domingo, 15 de noviembre de 2015

SE HIZO CÓMPLICE (41)

SE HIZO CÓMPLICE (41)

La tarde incendió el cielo de amor,
Se hizo cómplice de dos
Y alcahuetea en sus disimulos
A un pentagrama que sonará luego
Desplumando sinfonías en el viento.

Encendió esa lámpara, hay rubor,
Parece una niña contemplando el cielo
Y viendo cómo palidece luego
En el instante del parpadeo
Y en el segundo del sonido.

Música y más se comparten,
Sus gargantas componen poemas y versos
Para que el mundo se quede con ellos
Y para el amor pacta su color,
Como llama encendida en el corazón.

Se hizo cómplice la montaña,
¡Esto también lo sabía!,
Y con esa sábana de matices dorados y azules
Se fue la tarde, se escurrió soñando.

Pero habrá un mañana lo sé,
Donde otro color cubrirá el cielo
Y también nos sorprenderá.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 15/15




CORRER (42)

CORRER (42)

A un caballo bayo
De ojos muy negros,
Que vi saltando letras
Para buscar un beso.

Atrapar caminos,
Caminar sin rumbo
Pero al verte
Hallar mi mundo.

Correr despacio
O aprisa si tus ojos negros
Derribando cercas
Babeando juncos.

Sin importar qué pase
Seguir trepando
Hasta hallar tú cuesta
Trotando versos
Cercados de poemas.

Y vivir al fin
En medio de las llamas
De tus ojos brunos
Encendiendo los míos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 15/15







ENERGÍAS EN MI CASA/14-11-15 (43)

ENERGÍAS EN MI CASA/14-11-15 (43)

De anoche, diré que olvidé mi frasco con agua congelada, y que una sed terrible me despierta a cierta hora, /dejé de mirar el reloj, porque siempre eran casi las 3 am, y después de ver una película, ésta hora me asustaba.

Dormí con mi gordita Vero, y cuando voy a encender luces, sólo encendía la de nuestra alcoba, no hay explicación, me dio miedo y me quedé ahí, esperando a que amanezca para tomar agua.

Es verdad que cada día quiero mudarme para una casa grande, con patio, o si es pequeña que tenga patio, porque no dejaré a mis bebés, no puedo, y menos regalarlos a nadie.

Estoy tranquila ahora, debo ir a misa, pero más que misa, aprender a convivir con energías que son fuertes y que no sé qué intención tengan. No es tan grave cuando he aprendido a superar ojos que ven, los siento cuando escribo, o paso por ahí, son compañía, hasta ahora lo único malo es que no me dejan dormir bien, y siempre estoy con mucha sed en la noche y siento demasiado calor, además esos dolores de cabeza intensos y punzadas en los ojos han mermado, sólo una vez ésta semana me dolió la cabeza de manera intensa hasta el vómito, pero estuve a punto de infarto por una punzada muy fuerte en el pecho.

Mi hermano trajo a una señora que se llama Nidia, hace 8 días, y de entrada dijo: ¡aquí están!, aquí en ésta casa asesinaron a dos jóvenes marihuaneros, por un dinero, fueron apuñalados aquí, y señaló el cuarto donde Kevin no quiso dormir más, ni Vero, donde encontré dentro de las paredes, 2 trabajos de hechicería, y esto ya lo había contado, hace 5 años más o menos, antes de fallecer mi madre, no aguanté más la presión y por sugerencia de ella, Andrés reventó el closet  en donde le dije que lo hiciera. Para mi sorpresa, ahí encontramos una bolsa ya destruida por el tiempo, con arena blanca, del susto no recuerdo detalles, sí una medalla de San Benito dentro de ella. Ese closet se derribó, dejando la pared solamente.

¡Volvió la paz!, pensé ingenuamente, pero esa energía que erizaba mi cabello en escalofrío cuando pasaba cerca de ella, continuaba, y mucho más en este cuarto, entonces hace unos días, tratando de averiguar qué pasaba, preocupada, contacté a una señora vidente,  aconsejada por una señora conocida, muy devota además, nunca había ido a nada de esto, pues siempre decían que era pecado, mi amiga tuvo una experiencia de hijos enfermos sin razón, quien halló por esas cosas de la vida, a una persona que le habló de brujería, magia negra y espíritus, ella a la distancia, sin traerla a mi casa, me dijo que ahí había otro entierro y que el anterior lo habíamos botado de manera incorrecta, esa vez recuerdo que di la bolsa a mi hijo y le dije que la botara al arroyo, sin mirar hacia atrás, esto lo hacíamos de niños, mi madre sabía cosas que se transmitían, como colocar tijeras en cruz debajo de la almohada, plantas que son buena energía como la sábila y pequeñas cosas, pero de ahí a tener más conocimientos, para nada, sólo era oración a San Miguel, San Benito y los santos a los que ella era muy devota, agregando el rezo del rosario a María y agua bendita en la casa.

