ENTRE
CISNES [78]
¿De
qué lugar he bajado?
¡Todo
es tan blanco ahora…!
La
niebla, las montañas…
El
sonido que me atrapa
Que
me hace llorar de emoción;
es
un súbito temblor
Para
bendecir el aura
Y
doblar el cuello…
Bajan
del cielo tus congeladas gotas
¿Qué
magia has impregnado al mundo?
Mi
poeta preferido, mi amor…
¡Cómo
quisiera atrapar tus ojos!
Desnudar
mi alma entre tu blanco traje
Para
ser pequeña luz en el bosque,
Y
mano silenciosa, para el caminante.
¿Eres
un serafín acaso, grande y pequeño?
Surtes
de dulzura la tierra,
De
algodonadas brisas de noviembre.
Navego
en tus aguas cristalinas…
Me
has prestado tus sábanas de lino puro.
De
seda adornaste las flores,
Y
las cubres ahora, de dulce melancolía…
¡Que
no se congelen tus cascadas…!
Y
pueda ser una, atrapada en las plumas pálidas.
Bendito
amor, que llenas de vida el aire,
Que
adornas la quietud de música
Para
nombrarte y alabarte.
¡Espérame
ahí novio mío…!
En
la misma orilla donde te amé...
Veremos
la salida del sol en cualquier esquina,
Porque
ahora el blanco es mágico;
El
frío nos acerca para retozar un rato
Y
tus ojos dorados son mi consuelo,
Entretenido
mi pico en tus amores,
Y
tus pies sobre mi montaña
Que
ansiosa espera el regalo de tu amor.
¡Qué
herencia tan rica!, tan pequeña y dulce…
Mullidos
jazmines apacientan mi corazón.
Vamos
a correr detrás de las cometas,
Dejemos
que la nieve llene las hojas
Y
la blancura inunde
de
cabelleras blancas el bosque.
Al
paso del cisne, las aguas se glorifican,
Las
montañas parecen dormir temprano.
La
ciencia entrega laureles a los hombres
Que
se duermen, bajo las tibias alas ungidas,
Y
un broche de rojo color,
Se
abre, para entrelazar los besos
Y dignificar
el amor.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 13/13