Mi hermano Enrique
KICO DIJO:
Su aniversario 4
Nunca guardé odio en mi corazón,
se rieron de mí muchas veces, bajaron el rostro para no saludarme, muchos se
avergonzaron de mi humildad, pero no me inmuté por eso, estuve muy herido con
quienes me transformaron en lo que realmente no era, tan solo fui un muchacho
muy desorientado, hubo mucha pobreza en casa, pero faltó un poco de riqueza en
sus corazones, para comprender un poco mis inquietudes.
No guardes rencor, el odio sólo
traerá desgracias contra los tuyos, aprovecha éste
año para que deseches todo eso, y limpia tu corazón, no prestes atención a
quienes hablan mal de ti sin conocerte, ¿te has enamorado de alguien que te
desprecia ahora?, no sufras por eso, porque el amor siempre es una bendición, y
es doblemente bendecido quien ama sin ser correspondido.
Se nos prueba cada segundo, es una vasija de cobre, ahí se funde
la arena negra, ¿eres oro?, o simplemente plomo... que no seas plomo del que
mata o hiere a otros sin motivo, todo ser tiene una espina en el corazón, que
no seas responsable de sus lágrimas pero sí de sus alegrías, y si eres oro, de
él toma su brillo porque el resto es ilusión de un día.
Aquí donde estoy, todo es luz, puedo ir y venir, comer lo que
desee, tomar la leche escondida en las ubres de las vacas, soy como un ternero
pastando en una inmensa llanura, los verdes son los colores del tiempo, los
azules, son los vestidos favoritos de Dios, los blancos, son las nieves sobre
sus cabezas, si llegan a ese punto, no es que son más bendecidos que quienes
estamos aquí con la cabellera negra, sino, que Él, en su inmenso amor, les
sigue probando...
Levántate temprano para que puedas ver la luz del alba, ahí me
encontrarán si lo desean, o si quieren esperen al ocaso, o a la noche, en donde
esté tu mirada sin hacer daño a otros, ahí estaré, habito en un solo templo: tu
corazón, déjalo sonar las veces que desees, está ahí palpitando como una campana
hasta que un mañana deje de ser esa esperanza que anhelas, y entonces te
prevengo: disfruta éste segundo, porque el mañana, es un día incierto.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 27/14