miércoles, 14 de septiembre de 2016

ORGASMO POÉTICO (31)

ORGASMO POÉTICO (31)

El pecado arrimó su falo
Y la puta con la decencia en sus enaguas
Lamió la carne y escupió luego
Cual si vomitara.

¡Ay del hombre!...
¡Cuánto pecado al probar lo marcado!
Sin importar que la desdicha implora
De sus manos tan solo una caricia.

Ruin y vagabundo
Atesora los sonidos guturales
De un instante tan efímero
Como la muerte en pleno,
Que ha preñado de palidez el rostro
Y ha sepultado a los ojos en sus cristales.

¿Qué hago pensando así?
Es que la tarde es larga,
Languidece conmigo, y la gata blanca,
Con su colcha de seda me acaricia.

Viene el recuerdo de tantos años,
Nada me acobarda ahora.
Para mí, escribir es hacer el amor,
Y el placer que siento
Se escurre cual semen tibio
En medio de una carcajada.

¡Putos y más!...
Vayan a coger a sus perras,
Y ellas siguen lamiendo la hierba
En tanto voltean el trasero
Y la paz se hace,
¡En medio de tanta guerra!...

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16



TU VENTANA (32) (R)


TU VENTANA (32) (R)

El poeta lo anunció cierta vez:
“Pueda ser que asome un niño en la misma ventana,
O que aniden las palomas en la misma rama”.

Y su sentencia fue grave, porque al llegar otros a casa,
El árbol en la puerta estorbaba,
Vinieron los hachazos y la discordia,
Esa que tocamos muchas veces
Y conocía el sabor de nuestras lágrimas.

No regresarán ni a la mesa de moler los mismos gorriones.
Se ha reducido el espacio, la estufa vieja se ha ido
Y con ella todas las alegrías y penas
Que nos juntaron en medio de un rosario
Y nos abrazaron con un poema.

Pero aún ahora me pregunto:
¿Estarán las mansas aguas cubriendo la montaña?
¿Los helechos tendrán el mismo olor de aquéllas madrugadas?
¿Se habrán mojado las orquídeas que jadeaban versos de amor
Asomadas entre las rocas?

Me contó el día de hoy, que nada estaba como ayer,
Nada volvería a ser igual…
La ventana no fue ocupada por otro niño curioso,
Ni la silla roja que fue el trono de mi padre
Acogió con dulzura el cansancio de otros.
Se volvió cenizas cualquier tarde
En medio de risotadas: ¿de quién sería esto? ¡Jajajaja!
Y el eco llegó a la reja de los recuerdos,
Se pegó con el óxido del olvido
Para que lo escribiera en tu lápida
Que ahora es otra ventana abierta
A los tantos recuerdos que nos juntaron,
Y a los tantos besos que nos faltaron.

Pero no cambió de lugar tu amor,
Siempre estará aquí en éste viejo corazón
Siempre, ¡siempre!…

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16






COMO ERES (33) (R)

COMO ERES (33) (R)

Te amo tal como eres,
No quiero cambiarte nada...

Mi poeta, ¡que mejores!
Que nada cambie
El ritmo de la poesía que llevamos,
Al menos que nos quede eso,
Y digo "nos", porque así lo siento.

No cambiaría un segundo de lo soñado
Por los que han pasado.

Hubo mentira y engaño,
La falsedad tocó a mi puerta
Y se acostó en mi cama.

Una espada me hirió por la espalda,
Siempre viví confiada
Y mi confianza me traicionó.

Por eso ahora confío en mi sueño
En éste que nos convierte en poesía,
Que nos inventamos en nuestras soledades
Para ser uno, tú y yo.

Raquel Rueda Bohórquez

14 9 16

PERFECCIÓN (34)

PERFECCIÓN (34)

Buscando la perfección,
El rocío se estampó en una flor.
Más para el hombre
La perfección es una utopía,
Porque jamás se podrá comparar
Con ninguna de las dos.

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16



¿Y ENTONCES? (35) (R)

¿Y ENTONCES? (35) (R)

¿Y entonces?
Eres el dueño de mi poesía,
Alguien se dará cuenta
Que una loca te escribe cosas,
Y sueña que también un ruiseñor
Del otro lado responde.

Parecemos dos pájaros de árbol en árbol:
Cantas y te replico,
Trino y me envías una melodía.

Me lo creo,
Porque el día está divino,
Y otra vez regresó el gorrión
A fabricar nido en su pino.

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16



ARMONÍA (36) (A)

ARMONÍA (36) (A)

Armonía es el juego de la lluvia con las rosas,
Luego el aroma que despiden y el aire que pasa,
Que nos acaricia...

Armonía es la cascada
Que se funda a partir de una gota
Y el rocío que resbala por mis párpados.

Buscando paz
Me acerqué a un precipicio,
Vi demasiadas rocas y pensé: ¡ha de doler!

Buscando amor vi un paisaje
Un sendero lleno de rocas y espinos,
Y en medio de ellos te hallé.