Me gustan las plantas, pero toda planta que compraba o me regalaban, moría pronto, por más cuidados y amor que les prodigaba, y las plantas de sábila de un día a otro amanecían negras y todo su contenido era agua negra desparramada en el piso, no entendía qué sucedía, pero sí sentía cosas, ruidos, la luz subía y apagaba, el televisor igual, entonces hace como 15 días decidí reventar esa pared del todo, y busqué al mismo plomero de confianza, quien me dijo que él era un verraco que no le tenía miedo a nada, y así inició a reventar por puntos, sin hacer caso a mis requerimientos, entonces trabajó doble y fue mejor, decidí que nada de huecos sino que tendría que partir la pared como si fuera una torta y despejar mis dudas.

Ya terminando, dijo que era una parte muy dura con cemento casi puro, pues la pared es toda en ladrillo rojo que tiene 3 huecos grandes, pero algo estorbaba, ante sus gritos ahogados fui a ver qué pasaba, ¿verraquera? ¡estaba más asustado que yo!,  y ahí estaba ese paquete, no sabía hacia donde correr del susto, sentía una energía muy fuerte, me persignaba, corría de un lado a otro, el teléfono casualmente no funcionaba y así terminé haciendo más ruido del que debía,  y esa carga la llevé a donde tenía que llevarla, un contenido que decía mi sobrino Juan Pablo que eran ratas, pero Andrés decía que era imposible, no había hueco por donde una rata entrara, y el bloque había sido partido para introducir eso dentro de él, luego sellado con cemento.

Eso contenía otro trabajo de magia, esa señora que se llama Yenny y que me había advertido que encontraría otro, me dijo que era para ruina, para que faltara alimento y todo en mi casa se dañara, esto sucedía, todo se dañaba, se oxidaba, era como si me estuviera pudriendo dentro de una cañería, con olores espantosos que olía a veces, y que mi hija menor también percibía,  con despertares en medio de pesadillas y esa sensación de que alguien nos estaba mirando desde la puerta, y aquí viene otra historia.

¿Será que debo creer?, ¿por qué entonces, la señora que trajo mi hermano me dejó tan inquieta?, cuando se iba, recordé que hace más de 12 años, mi situación era igual y que él, preocupado también, había llevado a ésta señora a su negocio, y recordando cosas que me dijo, también me había hablado de espíritus y trabajos de brujería dentro de mi casa, ahora comprendo que no había hecho nada desde entonces para ayudarme, me quedé varada como dentro de un frasco, y muchas veces dije a mi hermano Pablo que me sentía como un escarabajo en un túnel muy oscuro, queriendo salir de ahí, pero no había por dónde.

Mucha inquietud ahora, el pasado regresa con fuerza, alguien dentro de mi casa me quería asesinar con un veneno, y recuerdo que encontré un frasco de mata siete, /veneno para ratas/ muy guardado dentro de la ropa de una mujer, y esa vez corrí a donde mi madre, porque sentía desde hacía rato, un dolor raro en el estómago, pálida, con depresión, muchas ganas de morir, y un hambre de amor que no podía conmigo, esa vez le dije: mamá que Dios me perdone si digo lo que no es, pero siento que me están envenenando, encontré un veneno escondido, y queda poquito, tal vez lo boté a la basura, es un instante que tengo borrado de la memoria, pero ahora recuerdo que lo coloqué exactamente en el sitio donde lo encontré para no levantar sospechas.

Yenny me dijo también: una mujer quería asesinarla con un veneno, echaba gotas en lo que le brindaba.

Nidia dijo lo mismo, pero agregó que eran familia y que eran hermanas, y hasta pudo ver a la mujer, pero que había otra persona que también quería asesinarme y entonces recordé a un hombre machista con quien no quise casarme, y quien me dejó por el piso ante mucha gente. Dios estuvo ahí conmigo, porque estuve a un balazo de no estar aquí contando ésta historia.

Debo perdonar, eso me dijo, debo reventar esas ataduras que ellos mismos se hicieron, y ahora mismo lo hago, pero no quiero verlos nunca más en mi vida.

Le dije del veneno, ¿por qué no guardé ese frasco?, era un frasquito pequeño de plástico, estaba menos de la mitad, sospechaba, pero pedía a Dios perdón, por pensar que alguien en la vida quisiera matarme, sin haber hecho mal a nadie.

