viernes, 15 de febrero de 2013

FLOR DE LOTO 4 [35]

FLOR DE LOTO 4 [35]


Brillo de colores mágico
luciérnaga que estalla en sus noches,
verdes, nacarados, rojos...
Una estrella que parece herir
pero ante tal magia y belleza
doblo las rodillas antes de dormir.



Aquí estoy de nuevo,
abro mis pétalos al sol naciente,
a la  madrugada de un beso de colibrí,
a la rubia cabellera del sol sobre mi pantano 
y levanto el rostro airosa, expando mis perfumes,
atraigo al amante  de verdes alas
entregándole de mi corazón

toda su miel y dulzura.


Mi tiempo es ya, amado mío,
entrego todo el oro interior para que me penetres,
me derrengo en amores para consentirte y ser tuya.



Mía es la madrugada,
los cantores que pasan veloces,
mío es el amor de la luna con su plateado rostro,
mías todas las voces que se estrellan conmigo
como un zumbido de abejas de mi néctar ansiosas.


He perdido la timidez,
los inviernos se han vuelto otoños,
y en el verano de mi existencia,

un tono violeta aparece.

¡Qué flor más dulce!
¡Qué hojas tan verdes!


Me vuelvo pálida ante tu amor,
enciendes mi piel con la tuya,

voy en búsqueda de tu oasis
son mansas tus aguas,
doblo el cuello ante tus labios
y me dejo llevar por la suave brisa.


Descubro que nada soy,
todo lo mío es tuyo,

nos conjugamos

para ser un loto feliz
si pasas por mi lado.


Una blanca mariposa
besa mi rostro,

luego desaparece,
así, como ha llegado.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 15/13






NO BASTA [36]

NO BASTA [36] 


No basta que piense en ti,
busco cada día una musa
y para desgracia tuya,
te tocó ser mi poema.



¿En dónde estás amor mío?
Nuevo asombro eres para mí
esa escalera que no termino,
donde los sueños

cada día están más lejanos.


Me entretengo esperando tu regreso
las flores se regalan a su antojo,
más sólo deseo una mirada de tus ojos.



Se ha vuelto dorado mi amor
pelea conmigo ante tu ausencia,
abrazada de la brisa pasajera
confiada en las gotas de rocío
que caen como perlas,

sobre las azaleas.


Es hermoso creer que tú
llenas mi vida de fantasías,
de ilusiones que van de mi mano
como el sutil abrazo del tiempo


y el correr de éste día.


Y al escuchar una melodía,
cierro los ojos para imaginar una danza contigo;
se quiebra mi cintura añeja entre tu talle,
abro mis labios para pegarme de los tuyos.



Y como abeja en su panal me nutro de ti,
vuelvo mi vista atrás por si vienes,
dejo entreabierta la puerta de mi corazón
para que sigas.




Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 15/13






COMO LAS OLAS [37]

COMO LAS OLAS [37]

Así como las olas se va el amor
renovado al segundo,
se multiplica.

Como una flor en verano son tus brazos
tus ojos, estrellas en la noche.

Como un lirio son tus candores,
Ardientes, deslumbrantes.

Una copa de vino en tu boca,
es exquisita dulzura.

En tus pechos dos flores
se desnudarán conmigo.

Y en mi vientre,
eres el oasis
donde morirán los miedos.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla febrero 15/13

MIEDOS [38]

MIEDOS [38]


Tengo miedo de lo que no conozco
de las sombras oscuras,
de los sueños con serpientes.



Pero más miedo me dan las estrellas
y aquello que se desprende del cielo
sin  aviso previo.



Un miedo extraño cada segundo
donde al creerme segura,
una llamarada baja,


parece una centella,
y deja en el vientre de mi madre
una herida abierta.


Me acojo al incierto destino,
él es mi seguridad,
no se esconde ni reclama, me persigue;
y baja conmigo a la fosa,
ahí tal vez llegará una rosa
con olor a eternidad.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 15/13

NO DIGAN [39]

NO DIGAN [39]

 ¿Dirán que no estuve?,
Vine con el corazón en la mano,
entregué una misión  a todos
pero no lo comprendieron.

Dejé una rosa en verano, un lirio en invierno;
mostré la blanca espuma que bajaba de los cerros,
entregué un cantor en cada ventana,
una madre para que amaran.

No digan que no estuve aquí
cuando tus pechos hurtaron,
un consuelo entregué en tus manos,
y con un hilo de seda mágico
te volvieron a la vida.

Advertí que estaría sobre ti,
te robé el lirio más amado,
un tiempo adicional cada segundo
para que plantaras en el rosal asignado.

Fue vano mi sufrir
lo tuyo, una sonrisa pasajera,
¡no olvides que lo advertí!

Si la ves volar hacia otro espacio
más plácido y lisonjero,
sabrás que pasé por aquí
disfrazado de colibrí.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, febrero 15/13

LEVANTA TU MANO [40]

LEVANTA TU MANO [40]

Levanta tu mano a mi adiós;
he venido a dejar mi sombra,
una huella como una daga encendida,
una llama que no se apaga,
y que la brisa de mi tiempo aumenta;
parecen olas, con las brisas de diciembre,
y  tristezas, con las despedidas.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, febrero 15/13

DÉJAME [41]

DÉJAME [41]

Tan solo una palabra,
al menos un reclamo
una carta,
una despedida.

Déjame un poco de tus ojos,
se ha tallado en mí tu olvido,
el silencio que duele.

Un cardo ha florecido
y en tu corazón de roca
no queda nada,
todo se quedó en el mío.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, febrero 15/13

¿QUÈ?

¿QUÈ?

¿Qué puedo decir de tu amor, si fue una farsa?
¿Qué de tus miradas de brillo contenido...?
¿Qué diré, del roce de tus manos a escondidas?

Qué de tus promesas que no fueron
Se quedaron en un alar lejano y oscuro
Y otras manos tomaron lo que mis miedos no pudieron...
Y otros labios se quedaron con lo que es mío. 

Raquel Rueda Bohórquez

ARDILLAS [43]


ARDILLAS [43]         

La ardillita juguetona
sube y sube por la loma,

un cazador de amores le persigue,
por un inmenso roble la sigue.



Y en cualquier tarde
dentro de un nido 
copado de ramas secas;



vislumbrar puedo
a tan mágicos bribones,
donde pequeñas manos
toman de diminutos teteros,
un tibio manantial de amores. 


Raquel Rueda Bohórquez



MI BOCA [44]

MI BOCA [44]


Mi boca toma de tu piel la tibieza,
puede declamar un verso o un  cantar,
puede herir tus labios.



Mi boca prefiere orar y callar
mañana estará muda, y fría,
y tendrás que llorar.



Raquel Rueda Bohórquez

TRISTE AMAPOLA [45]

TRISTE AMAPOLA [45]


¿Alguien conoce la tristeza de una flor?
Ayer bella y sumisa,


de a poco con los rayos del sol
rostro caído, sin un riego de amor.


Triste amapola del camino
lágrimas blancas de tu corazón,
acíbar agridulce de tus pétalos.



Un plantío se extiende,
¿alguien te mira con cariño?,
una herida sobre tu cuello
desangra en odio y ambición.



Blanco lirio son tus ojos,
mustia belleza que se adelgaza de a poco:
¡Enciende pronto la hoguera
para secar tu alma!



Ahí ha quedado,
la blanca muerte se sirve en bandeja de oro
y la vida se siembra en un pálido jarrón.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 15/13