viernes, 27 de septiembre de 2013

LLEGAN LAS OLAS [10]


LLEGAN LAS OLAS [10]

Llegar a la orilla,
tan feliz como las olas
y desaparecer bajo sus aguas
del ocaso el sol,

sobre una roca del camino
cansada de no verte,
ilusiones como blanca espuma
que se pierden junto a la corriente,

y el ruido del mar entre las sombras
una marea que sube y baja,
ese agitar del corazón tan innegable,
si a imaginarte me descubro;

vienen de paso las aves
por un mendrugo que falta en sus vidas,
nos acechan con cantares
como una despedida.

A éste bullicio del día me acojo,
los colores vivos,
los azules,
los aguamarinas,
tan bellos que parecen una mentira
que se agolpa entre mis sueños.

¡Ya no estás!…
No hay viaje ni retorno,
una barca azul oculta entre la nieve,
el vaivén de las olas naciendo en un segundo
para morir desnudas en la playa.

Vagar… soñar… envejecer…
Queda la estrechez de un camino,
se dilatan las pupilas al imaginarte
como la piel que cubre mi desnudo.

Más enmudecen en un instante
todas las cosas que tienen ruido.
Cierro los ojos para amarte,
si un beso tuyo sella mis labios
y en blanco mi mente queda.

Despierto de nuevo
para encontrarme a solas,
¡tan a solas conmigo!,
y las olas en su vaivén
parecieran reír de mí
al contar besos y besos
entre las rocas.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 27/13

COMO UN POTRO [11]

COMO UN POTRO [11]

Me contento si veo un caballo recorrer libre la llanura,
si escucho la música de Marradi, Cortázar.
Mi corazón parece el de una paloma asustada
con miedo al amor, pero dispuesta a seguir soñando,
porque la vida es un potro salvaje tan hermoso,
que deseo estar aquí por una eternidad para buscarte.

Pienso en la muerte siendo ese dolor lejano
que nos acerca a una verdad.
¡Corre potro salvaje!... aléjate y sube la montaña más alta,
te esperaré en la cumbre,
te añoraré en el silencio de mi alcoba,
entre verdes pastizales estaré contigo algún día,
sin más afán que la lluvia fresca
ni más consuelo que todas las bullas juntas,
todos los dorados del bosque,
y los amarillos conjugados con los rojos.

Sé verbo y sustantivo para amarnos…
Sé cantar de golondrinas agitando las nubes de paso.
Me ciego ante tu piel, cual  blancura de la nieve sobre los cerros…
Me nutro de los rayos de luna,
los besos de sol que aseguran un futuro al bosque;
soy el abono para tus ojos, eres la vida para los míos…

Quiero seguir soñando, hasta después de todo…
Quiero seguir amando, hasta que pareciera terminar,
y con mi hálito final, sacar las espinas que me duelan,
para quedar contigo sobre un arenal
donde florecen hiedras de colores
y aferrarme como ellas,
a tus playas, a tus montes.

Quiero ser una contigo,
buscar el abrigo de las estrellas
viéndolas en el infinito,
que nos acerquen al verdadero amor
pidiendo todos los deseos, 
abrazados,
siendo esquina y orilla, 
principio y fin,
amándonos…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 27/13 




COMO ESTOY [12]


COMO ESTOY [12]

Si me preguntas como estoy, te diré que me siento en soledad, en medio de un bosque lleno de cemento, sin saber a dónde ir, ni por dónde empezar una nueva vida.

Me siento hoja mecida por un huracán, sin tener la certeza en qué sitio caerá, si en el mar, sobre una roca, tal vez un desierto peor, pero libre al fin de los achaques, abierta la prisión de 23 años, con los labios pálidos y la mirada resuelta…

Puede ser que parezca una niña asustada, ante el ruido atronador de los rayos, de la oscura sombra que me persigue que se parece a la mía, tan solitaria y tan acompañada conmigo misma.

Estoy con ese atoro en el pecho, con ese algo indescriptible entre lo que debería ser, lo que fue, y lo que serán mis días, sabiendo que aún en compañía, me sentía tan sola.

Avisto un rostro de madre sobre mi mesa, la mirada triste de un ángel que me cerca, descubro los niños peludos que son dueños de mi hogar, y mis amores de cada día, quienes me mantienen prisionera de sus cariños y  llantos, cuando quiero abandonar la casa.

Pueda ser que todo me sea robado, pero iniciaré como si hubiese nacido hoy, para caminar un sendero limpio de rastrojo, con las pocas alegrías para recordar, y los muchos dolores para lanzar al mar.

