YO
TAMBIÉN [77]
Yo
también sobre caminos de piedra
buscando
moras de castilla y nidos de paloma,
trepé
los árboles más enormes
y
bajé corriendo por la loma.
También
tuve un perro, siendo niña,
se
llamaba Káiser, era el bebé de todos,
mi
compañero en el salón de clases
amigo
fiel al llegar a la quebrada
y
amigo fiel al subir la cuesta.
Descubrí
flores tan lindas
que
semejaban mariposas,
y aves
que parecían rosas.
Entre
rocas, un cascabel o una orquídea,
un
nido de búho bajo un árbol seco
con
camufle de roca.
Yo
también corrí en bicicleta con mi padre,
llegué
al colegio La Industrial con una sonrisa,
lo
dejé pasar siempre adelante,
le
permití gritar y cantar bellas tonadas
y
soltar cometas con dulces carcajadas.
Yo
también encendí cigarros…/era su vicio.
Lo
vi palidecer al poco tiempo.
Tomada
de su mano,
un
comején me lo robó,
con
su último suspiro al viento.
También
tuve muchos amigos,
algunos
se quedaron en el camino;
otros,
pronto me olvidaron e ignoraron,
pero
así lo marcaba el destino.
Tuve
un amor imposible.
Soñé
con los ojos cerrados…
Volé
como un águila hacia sus brazos
y sentí
morir como un condenado.
Y lloré por las ausencias,
por
los viajes imprevistos sin maleta.
Caminé
desiertos, descalza y triste,
y
luego, parecía una marioneta.
Yo
también amor, por no perderte,
entrelacé
tu corazón a un árbol
y
lo vi caer con muchas hojas escritas
que
marcharon, sin ser vistas por nadie.
Sembré
luceros en el cielo…
Se
quedaron viendo mis perlas pálidas,
se
colgaron de mi corazón y se plantaron
para
verlas copiadas en un lago.
Y
también quise decirte adiós y no he podido.
Tal
vez mañana, otro día... otro segundo;
si
estoy en otro camino, en otro jardín,
machacando
flores de jazmín
y
corriendo tras la mariposa azul
que
dejó mi corazón hecho pedazos
y
de su huella en el cielo, ¡ni un trazo!
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 20/13