miércoles, 14 de mayo de 2014

¿QUÉ SOY? 5

¿QUÉ SOY? 5

Cómo me atrevo a creerme grande, si en mi propia pequeñez, sólo soy un pequeño grano colado en el gran ojo del universo.

¿Qué me creo acaso?, una vagabunda soñadora, errática, como un ave herida bajo el sol, o un suspiro antojado bajo cualquier pedregal,  en un mar imaginado, donde sólo la sal parece bendecir la vida, mientras el agua se desvanece por las pupilas.

¿Qué bicho raro soy?, no me comprendo, no sé la razón de la melancolía, hago el ejercicio miles de veces, yo me amo, me quiero, me perdono, gracias, te amo, pero no funciona, y el reloj continúa su implacable conteo.

Danzo un poco ahora, llueven tormentas de poemas, y un precipicio de hojas se extienden como sábanas ensangrentadas, por el universo, ¿qué me importa que a otros les  duela lo que a mí no?, vivo colada en mi propio mundo, voy y vengo entre fantasías y locuras, y el espejo se vuelve redondo dentro de miles de círculos, en donde gira el alma de alguien que se parece a mí, pero es solo una libélula que ha caído en un lago, esperando el tropiezo de una boca, para desaparecer para siempre.

¡Nada de lo dicho tiene sentido!, pero lo digo, porque se me antoja poner a volar barquitos de papel entre las nubes, y trepar sobre montañas de caballos con alas, y perseguir tus ojos negros  en la más oscura de las noches, dejando un poco de luna para encontrarnos al fin.

No sé qué me sucede hoy, ¡parece todo tan raro!, persigo el amor, pero él se esconde dentro del fuego de una hoguera, que de a poco me consume, y si estás, no lo sé, ¿acaso lo has dicho alguna vez?, y si eres o no, ¿por qué razón siempre me equivoco?, pero no soy nada, alguien mueve las fichas, en un mundo donde estuve, en otro terreno pedregoso de casa grande y faldas grises, y la madre, mi propia madre que nunca envejece, me lleva de nuevo dentro de sus aguas tibias, y reboto, sin saber que de nuevo existo, y otra vez suspiro, me aferro a la liana de su ombligo, para nadar cerca de su corazón, y oprimir el mío tan mínimo, que apenas empieza a latir junto al suyo, conociendo desde ahí, el primer síntoma grave del amor, que me tiene aquí de nuevo, en medio de un lago, donde sus aguas mojan el mundo en donde habito, como sueño, como espada, tal vez como un gorrión de plata, antojado en colores de luna dorada, que mañana, será bañada por el plata de la vejez, y al segundo, será mordida por un gigante, que habita en las alturas.

¿Qué soy?, nada soy ahora ni mañana, es raro vivir como en un sueño inexistente, que es tan solo esperar a  morir, ¿entonces mi afán, cuál es la razón de mi angustia que no descifro?, dejo el hilo de mi cometa suelto, y me dejo llevar de nuevo, no siento nada, dejo la mirada tranquila hacia un punto fijo, para que mi alma pueda volar, y pueda gritar que es verdad, no soy ni siquiera, un suspiro de brisa sobre una hoja, que se deslíe bajo la sombra de un ciprés.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 14/14




JAZMINES


Cristina Adriana Petrescu

JAZMINES

¿En qué jardín has quedado?,
de nuevo me apresto a sonreír
lo de hace un segundo fue vano,
fue grito y fantasía,fue vida.

Ahora, escucho hasta el ruido de un abejorro
aprisa va y viene dejando un algo
dentro de un tronco viejo,
y una linda princesa vestida de verde
parece joya de platino,
que al amor se atiene.

¿Tantas abejas zumban por aquí?
¿Hacia donde van mis queridas amigas?
-Vamos al huerto donde habita el ruiseñor-

¡Tan bonitas!,si las dejo quietas
nunca me herirán,
pero si apesto a hedor e inmundicia
mucho se enojarán.

Te busco mi amor, de nuevo
más te alejas con los sones de tu jardín
un arpa, una guitarra;
el sinsabor que amarga el rostro
y entristece la mirada.

Pero aquí estoy, nada cambia
muchas flores imagino en mi jardín
espero no las dañe el mal tiempo,
deseo sigan retozando por ahí
mientras huelo de sus perfumes,
mientras dibujo una sombra feliz.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 14/14

A LA MESA

A LA MESA 

Ya está la mesa servida, 
con un jarrón lleno de  flores del campo
lo habitan las mismas cuatro sillas, 
y un poco de llanto.

Un mantel bordado a mano
con orillitos rojos
los ojos de mi mujer,
mis hijos y un perro cojo.

Ya estamos los que somos
sólo falta el rosario de mi madre,
el viejo en el mullido sillón;
el bobito haciendo muecas,
la risa de mis hermanos
y ese viejo amor.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, mayo 14/14 

NO HAY FRÍO


Cristina Adriana Petrescu (Página Alex)


NO HAY FRÍO

No hay frío cuando nos toca la soledad,
es sólo un estado para encontrarnos
y saber que todo pasará. 

A pesar del siempre y del jamás
estoy conmigo, me abrazo
y soy un bebé a consentir.

No hay tristeza, ella se esfuma
me veo al espejo y una sonrisa
te imagino y vuelvo a soñar.

Y en un rincón casi obligado
pocas letras caen a un costado
se acaban las muecas y los gemidos.

No hay frío, es que alcancé la montaña
cierro los ojos, tu cabellera blanca
esa medio sonrisa de rosa pálida,
esos ojos como esmeraldas
tallados en el centro de la montaña,
me invitan a dormir y me siento tibia
una vez más.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 13/14