jueves, 17 de mayo de 2012

NIEVE DE AUSENCIA




NIEVE DE AUSENCIA L3R

A dónde iré cuando ya mis plantas no te sientan
Cuando ese blanco infinito me confunda
¿Y el azor destruya todo a mi paso?

Ya mis pies no tocan suelo firme…
Mi angustia retorna cuando veo sus pequeños ojos
Es inagotable mi dolor cuando mi peso quiebra la firmeza
Eterno dolor de mis llagas pisoteadas, donde no vislumbro verdores…

¿A dónde iré cuando te busque y no te encuentre?
Tus huellas serán borradas por una ola nueva…
Tu voz, se la llevará el viento, y tu árbol amado rebosante de frutos
Ahí está en espera de tus labios, en espera de tus manos…

Buscaré sobre tu blanco aposento nutrirme de alguien
Más sólo vacío encontraré… todos marcharán tras sus afanes
Y sobre la roca desnuda de mi alma esperaré…

¿A dónde iré a buscar tus caricias si han marchado?
Sólo la brisa suave trae tu recuerdo…
Sólo notas quedaron y esa mirada lánguida y triste
Y esas lágrimas que brotaban en medio de un ruego tuyo.

Aquí todo es triste… es fuerte el olor a sangre y el dolor
Se tiñen los blancos con las rosas nuevas
 Y el hedor me persigue y me alcanza…

¿A dónde iré cuando marches y quiera seguir contigo?
Hasta el atardecer parece presuroso…
Hasta el sol pareciera que se ha esfumado…
Corre veloz por la ladera, mientras te busco y no te encuentro…

Sólo blancos cobijan mi existencia
Y un frío nuevo recorre mi camino…
Y una vaga sonrisa te recuerda, en medio de una soledad nueva
Donde ya no habitas…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 17/12






MI MADRE Y LA LUNA

MI MADRE Y LA LUNA 


Es una tristeza vagabunda…
El atoro en mi garganta que no cesa
Las preguntas del por qué que nadie responde
Con ese vacío que dejan las sombras
Y las huellas que cuelgan en paredes blancas.

Parece que tu voz ya fue olvidada.
No se copiaron los versos de tu alma…
Sólo recuerdo tu dulce mirada
Tus blancos hilos de seda,
Reposados en tu almohada.

Pasitos de niña triste aferrada a la existencia...
¡Cuánto amaste!, ¡cuánto entregaste!…
Tus manos levantadas en espera de un ramo de violetas
¿Cuántas recogiste madre mía?…

Y nosotros aquí, en espera del mismo viaje.
No sabemos aún si al menos una flor caída
Llevaremos para ese día del reencuentro.

Amanece, pero no es igual…
Los atardeceres no son tan luminosos,
Y en la noche… ¡ahí si pareciera que estuvieras!
Pero marchas al rato… con la luz de la alborada…

No será nada igual sin ti…
Marchó lo que más amaba,
Mi amiga dulce y querida que peleaba conmigo
Y que al rato, con una dulce mirada me contentaba.

¡Qué corta nos parece la existencia!
Aún con los dolores nos aferramos a ella.

Divinos soles cambiantes de mañana,
Abrigadores y silentes en las tardes,
Y en el anochecer, desplazados por la novia solitaria
Que envía un suave rayo de luz a mi ventana.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 17/12

ANDERSON 7



ANDERSON 7 L3R

Sabía extasiarme de tus azules
Cuando en mis amaneceres te veía,
Y con mis ojos te buscaba…

Aquí sobre éste azul mar donde el verdor se ocultaba;
Algo en el infinito me llamaba…
Algo insondable descubrí; y lo sabías…

Levanté muchas veces mi rostro hasta tu ocaso
Apareciendo la verdad de mi existencia;
Casi al borde del llanto una tristeza te ocultaba
Y aún sin saber quería extender mis alas
Y volar… volar hasta tu estancia.

Qué poco sabemos de ti…
Parecía feliz más siempre te buscaba
En ese insondable azul de tu mirada clara.

El arrullo apacible de tus olas
Era la voz que como cántico de ave,
En días de silencio me nombraba…

Aquí estoy… no tengo prisas…
Ya pasó la carrera de mi corta vida
Pasó la estrella luminosa del camino;
Y en el estero donde plácido me encuentro,
Una cometa azul de rayos mágicos
Rompió el otrora encanto que parecía vida;
Para eternizar en tus ojos mi existencia.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 17/12