
A
UNA NIÑA OLVIDADA…
¿Quién
contará sobre mi niña?
Ella fue la razón de mí existir;
Tomaba en sus manos
pequeñas violetas
Del cielo las
estrellas para bordar sueños
Mientras danzaba con
las mariposas
Volaba con las
garzas,
Se elevaba con una canción en sus pequeños labios
Se elevaba con una canción en sus pequeños labios
Y esperando su regreso
me quedé.
¿Quien dirá que ayer
fue tan bella
Que entre mi regazo
tomaba de mis pechos
Soñando, que sería
el aliento en mi vejez…?
¿Alguien la nombrará
y recordará su nombre?
¿Reconocerán de sus
labios, palabras a medio aprender?
¿Dirán que entre los
guaduales,
Como un pequeño capullo sin abrir se encontró?
Como un pequeño capullo sin abrir se encontró?
Será olvidada como
muchas otras…
Su depredador se
oculta en un rostro demoníaco
Aquél que robó su
niñez con manos sucias, temblorosas,
Que cegó su existencia matándome de a poco…
¿Quién hablará de mi
niña de ojos verdes?
¿Recordará que un
monstruo deshojó sus pequeñas manos?
¿Que por ahí deambula
una bestia nueva cada día?
¡Tiene rostro de varón y corazón de cafre despiadado!
Gime como un demente... ¡y
desea matar!…
¡Nadie recordará su
nombre lo sé!…
Será olvidada mi
niña…
No quedará ni su huella sobre la tumba.
No quedará ni su huella sobre la tumba.
Alguien borrará su
nombre para siempre
Y seguiré muriendo de a poco,
Con un cántico de bebé aún sobre mis pezones;
Un sonajero rosa,
Su pequeño traje colgado en mi alacena,
Su pequeño traje colgado en mi alacena,
Su foto sonriente,
Recordando de su boca las primeras frases
Recordando de su boca las primeras frases
Y mis lágrimas de emoción
Al escucharle pronunciar su primera palabra:¡Mamá!
Al escucharle pronunciar su primera palabra:¡Mamá!
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
octubre 22/12
