martes, 6 de octubre de 2015

PAJARILLO [60]

PAJARILLO [60]       

Pajarillo que en un bosque
Declamas versos de amor:
Ha respondido acaso
¿La dueña de tu corazón?

Gorrioncillo que suspiras
De rama en rama 
Esa repetida canción:
Acaso a todas no cantas
¿Con ese mismo fervor?

Dime si al menos una
Ha correspondido a tu amor.

De paso en mi ventana
Un descanso se dio
Pero sin motivo una mañana
El ave sin su canto me dejó.

¡Qué bien partiste mis alas!
No pude hallar de nuevo
Un canto que me inspirara
Ni otra ave que mejor cantara.

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, octubre 6/15

Y YO [61]

Y YO [61]

¿Te das cuenta amigo?, y yo que me creí poeta, que ensartaba pequeñas letras, jamás había encontrado tus violetas redondeando un jardín, ni perfumando un bosque.

Y yo, que pasé llorando por tu amor, ¡tan falso y mentiroso!, ¿te das cuenta?, aquí no existe hierro ni espada, esmeraldas en flor adornan de hermosura mi campiña, y brotes pequeños besan mis laderas.

¿Acaso no te dije un día, que en verdad te amaba?, río ahora de locas fantasías que me hicieron perder de una mañana sus auroras, pero ahora he descubierto amigos en los pájaros, y verdades, entre el musgo que guarda mis lágrimas, y las vuelve manantial para un lirio.

Dejé encendida mi esperanza, pero apagaste el amor, pisoteaste mis verdades con otras mentiras, y jamás de tus manos he recibido otra cosa que tu desamor.

Y yo, que me creía princesa, ¡jajajaja! ¡Qué idiota he sido!

¿Cómo no me había dado cuenta que en mi jardín habías florecido, y que en mi corazón eras un poema?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 6/15





¿Y DEL MAR? [62]

¿Y DEL MAR? [62]

Me atrapó del mar
Un  sonido y su continuar
Unas veces enojado
Otras como un suspirar
Que se queda entre las rocas
En sus viejas heridas
Tallando verdades y mentiras
Escribiendo bajo su manto
Peces de colores
Y sobre su edredón
Espumas y cantares.

Del mar sus cumbres
La fuerza indomable
Entre blancas espumas
Y encendido sol
Entregado al baile de sombras
Con nuestra vida al pasar.

Las arenas tranquilas y pacientes
Dóciles a su voluntad
Que se alejan o se acercan
Pero si  Él tiene otra propuesta
Se amontonan como hombres
En sus orillas
O en su profundidad…

Amo lo majestuoso del mar
Ese intenso índigo
Tan parecido a tus ojos
Esa fuerza de varón
Dispuesto a su amante
Arrojando verdades a la playa
Arrinconando versos y letras
Si  el ermitaño pasa
Con su carga al hombro
Siendo préstamo de sus aguas
Un hogar que le guarda
Y una esquina que le protege.

Del mar su principio y su fin
Rocas que se descansan en su orilla
Cadenas invisibles de montañas
Orquestando  pececitos locos
Entre algas multicolores.

Y del coral sus filos
Motivo y esperanza.
Aquí sólo se quedan los arco iris
Payasitos al fin, que componen poesía
En tanto Él inventa el juego de vivir
Con perlas que van y vienen
Para nacer luego
Y en sus entrañas florecer.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, octubre 6/15