Lunes,
4 de mayo de 2015
SE
PARECE/A Benjamín Araujo [61]
Una
niña doblada con un trozo de pan y un vaso de leche,
una
mesa de madera hecha a mano, rústica,
imagina
la cortina de una ventana, mi ventana,
y
unas trenzas bordadas por manos divinas
pequeñas
manos, las mías, entrelazadas,
mis
ojos, cerrados cantando una oración
o
escuchando un verso de mi mama.
Tiene
engarzado el cabello
enredados
sus dedos en mi carne
y
cada pedazo de trigo inflamado
recuerda
que también hubo hambre.
Pájaros
azules como Violeta
descubrí
volando en mi ventana,
y
partí en dos mi corazón
para
llorar con ganas.
Se
parece la blanca miel
al
río que brotaba de sus pechos,
en
mi boca un nudo se armaba,
en
mi pecho una roca se fundaba.
¿Qué
hay de la mesa?
El
corazón de un roble entregado,
un
poema en silencio escuchaba
un
rosario mis manos mojaba.
Su
ventana es la misma de ella,
débil
encaje de letras pequeñas,
un
cirio encendido, una luz siempre,
alumbrando
lo frágil de la vida
y
en el viento,
un
verso componiendo.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 4/15