lunes, 8 de febrero de 2016

NIEVA (50)

NIEVA (50)

Jamás he visto caer la nieve.
Imagino que el cielo lleva pesada carga
Y suelta blancos algodones
Sobre bastos paisajes,
Dejando sus copos cansados
A la vera de tu corazón y el mío.

Luego ahí nos abrigamos.
¿Qué otra cobija más que nuestra carne?
El temblor junta nuestras bocas
Y los pájaros enredan sus picos.
Nada hay para pensar, ¿para qué?
Escribimos nuestra historia en pálida mortaja
Que acusa por vencernos de amor,
Y somos estropajo, nos sobamos;
Duelen los huesos, pero al vernos,
Un algo nos enciende y nada somos.

¡Qué caiga la nieve!
¡Qué se cubra nuestro techo de blancos hilos!
¡Qué pasen todos y nada veamos!

¿Se habrá congelado la gaviota?
¡Mira!, lucha contra la nevisca
Pero igual que nosotros,
La mueve esa fuerza y empuje de la brisa
Y retorna a la fría roca de su existencia
Con un canto de luz.

¡Parece un pequeño sol!
¡Cómo me agradan!,
Me animan a un café
Y a mojar mi boca en tus pestañas.

Mi amor poeta, te veo cubierto, blanco,
Y ahora me antojo en desnudarme en ti,
Seré nieve para cubrirme en tu montaña
Y esperar a que retorne otra estación.

Mientras tanto, ¿para qué pensamos?
¡Es dulce la nieve de los años!
Pero más dulce,
Es amarte cómo te amo…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 8/16