jueves, 29 de noviembre de 2012

TU DÌA



TU DÍA

Inicia tu día con un madrigal de luz
Creo que se mezclaron todos los colores
Te espera un camino sembrado de dulzura
Cual ese dolor añejo que ya no existe.


Torna una estrella por tus manos
Mi cansado roble, pasajero de tantas travesías
Tus sueños sobre una raída mochila
Donde sólo eras feliz con las alegrías ajenas
Y aún a pesar de yerto… cerraron tus labios
Con ese ajustado hilo que silencian las heridas.

No quiero llorar… hoy no existen lágrimas
Una cantera se anegó con las tristezas...
Vuelan en paz al fin los viejos amantes
Aquéllos que nos dieron buen ejemplo
Y soñaron con el canto del sinsonte
Con un azadón en mano y una dulzaina.

Tan bello… tan triste… tan herido…
Tus manos tienen la bondad de todos los tiempos
Quedaron marcadas las huellas del sendero
La hiedra se despobló dejando florecer los lirios
preñando  estómagos  con  nueva vida.

Aquí vamos… todos en una larga fila
Tal vez marchen hoy los más pequeños
O pueden ser los grandes árboles que parecieran vivos.

Volarán las aves a buscar un alero en el desierto
Encontrándote con las manos abiertas
Un nuevo pasaje  a donde llegan los cansados
A tomar un alto en el rocoso camino de la vida.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 28/12


COMO ERES...


COMO ERES

Así… como eres me gustas
Como las aguas del mar sobre mi playa
Donde el sudor son tus olas
Mis lágrimas las tuyas…

Sanan las heridas
Y el fuego se enciende con tus besos.

Sabe el sol entregarse…
Tan ingenuo y dulce me regala sus candores
Las nubes tan ingeniosas me donan todos los sueños
Que viajan al mismo cielo como si fuera otro
Y en un instante… en un parpadeo se transforman
Como si en sus entrañas existiera el alma
Donde los poetas se ensañan en versos
Y la luna en poesía.

Así te quiero… simple… liviano… feliz…
Mecidos los dos… abrazados sin pena ni lástimas
Desperdiciando el fuego
Consumidos los dos en alabanzas
Detallando los ocasos callados
Donde la magia de la vida nos envuelve.

Como a ese navegante que me acompaña en el velero
Cada día… cada segundo… y no me dice nada
Me toma… me desviste… me arropa… me consuela…
Y en medio de mi llanto hace brotar una carcajada.

Tan simple como los rayos luminosos
El estero donde se abrigan los que tienen frío
Y en las noches… tan amado mío…
Te quiero… te quiero cuando las estrellas…
Cuando el búho pareciera llorar y en un momento
Empiezan a trinar todos los callados
Y asoma un colibrí por mi ventana y me dices que me amas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 28/12