viernes, 3 de mayo de 2013

SOBRE LA ROCA (168)

Anderson sobre la roca.

SOBRE LA ROCA (168)

Busqué la roca fuerte,
 señalando al cielo lo advertí,
creo que ya lo sabía.

Estoy seguro que mis ojos lo vieron
arriba, siempre sobre lo más alto
mi Pastor con su cayado dirigido a mí.

En mi roca encontré todos los sueños;
el azul infinito se convirtió en mi voz
cuando las olas abrigadoras de la tarde
desteñidas en el ocaso, 
me regalaron su amor.

Te vi al abrir los ojos aquel incierto día,
pero una luz violeta me dijo que sería feliz.
Un balón de luna llena juega conmigo a ser niño,
el radiante sol abrigador 
salta entre las  montañas y luceros
y navego sobre blancas nubes, 
voy y vengo a donde quiero,
hasta me antojo en ser águila o colibrí.

Por eso no estén tristes… mi vuelo terminó...
Llegué a la cumbre, joven y radiante.
Él lo dijo: nadie te dañará, eres de mi reino,
irás conmigo, y con una dulzaina mágica
la felicidad hallarás.

Extiendo la música sobre un alar, 
y dejo un aroma en la alcoba de mamá.

Los amo, ¡eso nadie lo cambiará!,
así como era allá, soy aquí…

Soy lo que soy con mi padre
y también algún día lo serán.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 3/13 

PECADO MORTAL (169)


"Flor de loto"

PECADO MORTAL (169)

De a poco me olvido de tu sombra
tras lo cruel de tu despedida.

Ahuyentaste aquél amor puro de un día
dejando en mi corazón sendas heridas.

Como una desnuda flor te mostré mi vida,
quedaron mis huellas en aquél secreto nuestro;
te confesé mi amor sin falsía,
pero lo lanzaste a los puercos
sin saber que estoy muriendo.

¡Qué tristes días me toman de nuevo!
¡Qué soledad fecunda en mi hogar!
Aquél descanso de mis tantas horas,
aquéllas carcajadas de tan amados tiempos
se fueron tras faldas engañosas
vestidas de trajes de gala
y polainas con espuelas mentirosas.

¡Ya no importa!…
Has develado mi alma,
has abierto la boca para reír de mí,
y éste dolor es el peor de todos.
Me siento una sombra perseguida,
una cometa perdida en el espacio.

¡Ya ni sueños tengo!… se fue mi estrella.
Ya ni afanes perturban en casa,
no corro tras de nada, tras del viento,
pues el amor pareciera ajeno a mí
como una risotada de hienas.

Soy carcajada con muecas hediondas a tabaco
a licor que se despacha en las orgías,
que nos toma cual motivo de sus risas,
en tanto mi almohada se empapa cada día
con los pétalos de la rosa deshojada.

El mago de la hoz torcida 
me convirtió en serpiente,
me transformó en un ser gris.

¡Oh divino Señor! 
¿A quién mis quejas,
si tú sabes lo que soy?

Una mirada insiste en la pared en blanco.
Cada día, cada promesa, 
cada mentira o alegría
serán contadas para otros...

Serán escritas, sin importar.
Letras quedarán 
en el recuerdo de mi sombra.

¡No era tan oscura ni tan serpiente!, /ni tan lengua larga
Sólo confesar que te amaba,
ese fue mi pecado mortal.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 3/13













NIÑO AMOR (170)




NIÑO AMOR (170)

Te has llevado parte de nuestro corazón.
La tristeza nos mantiene con los labios cerrados
 nada es igual, un negro y blanco queda,
pero la aceptación a la voluntad de lo más alto
hemos de buscar.

Mi niño gorrión, mi niño gigante:
Nadie olvidará las miles de flores,
los discursos, las voces que te aclamaron
ni el balón que huyó de tus pies
porque vale más el dinero que los dones.

En el cielo tienes a la luna para patearla,
tienes al sol que no te hiere;
los ojos de las miles de estrellas estarán contigo
y tienes a Bob, con quien bailarás, cantarás...

Un recuerdo en tu aniversario, 
tu primer año de marcha.
Que la justicia divina llegue pronto, 
siendo consuelo
ante incierto día que robó tu encanto…

Mi niño ángel, desnudo y limpio,
sin coraza marcha, sin falsedad se vive,
para retornar al huerto de la esperanza.

Una rosa blanca de mi corazón 
le llevas a mi madre bella que contigo está.
Para ti, un pedazo del mío
que se quedó en el tuyo.

Por siempre Anderson, cada día aquí
con cada suspiro y  mirada a ese árbol desnudo
a donde llegaste con tus trinos 
a dejar tu despedida.

Raquel Rueda Bohórquez.
Barranquilla, mayo 3/13