jueves, 30 de junio de 2016

LUCIÉRNAGA (1)

LUCIÉRNAGA (1)

Si me escondieras en tu pupila,
¿Qué certeza tengo de que soy quien la habita?

Si me nombraras,
Éste ardor tendría un motivo,
Y éste calor una solución.

Hoy me transformé en luciérnaga para ti,
La noche abrasa al bosque,
Los rayos cruzan la inocencia de la tierra
Y se abren paso como reyes luminosos.

¡Aquí estoy!, rugen cual leones en la espesura
Y al momento callan, más todo es inquietud,
Luces van y vienen invitando al amor
Y en medio de ese gran carnaval estoy.

¡Aguárdame en el sendero de tus ojos!
Es ahí en tu pupila, en el rincón de la niña triste
Y en el espejo de agua en donde más brillan los luceros
Y las luciérnagas se enamoran.

El búho escucha a las cigarras,
Los grillos hablan de las estaciones,
De las moringas en flor,
Festejan la tarde y celebran la noche junto a las ranas
Y el silencio de los toches.
Entre todas estoy, ¿me has visto?,
Mi brillo está sobre la hoja más verde,
Ahí se quedó el rocío de la mañana
Y pegó fuerte el sol de la tarde.

Escucha la voz del león a lo lejos,
Entre cumbres y borrascosas nubes
Anuncia el aguacero de besos que viene,
Las caricias de brisa que esponjan alas,
Para abrasar esos colores perdidos en la distancia.

Ahí, en medio de la luna te espero,
 Ella se parece a mí, tímida y callada,
Pero nos vemos, charlamos de cosas de mujeres,
Mientras voy y vengo de aposento en aposento,
De hoja en hoja, bailando con el viento.

Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16



SUEÑO 24 06 16 /ANDREA (2)

SUEÑO 24 06 16 /ANDREA (2)

El sacerdote le anunció que 3 energías nos estaban atacando, /quieren acabar con ella, con su hija y con la niña, anunció una voz en el sueño.

El sueño de Verónica anoche, algo no está bien, hay gente afuera con ganas de hacernos daño, alguien quiere lo nuestro, pero no sabemos si la serpiente respira en nuestro cuello, o está agazapada en cada rincón de nuestro hogar, lo cierto es que tenemos miedo.

Ayer otra vez soñé con una niña enferma y mi madre me decía que corriera a darle algo para el dolor,  desperté sobresaltada para correr hasta la cuna donde estaba mi perrita moribunda, sin saber le di unas gotas para el dolor, tenía fiebre, los ojos se movían inquietos en sus cuencas, estaba enloqueciendo, entonces la abrigué, la madre estaba con ella y ladraba muy inquieta, recé un padrenuestro colocando mi mano en su cabecita y pedí a Dios que se la llevara ,que no sufriera más, la mecí como a mis hijos cuando estaban pequeños, era esa mirada de infinito amor lo que me inquietaba y mi madre lo sabía, ella me decía siempre que me faltaron hijos, pero que tenía muchos perritos a quienes daba ese amor que me sobraba, después me fui a dormir pensando que no encontraría a mi perrita Andrea viva.

A las 5am desperté de nuevo y corrí a la cuna otra vez, sentía la misma inquietud de cuando los niños humanos enfermaban, cada media hora como un reloj despertaba a darle suero, esa angustia en el corazón como si fueran personas, pero eran algo más, eran ángeles que me hablaban con la mirada y ahí estaba, moviendo la colita ante mi presencia, sin poderse levantar, pero viva por otro día.

Es un milagro, Él escuchó mi oración. La perrita comió de mi mano y se quedó dormida, al rato la llevé al veterinario, ¿será que está loca?, no sé qué le sucede y nada le encuentran, pero no se puede mover, esperaré a mañana, pues un segundo más, es el milagro más perfecto de todos.

Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16





PALABRITAS 30 06 16 (3)

PALABRITAS 30 06 16 (3)

1
Aprendo que hay días en que todo se va sin hacer ruido, que la gaviota extiende sus alas y nada de ella quedará en el cielo, porque al cruzar del viento, sus huellas se irán con él.

