Miércoles,
6 de mayo de 2015
¿CON
QUIEN HABLO? [48]
Y
escuchando ésta melodía, imagino tu penumbra, abres la puerta de tu corazón y
me posesiono en tus venas, me arropo con tus brazos, subiré a esa cumbre donde
te elevas a ver gaviotas y te contentas con la blancura de la nieve al caer,
somos uno como pan y fuego, tocados tan solo por el pensamiento.
Escucha
mi amor, me gustaría que esto fuera verdad, aunque sea un consuelo a medias,
pues desde que estás, siempre permaneces como una huella candente en mi piel, y
no paro de soñar, reviso tus cosas, huelo de tus flores, y hasta conozco el
sabor de tus besos.
¿Esbozas
una sonrisa ahora?, escuchamos música, no hablamos, basta con vernos a los ojos
para descubrir esas niñas que desean volar, es suficiente con el hielo que
existe, y nos contentamos con poco, ¿será esto amar?
Deja
una huella de ti en mí, ¿cuántos poemas te envío?, ¿respondes alguno? siempre
creo que son míos, me contento y me persigno con un anhelo, y creo en
providencia, imagino que Dios está aquí y escucha los latidos de mi corazón, hasta
impulsa mis suspiros para que los sientas.
Dime
que me quieres, y mira que soy atrevida, me escondo porque hay necesidad de
amar, siento que no hay amor aquí, y a veces es más la depresión al sabernos
usadas, y más la tristeza al no sabernos queridas.
Si
me dijeras ahora que sientes algo por mí, mi noche estaría llena de estrellas,
y no importa que cante como una pequeña ave en prisión, pues al sentirme amada,
me crecerían alas en los ojos, y sería una pluma volando hacia tu balcón...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 6/15
Publicado
por Raquel Rueda Bohórquez en 17:23