¿ES VERDAD LA HECHICERÍA? [58]
Entre contar o no, creer o no, pasé más de 20 años,
con unas energías que no me explicaba en mi casa, veía sombras que iban y
venían, hasta ver a mi propia hija y caminar detrás de ella regañándola, porque
hacía rato se había despedido de mí y pretendía salir, su presencia hermosa muy
blanca con una toalla en la cabeza y otra a medio cuerpo, y empecé a regañarla:
¡no señora!, a ésta hora no se va para la calle, hace rato se despidió y creí
que se había ido, pero ella no respondía, ahora que recuerdo, veía televisión
en la sala con mi esposo, pero él jamás prestó atención a lo que sucedía, me
fui detrás de ella, y en la alcoba pequeña de mi hijo entró, pero para mi
sorpresa, desapareció.
Unos segundos después sonó el teléfono y era mi
hija, estaba fuera de casa y me contaba que en un atraco hubo disparos de parte
y parte, y ella se tuvo que refugiar donde una amiga, ¿quién me explica esto?
¿Será que son inventos míos?, bien podría inventar
cualquier cosa para llenar ésta pared, y querer parecer interesante, pero no,
así fue como sucedió, inició un camino de energías muy fuertes, sensación de
escalofríos cuando entraba a un cuarto en especial, y mis hijos decidieron no
dormir más ahí, Kevin decía que en la noche peleaba con seres extraños, en
sueños que parecían reales, y Verónica empezó a sentir olores a cañería, las
dos sentíamos lo mismo, que alguien nos observaba, ante todo en la noche, el
miedo ayudaba, y así pasaron más de 20 años, creí volverme loca, empecé a fracasar
en casi todo, mi matrimonio vuelto una mierda, un caos completo de peleas,
discusiones y desamor, unido a un campo de energía que encendía y apagaba
luces, muchas veces contaba a mi madre, unos reían burlones, pero ella me creía
y oraba conmigo, me decía que la oración tenía mucho poder, y entonces, al fin
no pude aguantar la presión y un día fui a donde mi madre y le conté que sentía
mucho miedo cuando entraba a ese cuarto, que mi piel se erizaba y el miedo se
convertía en terror, en especial ese closet viejo, ahí me asustaba
algo.
Me aconsejó que le diera viaje de una vez por todas
y organizara la ropa en otro sitio, así lo hice, contraté a un plomero de
confianza de nombre Andrés y le dije que deseaba reventar esa pared y le
indiqué por donde empezara.
Para mi sorpresa, al momento inició a gritar, y ahí
estaba en medio de los bloques huecos, una bolsa con un polvo blancuzco y una
medalla de San Benito, no sabía qué hacer con eso, él me dijo que echara agua
caliente y sacamos eso, le dije a mi hijo que lanzara a un arroyo esa porquería,
y la vida continuó pero igual o peor, algo más había dentro de esa pared, o
estaba demasiado asustada, pero esa sensación no paraba, así después de 4 años
con ésta zozobra, decidí que ésta semana Andrés que ya conocía mi caso,
reventara de nuevo la pared, pero ésta vez decidí que toda, le señalé por donde
iniciara y no me hizo caso, finalmente estaba descubierta casi toda, quedaba
una esquina nada más y me dijo que estaba demasiado duro por el concreto que
había, y luego de eso, inició a gritar y ahí había una bolsa que con el tiempo
se había destruido, tenía una especie de pepas marrones pero de los nervios que
tenía no revisé bien y sin detalles nos zafamos de ese otro paquete, mi sobrino
decía que era de ratones, pero Andrés decía que era imposible pues estaba
taponado con mucho concreto.
Ahora revienta un baño que jamás ha servido, no ha
encontrado nada, sino un trabajo mal hecho. Una vez me dijeron que aquí habían
asesinado a dos muchachos cuando esto era un castillo de los chinos, pero no he
investigado bien el asunto, lo cierto es que algo no anda bien por mi casa y
debo ponerme las pilas, porque ningún avispado me seguirá jodiendo la vida,
para mí esas cosas de brujería son de cuidado, dicen que se devuelve a quien
usa esas porquerías para dañar a otros, mi padecer está terminando, y si
encuentro otro paquete, espero sea con mucho dinero, porque ahora con éstos
gastos adicionales ¿quién pagará el daño en mis paredes sino yo?
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 13/15