viernes, 7 de diciembre de 2012

CUANDO UNA LIBÈLULA


CUANDO UNA LIBÉLULA L4R


Si te preguntan por qué no estoy,
diles que construyo un nido,
encontré un sauce llorón sin lágrimas


y escucho trinar un ave en mi camino.

Busco un poema y organizo muchos.
Mañana en una cartilla de artesano lo verás,
 será un nuevo trabajo,
habrá una historia por contar.

Si te preguntan qué hago…
Diles que estoy sobre la misma silla,
escucho los ruidos de la mañana
y el canto de una cocinera sobre mi árbol.

Ya no habrá tristezas por contar
ellas volaron con el ocaso.
Llegó la noche y me arropó,
dormí con los ojos abiertos
y el corazón fue un canto de cigarra.

Si te preguntan qué hago…
Le dirás a los chismosos que no hago nada
sólo busco en los segundos un trabajo
y en los instantes un motivo bajo el sol.

Tal vez se teja una sencilla historia,
se recuerde el ayer en un caney de tejas rojas
cuando gigantes palomas formaron un nido
y el depredador de la noche hurtó sus pichones.

Ya no hay nada por decir…
Tal vez no me vean con el ardiente sol de tus días,
pero siempre hago algo,
aparte de llorar, 
aparte de reír…

Tomo el blanco de una pared
lo lleno de letras que parecen vida
y doblo de vez en vez mis rodillas
de cuando en cuando seco mis lágrimas
para decir no más…

Pero de nuevo, algo me invita.
Una razón tiene alas de colores
se quiebra una rosa al viento
y una ilusión brota de mi alma.


Es verde como esmeralda,
sus alas tienen la claridad de la lluvia.
Un mensaje nuevo es una razón
y en un instante de visita por mi estancia
marcha veloz de nuevo la libélula
ataviada de nacarados sueños.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 7/12