martes, 6 de agosto de 2019

EL PERDIGÓN

EL PERDIGÓN

Hoy es otro día
y en el solar del vecino
canta sin freno el perdigón
que voló asustado de mi lado. 

Siento leve apretón al pecho
porque no quise reclamar su amor,
pues cierto día abrí su jaula
y él asustado escapó
hacia otra prisión mayor. 

No era mío su cariño
y tal vez en mísera jaula
llora tanto y tanto
como lo hace el alma inquieta
que tomó sus perlas 
del nido de la madre,

y a fuerza de amor y de paciencia
las hizo reventar,
para que luego como ella, 
notara su ausencia. 

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, 12 07 19

HERMOSURAS

HERMOSURAS

¡Es verdad, 
la hormiga me miró a los ojos 
y me sentí tan pequeña!

¡Qué hermoso ver 
a las acacias en flor,
al perro viejo
que no ha dejado sus andanzas
y al curtido labrador!

Van y vienen las torcazas
para entre lloros y lloros
buscar un rincón de gajos rojos
y ahí no más, multiplicar la vida
tan fugaz y efímera 
prendida de un hilo tembloroso,
pero divina al fin. 

¡Qué hermoso del río su reboso
bordando faldas de espumas de colores
retratando el cielo
y explotándolo después!

Busco tu mano y me sorprende
una hormiga en su tropel
elevando el rostro, ¿será que me vé?

Y en estampida creyéndose grande,
corre semejando un potro enamorado
sobre la blanca hoja de papel. 

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, 10 07 19

GABY

GABY

A mi gata blanca solo esponja
con carita de mapa
y corazón de madre.


Ella es mi morronga
en sus ojos de fondo verde
se enmaraña un bosque
con chispitas más intensas
que el rocío al beso del sol. 

Ella es mi gata
la del mapa en el rostro
parecido a Europa
y sobre su cabeza dulce
bordeando las orejas
lleva un sendero de pelos
que le llega a la nuca. 

Entre arrumacos
me quiere negar el placer de escribir
como si celosa estuviera de mis dedos
que tanto la saben consentir. 

¿Será que ella lo que más anhela
son mis dedos de vieja
enredados en su cabellera?

Nos hacemos pasito
las dos estamos muy solas
y nos necesitamos
como el sol y el frío
y la noche a sus estrellas. 

Ahora se duerme
deja sus manos sobre las mías
y esconde sus espinas
para otro día. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 10 07 19