Sí, estoy aquí sin saber a dónde correr, en medio de un gran bosque, y lo quiero divisar entre grises, pero con muchos verdes, demasiados azules, tantos colores como el estallido de una estrella, la mía, que se acerca hacia mi umbral y entre sus luces me abandono.

Ya he dado varios pasos… debo continuar, sabiendo que ella no está, o tal vez me dé un abrazo ahora, y  me regale su fuerza, no su temor, para elevarme un poco y levantar el rostro para decir: ¡no más!...

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 27/13


A ELLAS [13]

A ELLAS [13]

Para nuestras amadas madres
rosas encendidas.
A ellas que nos han dejado tristes
viendo una foto en la pared,
recordando su olor a madrigales frescos,
a poemas que no terminan.

Para nuestras princesas amadas
que desde el cielo nos persiguen,
una sombra somos de ellas,
un paso sobre los arenales
un perfume al nombrarlas,
cultivado entre los azahares.

Para nuestras niñas cansadas
la bendición de Dios,
gratitud porque fueron sin pedido
porque nadie las cambió,
y seguirán siendo hasta nuestro regreso,
hasta el reencuentro entre humos mágicos
y fantasías que se llenan de colores, como el ocaso
brillando con esa luz interior de eterno amor.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 27/13










CUANDO NADA QUEDE [14]


CUANDO NADA QUEDE [14]

Cuando nada quede para mí,
buscaré un trozo de torta,
ese pedazo de luna de cualquier cambio,
esa esperanza de llenar de ilusión mis mañanas
y ese infinito deseo de amar,
a pesar de las sombras.

Cuando nada descubra para mí,
levantaré cada noche mi rostro.
Eres la coqueta señora,
la alcahuete de todos los poetas
que a pesar de ser cambiante, espera...

Pero cuando no encuentre
ni una sombra para mí;
vagaré como lucero de plata,
mi cabellera mecida por la brisa
mi boca desnuda junto a la tuya,
mi estrella del norte me dará destellos
para que pasen muñecos de hojalata.

Es seguro que cuando suceda
correré junto a las nubes presurosas,
entre espumas blancas te encontraré
mi divina estrella,
entre azules confundida,
siendo destellos de un estallido,
suspiros de niño enfermo
descansando entre los soles
y brillando para mí desde tu cielo.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 27/13


SE BUSCA [15]

SE BUSCA [15]

Busco una playa dorada…
Un rincón atrapado entre  bosques
con un techo de palmera
y un alar bajo tus brazos.

El sonido de las aves
sobre una enredadera de colores.
Un pequeño nido de colibrí pleno en joyas,
rico en matices de colores
volando cerca de mis ojos.

Corretea una iguana,
¡tan feliz y tranquila!
Nadie le atrapará,
ha encontrado un árbol tan inmenso
que le hará  al cielo mirar.

Atrapo una mariposa,
o ella se posa sobre mis manos,
hay un poco de miel para invitarla,
un tanto de consuelo,
si al brote de las flores se aleja el sol,
y al frío de la tarde cierran los pétalos
sus amarillas ilusiones.

Se busca alguien que entregue amor, sin pedir nada.
Que busque una estrella en transparente laguna,
escuche los ruidos, los cantares del bosque,
tome mi mano y la coloque sobre sus labios.

Y en medio de todo, caminar… ¡soñar!…
Dibujar pensamientos entre pálidas letras
alargando sonidos,
como si fuésemos una flauta,
disfrutando de lo poco, pero grande,
inadvertido tantas veces.

Rayos de luz de mil colores
parecieran confundir mis ojos;
lloramos de felicidad respirando aire fresco.

¿Escuchas las cascadas bajar tranquilas?
¿Ves a un gorrión bañándose con gotas de rocío?

Busco tu amor entre el ruido de la tarde,
me aconsejo que tal vez en el amanecer,
pero está en todo, y lo había olvidado,
me quedo en silencio y escucho otro rato
un tambor palpita, ¿será mi corazón?,
una boca espera un beso tibio de lengua húmeda
y cierro mis ojos mientras llegas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 27/13
Publicado por RAQUEL en 13:43

PALOMAS [16]

PALOMAS [16]

Cuando vuele una paloma, recordarás que estuve contigo, y tenía mis alas quebradas, un nido solitario, una mirada perdida, siempre buscando el espejo de tus aguas...

Cuando ella abra su jaula y descubra el mundo de posibilidades, las alegrías robadas, los besos hurtados, ya no quedará nada para recordar...

