miércoles, 24 de agosto de 2011

YABEL RENÉ GUADARRAMA (1)


YABEL RENÉ GUADARRAMA (1)

Hoy nace el sol de nuevo,
inmenso y radiante como un gran dorado
que se dibuja en el cielo y se esconde en altamar...

Aparecen  los cantantes, los danzantes,
los cómicos que sonrisas regalaron,
los dioses desde altos cerros
que relojes se inventaron...

Hoy se descubren  las palabras eternas
que se mecen en pálidas páginas
y se esconden entre los corales
tallados por la luna llena de mareas...

Y naciste tú entre los gemidos de una madre.
Niño llorón posado en suave cuna,
 ella...cándida te besa, te arrulla
con los cascabeles  de  paloma cantora...

Más quedan los silenciosos amores
que como piedras calladas se desvanecen
y cual mariposas errantes vuelan
queriendo libar mieles ajenas.

Ya bellas y cándidas  posadas
ante gentil mirada, callan,
pues  hoy nace un cantor
que mientras lo atetan,
se convirtió en poeta.

La bella madre lo mira desde el cielo;
Le envía arrullos con sus estrellas
y besos con la luna que lo inspira,
meciéndose con ella  
en hamacas de mar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 24/11


Compadre: ¿cómo podía olvidar tu día maravilloso?, desde mi corazón el silencio y un cálido abrazo con mis mejores deseos, que Dios te siga regalando palabras de aliento, mucha paz y salud. Dedicado a mi compadre YABEL RENÉ GUADARRAMA en su cumpleaños 25 de agosto/ # chorrocientos chochenta y chocho...

LIBANDO MIELES (2)

LIBANDO MIELES (2)

Cuando no desees mis besos
y entre flores me lo digas...
No te azores si en mi tristeza
te pido me abraces con tus alas
antes de iniciar tu prolongado vuelo.

No te angusties si me ves llorando,
si mi canto  languidece
sobre el envejecido árbol de la vida
o mi voz ha silenciado sin verte,
tal vez mis alas no deseen abrigar un nido.

Verás que en el silencio de mis horas
si con el canto de otros me  entretengo,
que nada frene tu raudo vuelo,
acompañado de mariposas de colores
que morirán pronto sin un duelo...

Mis ojos tristes te verán sobre el estero
 colibrí que se entretiene con  muchas flores.
Encontraré en mi paso un jilguero
que en triste vuelo maltrató sus alas
y cayó sobre mi solitario alero.

No te turbes si en él veo un consuelo
ni olvides que el ave en eterno viaje,
busca sobre otras ramas
el vértigo del deseo y del anhelo
que no se pierden aunque te hayas ido.

Pero si pretendes regresar ahora,
¡detente!... ¡no lo hagas!
Mis alas maltratadas han sanado,
 mi pico entona nuevos cantares,
sobre plumas de colores que abrigaban
mientras tú, libabas mieles ajenas...


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 24/11 




EL VENDEDOR (3)

EL VENDEDOR (3)

Publicado pors en agosto 24, 2011 en 2:51pm

El viejo marrullero lo sabía,
simplemente se hizo el que no veía
y se paró con sus cachorros a observar...

Se le veía una mirada maliciosa,
sus ojos de veterano sostenían los cachorros
los miré de soslayo... más él ya lo sabía...,
simplemente de mí se burló 
y lo hizo frente a mi cara.

Su sombrero era muy fino, parecía de charol...
Detallé la chaqueta de lino grueso y abrigador.
Sus manos curtidas y arrugadas los sostenían
mientras mantenía fija la mirada sin temor.

¡Ahí está!/pensó el vendedor, /
¡jajajaja! no se podrá contener
y en un instante envió la imagen
que llegó aprisa por el computador.

Yo lo observaba,
me movió su tierna mirada envuelta en negros ojos
me conmovió la dulzura de su pícara sonrisa,
sus dobles camisas para abrigar la piel cansada,
sus canas que sobresalían por el brillante sombrero:
¡lo has logrado Benjamín!  /me dije,  éste hombre es un gran vendedor.

Me dispuse a devolver el regalo generoso.
¡Qué gran amor entre sus brazos!
Eran afelpados y parecían sonreír.

Han de llegar algún día, estoy segura,
y no compraré los dos,
 creo que también sin temor
me quedaré con el vendedor.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 24/11

NIEVES (4)

NIEVES (4)

Cuando me cerquen las nieves
y los sueños se pinten de blanco;
miraré hacia mi perdido oasis
y encontraré entre la tundra helada,
un rincón donde me posaré en tu espera.

Anidaré a pesar de los temblores,
con las ásperas corrientes que me cercan
y entre un tronco yerto esconderé mi nido...

Si regresas amado mío
al encuentro de mis alas mustias,
verás que sobre mi corazón herido
hallarás de nuevo tu calor intenso,
aquél que  me abrigó en tu ausencia,
se posó sobre mi pico y me animó a trinar
calentando con mis alas la mies que plantaste
en esa tibia tarde que te alejó  un invierno...

Y si al amanecerse deshielan  los polos 
y aún tibia me encuentras...,
¡ven cariño mío con tus plumas de colores,
entre los dos abrigaremos los candores
que penetrados en recóndito espacio
nos llaman con llanto lisonjero,
pidiendo de nuestro amor los besos
y los saltamontes congelados en los cristales!

Más no te alejes en helados momentos...
Entre los dos, ocultos en los aposentos,
levantaremos  de nuevo una camada,
que volará a la par hacia el cielo inmenso
que se vislumbra  blanco y puro,
y que en el deshielo nos mostrará las flores
que murieron tras intenso frío,
para renacer con un paisaje  primoroso,
adornado con  un arco iris de colores
en medio del radiante sol,
y un aroma que nos unirá por siempre.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 23/11