FLOR
DE LOTO 4 [35]
Brillo de colores mágico
luciérnaga que estalla en sus noches,
verdes, nacarados, rojos...
Una estrella que parece herir
pero ante tal magia y belleza
doblo las rodillas antes de dormir.
Aquí estoy de nuevo,
abro mis pétalos al sol naciente,
a la madrugada de un beso de colibrí,
a la rubia cabellera del sol sobre mi pantano
y levanto el rostro airosa, expando mis perfumes,
atraigo al amante de verdes alas
entregándole de mi corazón
toda
su miel y dulzura.
Mi tiempo es ya, amado mío,
entrego todo el oro interior para que me penetres,
me derrengo en amores para consentirte y ser tuya.
Mía es la madrugada,
los
cantores que pasan veloces,
mío es el amor de la luna con su plateado rostro,
mías todas las voces que se estrellan conmigo
como un zumbido de abejas de mi néctar ansiosas.
He perdido la timidez,
los inviernos se han vuelto otoños,
y en el verano de mi existencia,
un
tono violeta aparece.
¡Qué
flor más dulce!
¡Qué
hojas tan verdes!
Me vuelvo pálida ante tu amor,
enciendes
mi piel con la tuya,
voy en búsqueda de tu oasis
son
mansas tus aguas,
doblo el cuello ante tus labios
y me dejo llevar por la suave brisa.
Descubro que nada soy,
todo lo mío es tuyo,
nos
conjugamos
para ser un loto feliz
si
pasas por mi lado.
Una blanca mariposa
besa
mi rostro,
luego desaparece,
así,
como ha llegado.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 15/13