Mi madre se puso a orar muy asustada, me dijo que con oración venceríamos eso, y que sin pelear ni discutir, esas personas saldrían de mi casa, y así fue, yo le decía que no quería pelear, no me gusta, deseaba que todo fuera bien, que encontraran sus caminos y que me dejaran la vida en paz, nunca ocurrió porque dejaron la casa envenenada con sus envidias y odios.

La señora Nidia dijo todo lo que sentía, y era exactamente lo que yo veía y sentía en mi carne, igual que Yenny, ¿cómo sabían ellas eso?, ni siquiera habían venido a mi casa y ambas habían acertado, después de más de 12 años, la señora Nidia estuvo en mi casa repitiendo lo que me dijo esa vez, con otras cosas que sucedieron como me había dicho, entre ellas, que mi hijo sería músico y que perdería muchas cosas por culpa de la envidia, que era la peor brujería que podía existir.

Según Nidia, cuando entró, vio a los espíritus, creo que dijo que habían varios, aparte de los muchachos que estaban ahí, esperando oración para poder salir de este sitio, pero otras energías nada buenas estaban aquí, advirtiendo que ésta casa fue usada para practica de magia negra y que había velones negros.

He averiguado muy poco sobre la casa, pero sí recuerdo que nunca vimos las caras de sus vendedores, y el negocio se hizo a distancia, ella dijo que se habían ido por éstas energías, y esa era la urgencia de vender, aquí falleció mi padre al poco tiempo de venir a esta casa, y en esa misma pieza, ya su cáncer había invadido su cuerpo, y no podíamos llevarlo al segundo piso, una pared vieja quedó ahí, y el resto se hizo nuevo, queda una pared de fondo que jamás se ha tocado.

De un momento a otro, mi madre ya no quería ésta casa, la ofreció a varios de sus hijos pero ninguno le cogió la caña, yo tenía mis 3 muchachitos pequeños y entonces me dijo a mí: ¡Hágame ese favor mija!, no puedo subir escaleras y con ese patio grande, es más que merecido para que los niños puedan jugar, y sí, le dimos 7 millones de más y nos vinimos para ésta casa, hicimos cambio con la otra, hubo maldiciones, mucha envidia por éste cambio, nadie me quiso ayudar a mover una mesa y con mis hijos hicimos trasteo, recuerdo a mi cuñado David que pasaba en su carro y entonces frenó y contrató a un carro de mula para que me trajeran la nevera, así sucedió, hubo llanto de una persona que impidió que me ayudaran en medio de maldiciones, también la desato ahora, que Dios bendiga su andar, siempre la he querido mucho.

Todo fue un caos desde el principio, y recuerdo que cuando ellos vivieron aquí, Dora vio a una persona subiendo la escalera, sintió que alguien tocaba su espalda y no había nadie, mi cuñada sintió que prendían y apagaban la luz del cuarto de mi padre, o sea que lo que había es de vieja data, y me fui a Internet a buscar respuestas.

Encontré algo, aquí había un castillo, éste barrio aunque pertenece todo a Paraíso que era una gran finca, ahora se llama Barrio El Castillo, había un tipo Español de apellido Rondón que decían que mataba a todo el que se atravesaba cuando salía en su caballo a pasear sus tierras, que eran éste sector, luego, que gustaba de practicar magia africana y adoraba dioses africanos, y entonces viene otro recuerdo, de una obra de arte que saqué a la calle, pintada por mi hermana Sonia, y era un africano, pero algo tenía esa imagen que me aterrorizaba, y su mirada era tan viva que una energía muy oscura me hacía correr, decidí que no estaría en mi casa, al igual que otro cuadro que pintó Lucía de una anciana tapándose el rostro, y unos esclavos amarrados con cadenas, que se quemaban en un infierno, esos cuadros imaginé que tenían unas energías, o esas cosas aprovecharon para estar ahí, también se fue para la calle,  rogando que no hagan mal a nadie, y cuando mis padres se fueron de esta casa, todos se olvidaron, poco a poco fueron pasando los años y ni siquiera los niños que amaban corretear por aquí, volvieron a mi casa.
Ambas señoras me hablaron de exorcizar la casa, porque no puedo dejarla con esas energías, que me iré de aquí, ¿para dónde?, nunca se ha vivido en paz, mis hijos han tenido que vivir un ambiente poco bueno para ellos, engaños, gritos, abusos,  y recuerdo que hasta mis hijos en una época me insultaban, era raro, siempre les he dado buen ejemplo, he sido buena madre, pero había algo más… ese algo que me impulsaba a correr, pero no podía, porque estaba metida dentro de un frasco en mi propio sanitario.

Continuará…


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 15/15