lunes, 14 de mayo de 2012

RECUERDOS DE MI MADRE



RECUERDOS DE MI MADRE L3R

Aquí sobre tu silla: herido… retorna el recuerdo
Los abrazos y las sonrisas en medio de tus danzas 
Regresa San Pedro, San Javier, Paloblanco…
Las historias una a una, poco a poco vienen

Y los gansos, en la inmensidad del cerro
Adornado de gardenias, de rosas y margaritas…

Allí sentada con tu inmensa barriga esperas…
Un nuevo día solitario en medio del bosque…
Te asustan los ruidos de la selva… el rugido de la pantera;
Sobre una mesa de madera te arrodillas; iniciando el rosario de tu vida.

La gata golosa maúlla, ronronea sobre tus piernas
Y una suave caricia a tu minina negra y una mirada al cielo
Ya se inicia la jornada; y de nuevo la soledad amiga tuya
Llena de cánticos tus labios y regresa la alegría,
El bosque pintado de colores, sin importar el miedo de ayer.

Ya vendrá ese amor moreno a tus brazos…
Espera el monte con el hacha despejar terrenos
Y los sueños… sólo sueños de poseer que se derrumban
A la vez con los grandes robles, que otrora adornaran un camino.

Tus pasos cansados nuevamente y un regreso
Lágrimas nuevas pintan tu rosado rostro
Más sonrisas y caricias esperaban… y mi abuela
La pequeña violeta de tus labios anhelantes te abraza
Su pequeña figura perfumada llenará tu vida
Y su recuerdo por siempre mitigará su ausencia.

Aquí vamos ahora todos, tantos recuerdos que has dejado
Tan poco lo escrito, tan poco lo realizado…
Pero hoy… el espacio es todo tuyo… todas tuyas las cañadas
Bienaventuranzas de cada día a manos llenas
Mientras aprendemos a orar… por nuestro tiempo…

No sé cómo será… pero todos esperaremos a mañana…
Es allí donde nos enteraremos de la realidad de la vida
Viendo diluir los sueños en la nada… y cerrando los ojos
Cuando al fin el sol brillante aparezca; y cubra de frío nuestra piel
Y de eternidad el alma.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 14/12

TU LEGADO...


TU LEGADO...

Cada vez que escuche de nuevo tus canciones, que observe la radiola vieja tan amada, cada segundo que admire el cielo, que detalle un ave y una flor, una mariposa extasiada robando la miel del camino, estarás ahí mi madre santa, y estaré copiando tus enseñanzas que se tallaron en mi alma, tal vez nunca llegue a parecerme siquiera a ti, pero le pido a Dios que al menos pueda recordarte cuando me refleje en tus ojos copiados en los míos y pueda decir feliz que algo tuyo quedó en mí para siempre y éste regalo como esmeraldas tristes serán mi consuelo.

Te aseguro que la pajarera en que me convertiste está orgullosa por ese amor que plantaste en mí por los animales, por los verdes prados, por el canto del sinsonte y el dorado del toche, por cada anciano que pasaba y que tú socorrías con tanta dulzura, espero que alguno de tus dones sea copiado por todos y que seamos unidos, que no seamos ásperos y soberbios pues tu humildad para vivir fue el mejor regalo a nuestras vidas.

Quiero aceptar que sólo somos aves de paso, que la voluntad de Dios nadie la conoce, pero también que debemos obrar bien, pues todo el daño que hagamos se saldará aquí, y para mi jefe las cuentas son claras, tan luminosas y transparentes como la mirada de un niño y el brote de una semilla.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 14/12

ANTES DEL OCASO 2



ANTES DEL OCASO  2 L3R

Atardeceres tan nostálgicos serán
cautiva mi alma mis ojos como cascada
el remanso de tus ojos claros ¿dónde estará?
¿el aliento de tus dulces palabras quién lo escuchará?

Atardecer de lluvia mágica...
vacío quedó tu espacio sólo lámparas encendidas
tus carreras tus afanes mi niño amado
en brazos de mi madre amanecerás...

Ya de nuevo el cielo se llenó de estrellas
la luna silenciosa y callada...
el dolor de nuevo aqueja, ya no escucharé sus sonrisas
tampoco el llanto de sus amados verdes claros.

Se acerca el ocaso y mi reina descansa de nuevo en su lecho
tan amada, tan añorada... el descanso a su dolor
los sueños con la música que marchó con la tibia oscuridad
llevándose a ese cielo infinito todo el amor de mi corazón.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 14/12

CUANDO NO TE VEA MÁS



CUANDO NO TE VEA MÁS…

¿A quién harás falta ahora?
Observaré sola el atardecer; ya no tendré que ir a buscarte
El rosario quedará por ahí en el cuello de alguien que te amaba…
El librito de tus oraciones segura estoy no será olvidado
Ha quedado en buenas manos…

¿Quién faltó por escribir sus memorias en tu libreta?
Ya no importa… lo prometido es que era para mí;
Ya tomé posesión de ella y tal vez me anime a divulgar tus cosas
Al menos las pocas que dejaste ahí… el resto las guardaré en mi corazón.

