SONREÍR
[41]
La
vida es una caja de sorpresas
en
donde quedamos atrapados,
pero
hoy es un día hermoso, hace calor,
es
bueno refrescarnos,
levantar
el rostro de nuevo y sonreír.
No
me puedo castigar con amargura ni rabias,
mi
vida no me pertenece, ni siquiera mis harapos viejos,
ni
la piel que aguanta mis carnes y pestilencias,
pero
tengo una misión conmigo mismo: Ser feliz.
Una
simple manera de lograrlo es reír,
reír
tanto como decía un gran poeta,
que
de tanto reír, “se torne mi sonrisa en llanto”
pues
no sabemos el día de nuestra marcha
puede
ser mañana, o ahora…
Por
tal razón, buscaré cualquier motivo para
ser feliz
una
sonrisa alegra el rostro, disminuye el
dolor,
sana
el alma, tantas veces lo he comprobado
que
en medio del dolor sigo riendo
aunque
esté muriendo.
¡Sonríe!,
por la chácaras rosadas del monito, por las tuyas...
Sonríe
porque tus nalgas no están tan duras como ayer
y
tienes que aceptar los cambios de cada día,
pero
recuerda que debes agradecer por cada segundo de vida,
dejando
de lado tus iras y temores, para confiar
en
que antes de morir, debes mucho sonreír.
Ríe
porque has caído
y
también porque alguien te dio la mano,
porque
un cáncer te ha mutilado, pero sigues vivo,
porque
no puedes estudiar, pero otros lo hacen,
búscale
el lado bueno a la vida,
no
te abandones al dolor.
Sana
tu corazón con una carcajada
y
verás un hombre nuevo,
tus
ojos mostrarán ese brillo
donde
la tristeza se esconde en el salado mar
y
tu alegría brota, mostrando un rostro alegre,
mientras
sello tus dolores con mi boca
y
continuamos las carcajadas,
pues
otro día es incierto
y
no las podremos repetir.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 20/13