BRILLOS (25)
Al asomo del sol, mi
esperanza,
y su tibio regazo guardando mis quimeras
en un lago donde embelesado
regala su amor, sin
imaginarlo siquiera.
Aquí la brisa a su antojo besa.
Gotas de sal traen primaveras muertas,
perlas de rocío sobre los párpados
se fundirán entre arenas secas.
Ya mañana se olvidará el idilio,
las palabras que hoy fueron ardor
serán frío... tan hielo como el puñal que se
levanta,
tan yerto como el candelabro al apagarse
con la leve brisa del destino.
El monte esconderá de la cima cristales rotos
que se convertirán en blancas cabelleras,
desleídas tal vez, serán inmenso río.
Pero ya nada me asombra...
Nada inmuta el corazón dolido.
Una daga se clava una y mil veces,
se desnuda la piel y se entrega el alma...
Vuela... ¡vuela sobre los esteros!
Cierra los ojos sin llorar, y palpita de amor
como lo hace el mar ante la sombra de las nubes
pasajeras
que sin pena se copian en sus aguas cristalinas.
Un brillo más allá me incita,
¿será la llama viva del sol?
Lo pronunció, ese día, /el silencio de su boca presentía,
lo dijo cuando el brillo de sus ojos
se
estacionaron en los míos
y quedó la rosa blanca,
viendo hacia el sueño prometido.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 26/13