Ya no habrá problema… ¿Quién te llevará a misa?... Ahí tienes a mi monacho
¿Acaso necesitas de alguien más?...
Él tiene toda su juventud, su ánimo y sus sonrisas amables
Tiene un corazón púrpura y dorado… la piel fundida con la tuya
Serán sólo viajeros, navegantes que nos observarán en el silencio de la noche
Ya no importa… ¿acaso extrañaremos esa mirada tuya triste y lejana?

Tus oraciones, largas y hermosas que tanto nos cansaban a ratos… sólo a ratos…
Cuando querías eternizar los rosarios y nuestras bromas que te hacían sonreír a medias
Cuando en silencio guardabas las viejas cuentas de madera…

Aún en tú agonía sabías orar…
La biblia desgastada, tus ojos agotados… tus palabras anunciando verdades
Aún en la hora de tu muerte proclamabas a ese Dios, 

A esa madre santa en tu boca...
Y tus ojos… ya no eran verdes… se volvieron más pequeños…
Pero ese sol de madrugada… el que anunciabas… estaba cerca…

Ya no importa si no te veo mañana…
No lloraré si observo la novela en soledad, el fin tal vez sólo lo conozca
La que no sabía amar tal vez aprendió la lección
Y las historias que repetías ya no escucharé… ¿acaso importa?
Segura estoy que ni una lágrima… ni mi corazón se partirá en dos cuando acepte que no estás
Ni me esconderé donde nadie vea mis ojos; ni miraré al cielo azul en tu búsqueda…

Me importa que hoy seas feliz al fin, y que vayas tomada de la mano de mi monacho
Y que mi abuela es joven y tú eres sólo una niña de piel blanca con olor a huerto
Correteando por las laderas en búsqueda de una fuente cristalina donde al fin,
Calmarás tu sed y llenarás ese cántaro que nunca más se secará.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 13/12

DESDE MI ROCA FUERTE 2



DESDE MI ROCA FUERTE 2

Aquí sobre la inmensa roca, como una gran ballena espero
Extendidas mis alas a ese azul infinito de tus lámparas encendidas…


Sentí la lluvia sobre mi piel mientras volaba
Y sobre una palmera me duché un poco… 
El cristal de tus aguas era tu llamado…
La sonrisa del mar parecía una carcajada
El llanto en un gran salón lúgubre me llenó de congoja
Pero airoso y feliz… alcé la mirada…

Siempre busqué la roca fuerte de tu pecho
Tu nombre mis labios proclamaban…
Tu alegría era mía y la mía era tuya
Mi novia vestida de blanco me esperaba…

Aquí decidí que era el atardecer de mi viaje
Me vistieron con los rosas de la vida;
Abandoné lo que soy en silencio…mientras me desvanecía
Me aferré a tus manos… y sentí que eras todo lo que pedia.

Mis alas levantaron vuelo… aún sin tenerlas
Mis ojos vislumbraron la luz divina de los tuyos
Mi corazón ya no gemía… mis labios ya no besaban
Pero la gloria llegó… casi al terminar el día…

Ya desde aquí… sólo les diré que soy feliz
Que las peticiones serán un encargo a mi jefe…
Todas serán cumplidas… todas serán acatadas
Mientras me recuesto y descanso de nuevo…
Sobre una inmensa roca donde escucho cánticos de aves
Susurros de palomas que se aman y mis “te quiero”.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 13/12

A MI MADRE 3

A MI MADRE 3

Aquí estoy reina mía
De nuevo robé una flor para ti…
La cándida extiende sus manos
Con el candor de la edad,
Y de sus labios un beso recibo
Y de su pecho calor.

Aún hoy cuando tus ojos marcharon
Te presiento cerquita de mí…
El sillón que conoce tus dolores
El perrito posado en tus piernas
Mirándote como enamorado de la luna
Y del cielo que veía en ti.

Ya marcharon aquéllos dolores
Voló contigo la tímida sonrisa…
Casi a medias robando a tu tiempo
Mecida… mecida mi princesa vi.

Ya te arrullan las aves del cielo…
Sobre las mullidas piernas se consuela
Un ángel que despejó tu camino…
Y adornó de pétalos una estancia de rubí.

Ya pasó todo…
Pasaron tus ojos cual brillo de estrellas
Pasó la noche, llegó el amanecer…
Y a la hora de tus oraciones;
Vino un ángel en la tibieza del silencio
Tomó las rosas blancas de tu alma,
Mientras parecía que el tiempo pasaba
y tal vez cuando volabas… dormí.

Aquí están tus rosas madre mía…
Ésta vez tampoco compraré…
Todo el jardín que imagina mi mente
Todas las aves que vuelan al cielo…
Y el canto de la lluvia sobre tu estancia
Recordarán que lloro por ti.

Y del cielo la tibieza de tus ojos
De las aves el canto del mirlo…
De la soledad el silencio que duele
De tu vida sólo luz… sólo luz…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 13/12