miércoles, 22 de abril de 2015

Y EN EL TRIGAL [25]

Gian 


Miércoles, 22 de abril de 2015

Y EN EL TRIGAL [25]

Escucho tu melodía
cañas secas que mueve la brisa
y a mi alma un verso incita
un mochuelo aferrado de un gajo.

Se oye de las ranas un amor viajero,
flores y caídas de agua
que tocan y tocan los rosales
temblando de amor por tus besos.

Y en el trigal mi amor,
se me condenó
a quererte por siempre.

Entonces abro los brazos
y tu bendición recibo.

En el trigal amante mío,
encontré el sueño del pan servido
y tus abundancias fueron
oración y vino.

¡Quién lo creyera!
¡En tu trigal bendito!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 22/15
Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 10:09




ES VERDAD [26]

ES VERDAD [26]

Sentí tu presencia,
eras como nieve suave
en un verano intenso.

Lluvia sobre las hojas secas
moribunda en tristeza,
con una depresión que aniquilaba
y me hacía doler la cabeza.

Eras para mí,
¿cómo no lo he de gritar?
Ese atoro que anunciaste
me ahogaba en soledad,
pero mi río inició a brotar
casi como un manantial.

¡Es verdad!,
estaba sumida en melancolía,
todos aparte, lejanos de mí,
cual si epidemia fuera.

Pero me viste, y no lo sabía
cuando abría los brazos y al sol clamaba
y en mi ventana tu luz emergía,
¡y todo de ti se llenaba!

Tú, chiquita,
¿quién más puede ser así?
y como una pequeña flor me diste perfume
en esa herida de un bosque,
 arropada de rocas,
que al fin,
del mal me protegían.

Y eras tú, mi amor,
grande y soberano, dulce,
una mujer a tu lado, María,
y yo, tratando de sonreír.

¡Qué pena!
¡perdóname!
pero me has tocado,
te sentí mi aurora,
mi único amor verdadero
desde que sale el sol
hasta el ocaso,
y hasta esa oscuridad dormida
donde me haces brillar
como tu oveja consentida.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 22/15
Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 11:39


MADRE MORENA [27]

Miércoles, 22 de abril de 2015

MADRE MORENA [27]

Mi niña morena
me has dado todo,
sostienes mi vida
acoges mi árbol,
perfumas mis flores,
¿qué te he dado?

Soportas mis pasos
araño tu carne
robo la miel de tus venas,
las joyas de tu corazón
que a trocitos vendo
siendo mi condena.

Madre buena
bella y santa
que recibes escombros
y en vida transformas,
pisoteada y triste
asustas al hombre,
te derrumbas y levantas
te acomodas y tiemblas
con ese viejo dolor
de tus entrañas.

Un doblar de rodillas
siquiera por hoy,
un perdón por mi ausencia;
una semilla me pides
un árbol a mi puerta,
y ya tienes dueño.

Como agua te venden,
cual inocente condenado
te castigamos,
eres crucificada una y otra vez
y a pesar de todo soportas,
¿hasta cuándo ésta vez?

Madre mía
morena y afligida
que sin dolor
haces florecer la vida
en nuestro reseco valle
sin alma ni tino.

Tu amor es cada día,
¿cuándo doblaré el cuello
y con pasión te adoro?

Cuándo gritaré:
¿Dios te bendiga madre mía?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 22/15
Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 6:06