Soñé en ser parte de un todo,
Las garzas se adivinaron en el verde pálido,
Se jugaban un grillo o una rana…

¿Qué es armonía?
Todo esto lo es,
Pero también dolía.

La vida armoniza con la muerte
Y el dolor se queda como un cardo,
Más luego nos desvanecemos.
Somos la lluvia para mañana
Y la flor para la primavera.

¿Qué flor seré?
¿Me veré hermosa en tu mesa?

Me vi junto a ti…
Todo tenía luz y magia
La música, el pentagrama del viento
Que tocaba las hojas secas
Y las desviaba hacia el río caudaloso.

Me alejé corriendo contigo
Subimos la cuesta y la bajamos,
Nos dimos giros y giros entrelazados;
Parecíamos serpientes.

Descubrí que todo es armónico a la mirada
Si tienes paz en el alma
Y aún vuelan las garzas blancas
Entre los rubios y verdes pastizales.

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16




TOQUES DE AMOR (37) (R)

TOQUES DE AMOR (37) (R)

Ha tocado una luciérnaga tu ventana...
Siempre estará su brillo encendido
Y abiertas para ti sus alas.

¿Qué es el amor?
/Preguntaba una libélula a una flor.

Amor es sentir éste aguacero
Y pensar en ti /respondió.

Ojalá seamos tan libres de pensamiento
Como la lluvia en invierno.

¡Así es!, /volvió a cantar el ave en su gajo,
En tanto respondía mi corazón un verso
Y mis manos entre tus piernas se deslizaron.

Ha tocado una luciérnaga tu ventana:
¿La dejarás volar? ¡Corre hacia ella!
¿No te das cuenta que su destello
Es el amor que la mueve
Cual a las montañas la nieve?

/ ¿Eso los has dicho tú?, ¿o será la voz de las hojas?

/No, lo dijo el alma de una pluma
Que liviana se desprendió del ave que pasaba
Y tocó mi boca mientras cantaba.

El amor, ¿qué será el amor?
Y los grillos se manoseaban;
Las mantis los devoraban,
Y la vida brotaba y brotaba.

Muerte y vida ¡qué raro!
El amor a veces dolía,
Pero en otra nave regresaba
Con otras alas y otra poesía.

Sin saber de dónde ni cómo,
Mis inquietudes, una a una,
Despejaban la mañana,
Ya no pensaba en la tarde
Ni en lo que podía suceder luego,
¿Para qué?

Siempre moría el amor en mi ventana
Y siempre volvía a brotar,
¡Donde la daba la gana!...

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16





EL TIEMPO PASA (38) (R)

EL TIEMPO PASA (38) (R)

Los días pasan
Y la noche aparece
Con su manto gris.

Todavía llueve
Y aún sigo pensando en ti.

Nubarrones grises y plata
Parecen la cabellera de mi madre,
Y del bosque, una dulce serenata.

Recuerdo tu voz de paloma
Arrullando mi vida en la calidez de tu pecho.

Recuerdo tus manos heridas:
¡Parecían un ramo de violetas!

Siguen pasando las horas,
Los días y los años no cuentan;
Se ha borrado el nido del balcón
Y los pichones se volaron.

Siguen pasando las horas,
Ya ni los segundos valen
Porque no estás conmigo
Cantando versos a los paisajes,
Ni divisando mirlos en los rosales.

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16



¿QUÉ SEMBRAMOS? (39)

¿QUÉ SEMBRAMOS? (39)

Me gusta la gente que critica menos y actúa más.
Esa es la gente que éste mundo necesita,
¡A mover las manos y dejar descansar la lengua!

Personas que siembren en vez de arrancar.
Cada esquina necesita un árbol,
Cada jardín un rosal.

El mundo es un lugar de locos,
De poetas que conversan con la paz
Porque la guerra sólo tiene sal en la sangre
Y de ella no me gusta hablar.

Me gustan los jóvenes que escriben,
Las chicas que no se pintarrajean tanto
Porque la juventud en sí es hermosa,
¿De qué otra cosa la quieres adornar?

En cada puerta una mujer,
En cada árbol una ardilla;
En cada mesa un clavel
Y en cada boca una mejilla.

Me gusta hablar un poco,
Pero no me agrada
Que digan hasta cuándo.

Así es el manantial que brota
Y en su caudal
El amor va cantando.

Ayer vi a dos ancianos,
Sus labios pecaban,
Sus manos hurgaban
Bajo la falda de una niña.

¿De qué les sirvió tanta vida?
¡Qué desperdicio!...

Luego me di cuenta que no estaban…
Se fueron con el ruido de una tarde,
En tanto el cantar de la alondra
Aún se escucha,
Y la lluvia parpadea un verso salado
En medio de sus ojos. 

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16









NUESTRO CASTILLO (40) (R)

NUESTRO CASTILLO (40) (R)

Hola mi amor;
Vi nuestro castillo,
¡Los árboles están inmensos y bellos!

Esperas impaciente,
Eso imagino desde aquí,
Pero todo saldrá bien.

