martes, 13 de octubre de 2015

¿ES VERDAD LA HECHICERÍA? [58]

¿ES VERDAD LA HECHICERÍA? [58]

Entre contar o no, creer o no, pasé más de 20 años, con unas energías que no me explicaba en mi casa, veía sombras que iban y venían, hasta ver a mi propia hija y caminar detrás de ella regañándola, porque hacía rato se había despedido de mí y pretendía salir, su presencia hermosa muy blanca con una toalla en la cabeza y otra a medio cuerpo, y empecé a regañarla: ¡no señora!, a ésta hora no se va para la calle, hace rato se despidió y creí que se había ido, pero ella no respondía, ahora que recuerdo, veía televisión en la sala con mi esposo, pero él jamás prestó atención a lo que sucedía, me fui detrás de ella,  y en la alcoba pequeña de mi hijo entró, pero para mi sorpresa, desapareció.

Unos segundos después sonó el teléfono y era mi hija, estaba fuera de casa y me contaba que en un atraco hubo disparos de parte y parte, y ella se tuvo que refugiar donde una amiga, ¿quién me explica esto? 

¿Será que son inventos míos?, bien podría inventar cualquier cosa para llenar ésta pared, y querer parecer interesante, pero no, así fue como sucedió, inició un camino de energías muy fuertes, sensación de escalofríos cuando entraba a un cuarto en especial, y mis hijos decidieron no dormir más ahí, Kevin decía que en la noche peleaba con seres extraños, en sueños que parecían reales, y Verónica empezó a sentir olores a cañería, las dos sentíamos lo mismo, que alguien nos observaba, ante todo en la noche, el miedo ayudaba, y así pasaron más de 20 años, creí volverme loca, empecé a fracasar en casi todo, mi matrimonio vuelto una mierda, un caos completo de peleas, discusiones y desamor,  unido a un campo de energía que encendía y apagaba luces, muchas veces contaba a mi madre, unos reían burlones, pero ella me creía y oraba conmigo, me decía que la oración tenía mucho poder, y entonces, al fin no pude aguantar la presión y un día fui a donde mi madre y le conté que sentía mucho miedo cuando entraba a ese cuarto, que mi piel se erizaba y el miedo se convertía en terror,  en especial  ese closet viejo, ahí me asustaba algo.  

Me aconsejó que le diera viaje de una vez por todas y organizara la ropa en otro sitio, así lo hice, contraté a un plomero de confianza de nombre Andrés y le dije que deseaba reventar esa pared y le indiqué por donde empezara.

Para mi sorpresa, al momento inició a gritar, y ahí estaba en medio de los bloques huecos, una bolsa con un polvo blancuzco y una medalla de San Benito, no sabía qué hacer con eso, él me dijo que echara agua caliente y sacamos eso, le dije a mi hijo que lanzara a un arroyo esa porquería, y la vida continuó pero igual o peor, algo más había dentro de esa pared, o estaba demasiado asustada, pero esa sensación no paraba, así después de 4 años con ésta zozobra, decidí que ésta semana Andrés que ya conocía mi caso, reventara de nuevo la pared, pero ésta vez decidí que toda, le señalé por donde iniciara y no me hizo caso, finalmente estaba descubierta casi toda, quedaba una esquina nada más y me dijo que estaba demasiado duro por el concreto que había, y luego de eso, inició a gritar y ahí había una bolsa que con el tiempo se había destruido, tenía una especie de pepas marrones pero de los nervios que tenía no revisé bien y sin detalles nos zafamos de ese otro paquete, mi sobrino decía que era de ratones, pero Andrés decía que era imposible pues estaba taponado con mucho concreto.

Ahora revienta un baño que jamás ha servido, no ha encontrado nada, sino un trabajo mal hecho. Una vez me dijeron que aquí habían asesinado a dos muchachos cuando esto era un castillo de los chinos, pero no he investigado bien el asunto, lo cierto es que algo no anda bien por mi casa y debo ponerme las pilas, porque ningún avispado me seguirá jodiendo la vida, para mí esas cosas de brujería son de cuidado, dicen que se devuelve a quien usa esas porquerías para dañar a otros, mi padecer está terminando, y si encuentro otro paquete, espero sea con mucho dinero, porque ahora con éstos gastos adicionales ¿quién pagará el daño en mis paredes sino yo?

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, octubre 13/15



¿Y LA HIEDRA? [59]

¿Y LA HIEDRA? [59]

Estuvo ahí también,
hizo madurar a la fuerza,
tocó fibras imperfectas
y el tronco, a pesar de todo,
fue lo que tenía que ser,
con ella gritándole al oído,
arañando su corteza,
dejando heridas
que mostrarían abiertas venas
para sobrevivir con su ayuda.

Luego, sentí que moría el árbol
¡Pero fue mentira!
No evitó la hiedra flores y frutos,
muchas semillas con él,
pasaron de herencia a otro bosque.

Sin equívoco
un ave fabricó un nido,
una alondra encontró consuelo
y una hoja cayó al descuido.

La hiedra cubrió mi pared
¡Parecía hermosa y fresca!
Más una hierba más venenosa
fue lengua y espada
penetrando mi corazón.
¡Ay de la pobre!
Jamás imaginó que mi carne sentía,
que más que un aroma
era un “algo” que veía,
y su visión no fue tan lejana
la mía advirtió que estuvo,
porque deseabas.

Luego, murió también,
pero su muerte no fue en vano
porque agarraría de frente  la espada
y tragaría cada inmundicia a su paso.

Perdiendo el filo, ¿en dónde queda su poder?

No fue la hiedra en verdad
¿Por qué razón la culpamos?
Ella necesitaba una ayuda,
pero sus anillos se abrieron
para tropezar con la esquina
a donde cruzaremos todos,

con ese mirar perdido en la distancia
sin anillos que puedan sostenerse
porque ya no seremos vistos.

Esos ojos habrán perdido la batalla,
y a pesar de tanta inquina,
la hiedra continuó su camino
pues su destino nadie lo cambiaría.

¿Qué nos impulsa a culpar a la hiedra de todo?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 13/15