viernes, 22 de julio de 2016

EL TOTUMO DE LA 79B (10)


EL TOTUMO DE LA 79B (10)

Hace 5 días pasaba por ahí a visitar a mi hermano quien vive del otro lado del arroyo, por aquí pasábamos todos cuando no habían canalizado y era un camino de rocas y aguas negras.

El Totumo estaba ahí, de esto hace más de 30 años, nos acostumbramos a verlo, a respetarlo, a querer ese lugar que se ganó a pulso y lo hizo fuerte.

Estoy segura de que muchas personas utilizaron sus frutos y sus hojas para algún remedio; alivió algo más que el fuerte sol de la tarde, alguna pareja inició ahí su romance; un vagabundo hizo estación, un perro sintió su abrigo, un ave armó un nido, un sinsonte cantó…

Pero hace 2 días todo cambió; un tipo de la otra esquina decidió derribarlo sin hacer preguntas; para él todo son respuestas groseras y ásperas, no quería ver a ese árbol en ese sitio, ni siquiera estaba plantado en su casa sino en el sendero del arroyo, no tenía ningún derecho, pero se tomó todos los derechos y atributos. Dice que había mucho marihuanero, ¡qué va!, drogado de odio debía estar en el momento que tomó tan fea decisión, y nos dejó sin el árbol que por más de 30 años adornó ese espacio de manera tan perfecta y que por cosas de la vida, ese día fue  bendecido  por un hermoso arco iris.  Preciso ésta semana sucede, y desde allá tomaron ésta fotografía para el recuerdo, se ven sus pequeñas ramas asomar, como pidiendo permiso para un recuerdo.

¡Esto no puede seguir ocurriendo!, tenemos que proteger a la naturaleza, sembrar y sembrar árboles. En este círculo de la vida, la naturaleza nos cobra, tal vez alguna brisa fuerte pasaba por ahí, y el señor árbol detenía su furor.

Después no digan: ¿Qué hice mal en la vida?, no sólo matamos animales para comer, asesinamos árboles y nos sentimos orondos y orgullosos por lo que hacemos.

Mi cuñada me trajo la noticia, estaba muy enojada, era parte de ese mismo paisaje donde pasábamos con nuestros hijos pequeños, el árbol a donde llegaban los canarios y cantaban. El recuerdo de su muchacho grande y bello se ha ido junto a los sueños de la mañana, por aquí me senté alguna vez a contar sus flores y una de sus campanas blancas tocó en el funeral de una reina.

¡Qué vergüenza! Pero nada pasará… nadie dirá nada porque así somos, cómplices y alcahuetes, ¡pero que pode mi árbol!, ahí si vienen los corruptos a cobrar multa, para eso se inventan vainas dizque para proteger la naturaleza, luego se convierte en negocio y se pagan tres pesos. Ellos mismos vienen con sus dragones y en menos de lo que canta un gallo, el árbol no existe, lo vuelven picadillo con demasiada velocidad. ¿Esto es proteger a la naturaleza? ¿Para esto se inventan leyes de protección si los corruptos no hacen bien la tarea?

Raquel Rueda Bohórquez
22 7 16