La herida será cerrada,
Quedará un hilo
Para recordarla.

Esperan las estrellas
Y las luciérnagas hacen fiesta,
Se juntan y se alejan sin ruido
En la espesura del bosque.

¿Escuchas el balbuceo de las ranas?
¡Cuánto me gustan!
Se dicen: ¡te quiero!, ¡te quiero!
Y luego se abrazan con intensidad.

Se vuelve ella un caballo,
Y él es el jinete que decide
Sobre su lomo trepar.

Una libélula me ha dicho
Que los dos seremos la poesía del mar,
Que entre sus olas nos encontraremos,
Y que un tiburón será una aleta perdida
Ansiando la carne que palpita
Y el corazón que se mueve.

¿Sabías que hoy te pensé?
Luego me dije hacia adentro:
Habrá un milagro y regresará,
Volverá a brotar el capullo en mi rosal
Y tu aroma envolverá mi mundo
Todo será cielo azul,
Todo será esponja marina besada de sol
En éste nuevo despertar.

Nuestro castillo es una burbuja
Tiene colores de arco iris,
Y ahí dentro de él vivimos los dos,
Hasta que un rayo de luz nos explote
Y nos confunda entre las estrellas marinas.

Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16





SIGUE LLOVIENDO (41) (R)

SIGUE LLOVIENDO (41) (R)

Inició a llover,
Son los días más dulces
Para recordarte.

Un gorrión sacude sus alas,
Le resbala el sonido de afuera
Porque está muy entretenido
En lo de adentro.

Un cóndor pasa, nadie le sigue.
Una paloma cruza el sendero
Pero él está inquieto
Porque entre un gran árbol
Dejó a sus desnudos pichones
Esperando un te quiero.

Hay joyas estancadas en las hojas,
Si detallo bien, cabe el mundo ahí.
Unas resbalan suavemente,
Otras se quedan en el centro
Y un pequeño lago se estanca
Esperando un pico feliz.

Sigue lloviendo…
Te sigo pensando.

Tus ojos negros están tristes,
Los veo desde aquí,
Tienes mucho, pero vives vacío.

Te falta ver a la mariposa
Que en su cárcel se viste de hermosura
Siendo el gusano del ayer,
Arrastrado a tus pies.

Sigue lloviendo, ¡qué dulce!
Pero temo a los rayos,
Me alejo de la ventana
Y me escondo en el nido de las calandrias.

Aquí todo es paz,
Cantan los grillos y me entretengo;
Maúlla mi dulce gata;
Ronronea en mi pecho
Y nada que te olvido.

Despierto a la vida otra vez,
Nuestro sueño terminó hace rato,
Había olvidado que tienes tu vida hecha,
Me había desentendido de todo
Pero todo para mí, eras tú,

Hasta que me di cuenta
Que “todo” no era nada,
Que éramos espuma bogando
Entre las turbulentas aguas de la vida.

Sigue lloviendo…
 Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16





SIN CONDICIONES (42) (R)

Estoy aquí con el alma dispuesta al perdón; mi silla blanca de siempre, una pared pálida que espera una caricia en letras, y al fondo imagino un bosque muy verde. Hay un caballo trotando, las gallinas corren con sus pollitos y el festín alegra la mañana, el rumor de la quebrada me acerca a tu boca y nos apretamos las manos, las juntamos, nos vemos a los ojos y volvemos a nacer, inicia a llover... Hay música, demasiada música entre los árboles y bajo las rocas, para ser verdad tanta dicha.

SIN CONDICIONES (42) (R)

Si me respetas, te amo
Si no te mofas de mí, te quiero.

Si me tratas como deseas ser tratado
Más te amo y más te quiero...

Pero el amor no condiciona,
Ha de ser libre como un ave,
Ser una cascada que ha brotado
Sin pensar siquiera
Que una hiena beberá de ella,
O que un colibrí tocará sus alas
Al sentir el amor entre las flores.

Si me abrazas te abrazo,
Si me regalas rosas, te doy mi afecto,
Si caminas como deseo, te respeto.

¿Quién dijo que el amor tiene amarres?
Es así, temprano como un madrigal,
Es así, dulce como probar la miel desde su panal.

Dime que el día es maravilloso,
Que lo que hago es agradable,
Que eres la mano que levanta
Y no la que araña.

El amor es sublime,
Dios es amor, somos esencia de Él
¿Entonces, por qué razón me odias?
¿Qué hice para ganarme tu desprecio?

Te perdono y me perdono,
Me convierto en el manantial que calme tu sed
En la lluvia que moje tus párpados,
En el abrazo de hermanos
Que aún, a pesar de lo tarde,
Jamás nos hemos dado...

El amor es así, un sonido de campanas
Rumor de agua pasando por sobre las rocas,
Fragancia de un jardín mojado
Que invita a las aves y a las mariposas
A danzar y a cantar entre sus pétalos
Y luego volar hacia el nido invisible
Que espera con una madre
Para abrazarnos a todos
Con sus alas.

Raquel Rueda Bohórquez

14 9 16