol de doradas flores
Que perfumaban el cabello
Y con sus espinas nos tocaban?

¡Se fue!, no ha quedado ni el recuerdo.
Marchó con las rocas de mayo
Y murieron las rosas cultivadas,
Las margaritas con su corazón de oro,
Se fueron las mirlas rabiblancas
Junto a los toches más dorados...

Casita de campo:
¡Cuánto recuerdo de ti!
Y de ella, su llanto...

Raquel Rueda Bohórquez
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DESPERTAR (14)

DESPERTAR (14)

Es una sensación bonita
Saber que hoy lloverá poesía en mi jardín; 
Que cantan las aves prisioneras, con tal felicidad,
Que siento ganas de llorar.

Es un poema entre las hojas que caen y caen,
Y que ante el enojo de muchos,
Llevo escritas al dueño de sus vidas, unas líneas,
Para que sean el abono que necesitan
Para seguir creciendo.

Hoy hace calor intenso,
Casi a punto de ebullición;
Pero sé que en un momento iniciará a llover.

Las consecuencias todos la sabemos,
Pero la tierra tiene mucha sed,
Mi casa necesita de esos besos mojados,
Y yo también...

¿Cómo amaneciste mi tesoro?
Imagino que el dolor se va poco a poco,
Y luego de cada cicatriz
Seremos mejores que ayer.

Estaremos más agradecidos por la vida,
Y por la maravillosa oportunidad
De estar aquí de nuevo,
Con la mejor sonrisa.

Por ti, por mí, por todos...

Viviremos estos segundos con intensidad,
Pues no sabemos si se conviertan en horas o en minutos,
Pero es seguro, que nos espera la eternidad.

Raquel Rueda Bohórquez
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PARA LA TIERRA (15)


PARA LA TIERRA (15)

Lo mejor para ella:
Las hojas secas.

El hombre que abona,
La mano que riega;
El beso que inflama...

Lo mejor para la tierra
Tus brazos y los míos
Bajo un árbol frondoso,
Sobre una gran roca,
Viendo pasar el río.

Y entre verdes gajos
Ver florecer una orquídea,
Animar a un ave en su camino
Con ramitos de olivo
Y una fruta madura
Que dejaremos al descuido.

Lo mejor sería
Que no existiéramos.
Pero no será posible,
Aunque ella reniegue
Y nos ponga de rodillas.

Aunque un virus, una bacteria,
Que por ser invisibles
Parezcan cobras
Respirándonos al cuello.

Lo mejor para la tierra
Sería que entre todos la cuidemos.
Que no permitamos su desangre,
Que no se revienten las rocas
Para buscar en ellas negra hiel
Qué solo muerte provoca.

Un grito a la conciencia,
Al árbol en mi puerta,
A la semilla pura sin ultraje,
Al maíz negro;
A la chicha con ojitos de aceite,
Al roedor corriendo y esparciendo,
Al ave cantando, a las ranas amando,
A los grillos bailando.

Lo mejor para la tierra
Es que seamos luz como las luciérnagas;
Que aprendamos a querer el paisaje
Y a respetar las hojas secas.

La tierra sin nosotros florecerá.
Todo será ocupado por las plantas
Y la vida tendría motivación;
Los troncos engrosarían,
Los frutos serían enormes,
Y las aves no tendrían depredador,
Ni la tierra un opresor.

Lo mejor para la tierra
En conclusión;
Es que si no cambiamos,
Ella se cansará,
Y con sus lágrimas
Nos cubrirá.

Raquel Rueda Bohórquez
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APRENDER (16)


APRENDER (16)

Nunca es tarde para aprender.
Busco una semilla, la tierra espera;
Y en un parpadeo, hojitas llegan.

Ese crecerse es un milagro.
Débiles cual niños en brazos de la madre,
Así las semillas son acogidas en su vientre,
Y al beso del sol y al cántaro de lluvia,
Una bendición se arropa de verdes.

Magnifico paisaje, de ti aprendo;
De las hojas secas que se amontonan,
De la impaciencia de la gente,
De la crítica y la mano que señala,
De la boca que censura…

Ser una roca que aguanta,
De ahí la sabiduría que las mantiene.
Es ahí en medio de su fuerza
Que se guarda una mágica gema.

Aprender a perdonar y olvidar
La tarea más difícil de todas;
Porque de humanos poco tenemos,
Somos briznas que encienden
Ante el menor viento.

Cultivo versos para mañana,
Pueda ser que nada valgan.
El tiempo glorioso es para ellos,
Y mi amor para tus ojos negros.

En esto, la música llama
Y aprendo de ella a siempre estar feliz
Sin importar el mañana.
Por ahora estoy aquí.

Tango a las rosas,
Violines a la tristeza;
Tambores a la felicidad,
Guitarras para bailar,
Tus brazos para abrazar.

Es la vida una escuela;
Son los árboles maestros viejos,
Las aves las dueñas del cielo,
Y de mi corazón los vencejos.

Aprendo que el viento es el Rey,
Que las montañas son sagradas,
Y que la nieve siempre las besará.

Más nunca envejece el paisaje
Ni será anciana la montaña,
Ni el río, ni el árbol,
Ni las hojas que caen y caen.

Para enseñarnos que la vida dura
Lo que una hoja en el valle,
Pero que siempre aunque no estemos,
Existirá una flor y un árbol.

Raquel Rueda Bohórquez
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