Sabrás que siempre estuve aquí, prisionera y dolida, ante todas las cosas de la vida.

Pero cuando pretendas aprisionarme nuevamente, ya me habré ido,
no regresaré al sitio del dolor, ni al lugar de las ausencias...

Estaré en otra primavera, en un otoño donde las hojas doradas sean mi refugio
y mis lágrimas se abandonen al poder de Dios, junto a otras primaveras.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 27/13




CHARLANDO CON MI MADRE [17]

CHARLANDO CON MI MADRE [17]

Mamita, se acerca un nuevo mes sin ti, un 10 tu número de la suerte
gota de lluvia de tus ojos, parpadea entre las flores
y estoy aquí pensando en ti una vez más…

Debo decirte que ya no voy más,
no sé si estés triste o conforme.
Me decías que debía soportar lo fuerte de la brisa,
me aguantaba por ti a una cadena sin amor,
y ahora te confieso que no la soporté sin tu aliento
sin esa fuerza de tu corazón, que me hacía continuar.

Tal vez me equivoque, pero no quiero más llorar,
anhelo ver salidas de sol en medio de las rocas del camino,
quiero danzar bajo la lluvia como un ave, si abren su jaula
y divisar verdes, azules intensos, sabiendo que soy libre.

Acerca tu oído al mío para escuchar el susurro del viento,
has visto lo que no imaginabas, y ahora comprenderás
que pudo más el resentimiento y el dolor,
y me acojo a un mañana,
si acaso existe ese día para mí.

Entre las voces de un poema de otro, descubrí que la vida es ahora,
que debemos ser felices, y a eso nos envió el dueño del huerto,
debemos estar confiados en el amor de donde venga,
de todas esas ilusiones que he conservado en blancas hojas,
de éstas lágrimas que pugnan por huir de mis ojos, cuando te pienso.

Mi niña hermosa, ¡perdóname por no ser como tú!, paciente y sumisa,
pero tengo la rebeldía de las montañas, que a pesar de todo se empeñan,
fuerza interior de  rabia contenida y propuse un brindis
con todas esas uvas rojas que siempre soñé…

¿Recuerdas la promesa de que si no había frutos,
sería arrancada de raíz?

Voy por un poco de alegría,
por unas manos que se ajusten a las mías.
Que pueda caminar sin temor a la pena,
descalzarme y sentarme sobre unas piernas
y mis cabellos plateados sean besados por alguien.

Han sido todas mis primaveras,
casi todas mis estaciones se vencieron
tal vez me quede un otoño por vivir.

Adivino una mueca, pero no la descubro si de aprobación,
sabes que traté, que hice todo lo posible y soporté lo difícil,
aguanté todas las traiciones y gritos, todas las ausencias,
pero sin ti, no vale la pena continuar.

Ahora, doy un paso más…
camino a través de lágrimas de fuego que se cristalizaron.
Como una flor en ámbar me quedo
esperando ese toque de la providencia a mi favor,
y según la corriente que me toque, continúo
esperanzada en ese sueño lejano y mudo
viendo correr a cada paso una estrella
que ante mi pedido se aleja,
y ante mi temor se acerca.

Te amo princesa amiga…
¿A quién más contaré mis penas sino a ti?
Tu mano ahora sobre mi hombro,
tus ojos perdidos en la sombra de un infinito desconocido,
tu amor en mí y el tuyo aquí por siempre,
hasta que las violetas se tornen pálidas
y te vuelva a ver.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 27/13




VUELA ALTO [18]

VUELA ALTO [18]

Inicio trámites de separación, dejo en manos de Dios todo,
no seguiré  aferrada a una relación que no lleva a ninguna parte.

Siempre agradeceré a la vida por mis hijos, y por el padre,
que el Dios de la vida lo bendiga, y encuentre a la mujer que merece.

También deseo ser feliz, y abro la jaula, para que la paloma vuele.

Que surque el cielo azul y sea feliz, no con las mariposas de colores
las que siempre apeteció, dejándome a la sombra, con un agónico dolor…

Sino con una mujer valiosa que lo  haga sonreír
con alguien que no le inspire odio, sino amor.

Toca a la puerta suavemente, habla  con dulzura,
deja de correr y descansa de tu apresurado vuelo,
dobla las rodillas, por los dos.


Gracias, a pesar de todo, Él te bendiga
vuela alto como las águilas y encuentra tu felicidad
que así mismo, lucharé por la mía.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, sept 24/13