viernes, 21 de junio de 2013

SONREÍR (41)

SONREÍR [41]

La vida es una caja de sorpresas
en donde quedamos atrapados,
pero hoy es un día hermoso, hace calor,
es bueno refrescarnos,
levantar el rostro de nuevo y sonreír.

No me puedo castigar con amargura ni rabias,
mi vida no me pertenece, ni siquiera mis harapos viejos,
ni la piel que aguanta mis carnes y pestilencias,
pero tengo una misión conmigo mismo: Ser feliz.

Una simple manera de lograrlo es reír,
reír tanto como decía un gran  poeta,
que de tanto reír, “se torne mi sonrisa en llanto”
pues no sabemos el día de nuestra marcha
puede ser mañana, o ahora…

Por tal razón, buscaré  cualquier motivo para ser feliz
una sonrisa alegra el rostro,  disminuye el dolor,
sana el alma, tantas veces lo he comprobado
que en medio del dolor  sigo riendo
aunque esté muriendo.

¡Sonríe!, por la chácaras rosadas del monito, por las tuyas...
Sonríe porque tus nalgas no están tan duras como ayer
y tienes que aceptar los cambios de cada día,
pero recuerda que debes agradecer por cada segundo de vida,
dejando de lado tus iras y temores, para  confiar
en que antes de morir, debes mucho sonreír.

Ríe porque has caído
y también porque alguien te dio la mano,
porque un cáncer te ha mutilado, pero sigues vivo,
porque no puedes estudiar, pero otros lo hacen,
búscale el lado bueno a la vida,
no te abandones al dolor.

Sana tu corazón con una carcajada
y verás un hombre nuevo,
tus ojos mostrarán ese brillo
donde la tristeza se esconde en el salado mar
y tu alegría brota, mostrando un rostro alegre,
mientras sello tus dolores con mi boca
y continuamos las carcajadas,
pues otro día es incierto
y no las podremos repetir. 

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 20/13

20 DE JUNIO/13 (42)

20 DE JUNIO/13  [42]

Hoy me levanté, realmente no me levanté ni me acosté, no he dormido por varias razones: Una inquietud extraña, 3 am. por alguna razón siempre despierto a esta hora, y en algo que leí por ahí de brujos y esas pendejadas, dijeron que era la hora del diablo.

Imaginé que alguien me tiene de cabeza en algún sitio, pero dejé que pasara el tiempo, para apartar todos esos miedos de mi niñez, y entonces, el calor me advirtió del algo más: mis perros no ladraron anoche, ni tampoco escuché los gritos de la chica del apartamento, Yayra que en su mente asustada, sintió que un tipo sucio y malvado reventaba su puerta, y el miedo es nuestro peor enemigo, lo digo por muchas razones y experiencias de la vida, quería lanzar a su bebé desde el segundo piso, y estaba arrinconada, pálida y asustada.

Al fin, después de un rato, con el vecino el señor Miguel y mi esposo, pudieron abrir la puerta,  y le demostramos que no había nadie, ningún demonio reventó puertas ni ventanas, y  todo estaba ahí en sus propios miedos.

Ahora ronca, tal vez la bebé no va al colegio hoy, pues ya es tarde, pero le doy gracias a Dios, a veces no podemos dormir, sentimos calor por algo, y es el peligro, un ángel que nos cuida y protege nos advierte de él, y así lo asumo.

Mi hoy es maravilloso, un amigo, un regalo del cielo vuela en mi jardín,  abro mis alas, el corazón empieza de nuevo a latir con esas campanas extrañas, ese hormigueo que advierte que estoy viva, que sueño, que canto, que por mis venas no corre sangre helada, ni azul, sino la sangre viva de una mujer soñadora, no tan perversa ni mala,  a nadie he dañado en mi vida, pero de santa ya lo he dicho, para eso nació Teresa, María de los Robles, La Hija de Nadie, a mí que no me jodan con santurronerías ni rodillas peladas, normalita… normalita…

Y gracias a mi Jefe, porque estoy despierta de nuevo, están aquí mis amigos de siempre, unos van y vienen, como las brisas de diciembre, pero su perfume es el de los azahares, dulzón y mágico, para combinar con el agridulce sabor que dejarán  sus frutos mañana sobre perlas endulzadas por los cañaduzales, que llevan un poco de sal de la vida, de las manos de los agricultores y sus atropellados andares.


Raquel Rueda Bohórquez
20 06 2013