2
La soledad sucede si nos sentimos solos en medio de una multitud, pero la libertad es cuando nada nos importa esa multitud y continuamos siendo felices estando solos.

3
Quien se empeña en criticar todo lo que otros intentan, es porque tiene "cierta pulga, en cierta parte" que no lo deja ver lo bueno que hay en otros, pues una ceguera llamada "envidia", lo mantiene crucificado.

4
Si encuentro las acacias florecidas, y en tus ojos ese amor que te invitó a mis pechos y a mis pocas alegrías; sólo ahí entenderé que nada es fortuito, porque no me enamoré de tus ojos, sino de la mirada del ayer, antes que el veneno dañara el alma, y el cuerpo se provocara de los espantajos de la noche y los vendavales de la carne.

5
Tomo tu mano, el calor es responsable del sol, y el frío, de las venas abiertas de la tierra. Vamos despacio ¿tienes prisa?, no podemos correr ahora, se ha blanqueado nuestra propia montaña y los pasos le pesan a la tierra, las miradas se prenden y dos soles se juntan, dos niñas resbalan y el amor se crece, parece una cascada bajando por la cuesta...

6
Somos un puñado de tierra que volverá al trigo, a la cebada, al viento...

7
Después de tanta montaña, llegar al llano es cómo partir el sol en trocitos, para admirar la grandeza dispersada entre cantares de guacharaco y sonsonete de guacamayas.
8
Para el bosque una oración por todos los árboles que hemos asesinado y todas las hojas que hemos pisoteado...

9
Al planeta le debemos las rodillas dobladas y al mundo ni un céntimo...
Sólo para recordar, que el árbol desnuda sus hojas, para que las nuevas ocupen su lugar.

10
En el único lugar en donde la vanidad no sirve para nada es en el cementerio, ¿decir la verdad ha servido para algo?, me voy a las cortes, a las pelucas donde anidaban las ratas y los piojos bailaban salsa; me voy a los zapatos de charol y a los tantos adornos para impresionar a un mundo de pobres que veían de soslayo y reían hacia adentro...

11
Otro día con nuevas inquietudes, pero suficiente con haber escuchado la serenata de las aves y ver a la luna medio mordida haciendo guiños al sol, que sin dormir, aparece mágico y sorprendente calentando de nuevo, apasionado sin cansarse, como un novio amante.

12
Inicia el día, el morichal está lleno de garzas blancas y el sol coquetea con el llano versos blancos y alabanzas...

Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16





PAZ (4)

PAZ (4)

Paz es contemplar la lluvia, admirar los rayos, pasear por la falda de una montaña sin miedo a nada, teniendo la certeza de que un aguacero despejará el camino y crecerá las cascadas...

Paz es aprender que no pertenecemos a otra persona, que somos seres libres e individuales, que morimos solos y que el otro merece ser feliz, si a nuestro lado sólo halla tristeza y amargura.

La paz es un asunto de todos y tenemos que estar involucrados con valentía y compromiso.

La paz es un retiro, un cambio, una pensión que todos merecemos en algún momento de nuestras vidas, aunque lo justo no haya sucedido, es importante que pase, no importa que tengamos la cabellera blanca y las rodillas cansadas; será suficiente con ver sonreír a nuestros hijos y ver a los jóvenes con otra mirada, sin temor a salir a la calle, sin miedo a cruzar la esquina.

La paz es hacernos amigos a pesar de las diferencias, es respetar el diálogo del otro y su pensamiento, sin ofendernos.

La paz es tu boca morena en la mía iniciando el mayor canto de todos: El canto al amor, así como hacen los mirlos en cada amanecer y lo repiten con la despedida del sol.

La paz no es una larga discusión para saber quién tiene la razón, o quién tiene más poder para extenderla.

La paz es un abrazo a tiempo y un silencio obligado, para que la melodía se entienda y el pentagrama se alargue.

La paz es un chico tocando flauta en un parque y un policía aplaudiendo.

