LA PUERTA [14] L3R
Lo sabías… así ha de ser esa puerta
siempre abierta…
así ha de ser el infinito, donde sólo
cánticos de mar se escuchen,
las rosas han de estar talladas, y tu
mirada sobre ellas
y las sombras no existirán… sólo esa
estrella en tu camino,
la que te anuncia que ya la cruzaste, y
no devolverás tus pasos.
Así blanca será tu alma… la quietud de
tus mañanas envidio,
observarás sólo cascadas cristalinas y
morir el ocaso.
Te reencontrarás con las estrellas
cuando al anochecer te observe,
y ese lucero azul será tu rostro, besado
de luna, anhelante de amaneceres.
Ya no pensarás en el mañana… lo tienes
ahí frente a ti.
tus ojos claros, tu estampa iluminada,
nuestra eterna congoja,
allí cuando la plateada vagabunda absorba todo lo que eres…
Celos sentiremos de ella, las alegrías
marcharon a la misma hora,
una teñida de amaneceres, y tú, en el
ocaso de tu frágil mirada.
Vamos como pordioseros de la vida,
incierto caminar por éste pedregoso terreno,
vienen las fieras de furor vestidas,
nos roban todo, y con ello se
entretienen.
Vaga golondrina de alas azules,
platinadas tus plumas bajo el azul
cielo,
busca a mi madre vestida de soles,
y dile, que por aquí no llega el
consuelo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 24/12