Cuando aprendamos que la paz no es agresión, todos estaremos dando el primer paso, pues arma no es sólo la que se dispara para herir, también se hiere el alma con las estocadas que salen por la boca y son más mortales que una herida abierta con puñal.

La paz huele a montaña virgen, suena a quebrada, a río, a mar abierto; tiene alas de gorrión y mirada de águila que sólo toma lo que necesita, para que los demás también prueben bocado.

La paz es dormir con el estómago lleno y una sonrisa que no le teme al despertar.

Es caminar por el campo sintiéndonos dueños del paisaje y amando cada árbol y cada espino; cultivando sin abusar de la tierra y sembrando árboles, para que no se agoten las acequias.

La paz son las guacamayas de colores pareciendo flores en las montañas; los mirlos, las flores, los gajos de ciruelo llenos, los arrayanes, los majestuosos ríos buscando el mar, limpios, sin la basura que a ellos arrojamos.

Si tenemos ganas de vivir en paz, si nos asiste el deseo de caminar y de sembrar, de abonar y entregar a los demás, si queremos de corazón, no es necesaria una firma, es suficiente con la voluntad que cada uno de nosotros tengamos, porque la paz necesita de humildad, de rodillas dobladas y manos juntas para que sea al fin una realidad.

Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16






VUELOS CORTOS (5)

VUELOS CORTOS (5)

Si pudiera desviar el vuelo de la gaviota, iría con ella hasta la misma roca en donde alguna vez se tiñó de blanco el cabello en tu espera.

Si pudiera tener alas como el albatros, perseguiría a la brújula de su pecho para abrazarnos, si es crudo el invierno.

¡Si pudiera saber mi destino!: pero el destino es como un regalo sorpresa para cada uno, no sabemos si trae un diamante o una esmeralda, más son las joyas de tus ojos, las más deseadas...

¡Si pudiera encontrarte en mi camino! La vida es un acertijo extraño, estamos con quien nos odia y deseamos a quien nos ignora, así somos las mujeres, porque el amor ha de ser transparente, sin engaño ni mentira, debe ser como el sol de la mañana que regala sus caricias ardientes sin cansancio, o como la luna que baña el bosque de hermosura y nos persigue de regreso a casa; lo sabemos, pero la necesidad de amar es más fuerte que la realidad.

Si pudiera soñar contigo y saber que sueñas conmigo, la vida sería más dulce; pero se va en letras y letras, en pensamientos repetidos en uno y otro poema, porque me siento así, como un pájaro en árbol ajeno y no sé cuántas plumas queden en mis alas para volar algún día a tu encuentro.

¡Si pudiera transformar tus pensamientos para estar en los tuyos!, pero nada pasa, es un perseguir el viento, pareciera una ola detrás de la otra sin jamás ser alcanzada, y repetirse una y miles de veces en la misma playa azul donde el horizonte no tiene fin, pero a pesar de todo, las garzas saben a dónde ir y encuentran cómo regresar al nido.

Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16



OJOS DE TIGRE (6)

OJOS DE TIGRE (6)

En la boscosidad,
Agitando el cañaduzal ocre y verde,
Ahí estaban tus ojos;
Parecían broches en la noche.

Sentí tu calor, ese que paraliza entero.
Luego te movías, lentamente,
Con tus garras fieras escondidas...

Paralizaste mi corazón…
Cerca de mí pasaba un saíno,
Mi pañal estaba húmedo,
Chorreaba espesura por las rodillas temblorosas,
Y el ojo de tigre fue visto por primera vez cerca de mí.

Una raya traspasaba esa lámpara que iluminaba la noche,
Y con una fuerza desleal superior a la víctima,
Entre sus garras la vida se zambullía
Y el rojo se esparcía por mi pequeño mundo.

Una mirada con desdén, ¡grrrrrr!, reía de mí, / ¡lo sabía!,
Parecía decir: ¡para carne dura un tierno saíno es sabrosura!
Y se perdió luego, jamás lo volví a ver.

Pero ese recuerdo todavía me asusta
Cuando estoy alejada de todos
Y las cañas en la noche,
Empiezan a temblar.

Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16